viernes, 13 de agosto de 2021

La prosopagnosia, o ceguera del rostro...

Primera parte

Héctor Medina Varalta

 

 

Enfermedades raras

 

Guadalajara México, agosto de 2021. El término prosopagnosia fue acuñado en 1947 por el médico Joachin Bodamer, quien la definió en los siguientes términos: «Es la interrupción selectiva de la percepción de rostros, tanto del propio como del de los demás, los que pueden ser vistos pero no reconocidos como los que son propios de determinada persona».

De acuerdo al doctor Rogelio Salvador Gutiérrez Gaytán. “La principal causa son las lesiones cerebrales bilaterales provocadas por un accidente cerebrovascular, por un tumor cerebral y, en menor medida, por traumatismos craneoencefálicos o por infecciones que afectan al Sistema Nervioso Central.” También mencionó la etimología de esta enfermedad: la palabra Prosopagnosia viene del griego, es decir, prosopop, que quiere decir cara y agnosia que es desconocimiento. Es un padecimiento que no es muy común, pues hasta 1947 no se tenía un conocimiento profundo.

 

“El hombre que confundió a su esposa con un sombrero”

En ese mismo año, Joachin Bodamer, descubrió que uno de sus pacientes después de haber sufrido un traumatismo no reconocía los rostros. Este médico se dio cuenta que el problema era originado en el parietal derecho. Actualmente con resonancia magnética se puede apreciar que es un daño que, justamente en el córtex del cerebro en el parietal derecho; suele presentarse en ambos lados, pero la mayoría de las veces en el lado derecho. Cuando es bilateral, el problema es más grave, porque las personas afectadas no sólo no reconocen caras, sino tampoco reconocen las voces. Incluso, ni ellos mismos se conocen. De hecho, hay un libro titulado “El hombre que confundió a su esposa con un sombrero”, dicho texto narra la vida de un paciente que tenía esta enfermedad y la señora con el objeto de facilitarle el reconocimiento, usaba un sombrero mus ostentoso y, obviamente, era la forma en la que la conocía, pues la terapia para los pacientes con prosopagnosia, generalmente, es esa, es decir, someterlos a ver fotografías de personajes famosos y que traten de reconocerlos.

 

Darle seguridad al paciente

Tratar a pacientes con prosopagnosia requiere de mucha paciencia, pues hay que recordar que esta enfermedad es una demencia, que requiere de muchos cuidados. Además, se recomienda una enfermera o enfermero que lo atienda al cien por ciento del tiempo porque una persona en esas condiciones, se sume en una profunda depresión, bajo cuatro paredes porque no puede convivir; no puede ver la televisión porque no le entiende la trama, no puede reconocer quien es quien. Lo que hace regularmente la familia es “Hola, yo soy Olga, hola yo soy Pedro,  hola yo soy Carlos para facilitarlo. Además, el paciente reconoce la manera de vestir, por la complexión, no reconoce el rostro, pero sí la voz. De esta manera se le brinda ayuda para que vaya recuperando.

 

Diabetes y prosopagnosia

El doctor Gutiérrez Gaitán mencionó que hay una película que estrenó en el año 2010, que se llama “Agnosia”, que significa desconocimiento, que narra el caso de un joven que sufrió un traumatismo en la zona occipital derecha y tuvo el problema de la prosopagnosia. Asimismo, también indicó que hay dos tipos de prosopagnosia: el adquirido y el genético, este último se puede desarrollar en los primeros años del paciente y el adquirido, regularmente se ha descubierto que es por traumatismos en la zona parental, aunque también puede deberse a eventos cerebrovasculares, enfermedades crónico-degenerativas como la diabetes, que puede influir en un momento dado porque no hay una irrigación adecuada en esa parte del cerebro que provoca que se atrofie acarreando problemas.

 

Depresiones muy profundas

   También puede provocar prosopagnosia cierto tipo de herpes, sin embargo, la mayoría delos casos de prosopagnosia, son adquiridos, son muy raros los genéticos. Uno de los síntomas más comunes en este tipo de enfermedad, es que el paciente le da por aislarse, pues basta imaginar que si el paciente no conoce a nadie, obviamente no querrá hacer vida social en la calle. Por dicha razón, se recluyen y eso hace que se agraven. Además del problema neurológico empiezan a caer en depresiones muy profundas. Por eso se recomienda que haya atención continua, ya sea con una enfermera o un enfermero o que los familiares le den atención permanente y que no den por hecho que lo reconocen para ayudarlo en su recuperación, que es lentísima, porque no se han descubierto fármacos ni nada que funcione para este tipo de problema.

 

Sus libros nos acercan a las particularidades del cerebro a través de los casos clínicos de sus pacientes

   Hay que reconocer que este problema se identificó plenamente a partir de 1947 y además se da en muy pocas personas; se calcula que un 2.3 por ciento de la población tiene este problema. Por dicha razón, a los laboratorios no les interesa porque no es negocio. ¿Para qué van a investigar o desarrollar fármacos de un medicamento que no se va a vender. Por consiguiente, la investigación está muy baja, en cambio hay mucha literatura. Incluso Javier Castañeda, un escritor mexicano que escribió “Un cuento desconocido”, que habla de un personaje que padecía prosopagnosia. Quizás el autor más reconocido es Oliver Sacks (1933-2015). Este neurólogo británico fue uno de los escritores más prolíficos que ha habido en el área, y muchos de sus libros nos acercaban a las particularidades del cerebro a través de los casos clínicos de sus pacientes. Estos casos son el pilar fundamental de su libro más conocido “El hombre que confundió a su mujer con un sombrero”

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