(CODICS).- La Confederación Nacional Agronómica, en el marco de la celebración de su centenario, la Federación Michoacán, retomando la información de los últimos años, advirtió que la agricultura nacional y los productores enfrentan una seria problemática: precios de productos agrícolas con incrementos de un 61%, fertilizantes con aumentos de 180% y energía eléctrica 244% más cara y plaguicidas con incrementos superiores, lo que mantiene a la baja la siembra de alimentos e impide la renovación de los suelos en momentos de crisis climática.
Además, el Presidente de la Confederación Nacional Agronómica, Alfredo López Valdovinos, el representante en Michoacán de esta institución, José Martínez Cubillo y el profesor-investigador de la Universidad Autónoma Chapingo, Gerardo Noriega Altamirano, alertaron que el cambio climático traerá consecuencias negativas en la producción de alimentos como el maíz.
El cambio climático nos alcanzó y exige cambios de adaptación a buenas prácticas agrícolas para mitigar las condiciones climáticas extremas; de no hacerlo se estima que para el año 2050 en México habrá un cambio en los volúmenes de producción de maíz en riego con una disminución del 8% mientras que con la producción de maíz en temporal el decrecimiento será del 17%.
Durante la conferencia virtual “Agricultura Sustentable, caso de éxito Michoacán”, organizada por la Confederación Nacional Agronómica, los especialistas concluyeron que los cultivos en el país sufren un estrés.
Cada año resulta más caluroso y en consecuencia, los cultivos sufren más estrés térmico y esto es un mayor riesgo para la producción de alimentos; por ello los agrónomos mexicanos están sumando esfuerzos para desarrollar tecnologías que nos permita mitigar el cambio climático.
Los impactos cuando las temperaturas son mayores a 33 grados Celsius, en el caso del maíz, ocasiona que el polen se deshidrate y entonces la polinización tiene problemas, los granos abortan, se reduce en un 66% el tamaño de la mazorca, se reduce hasta en un 45% la producción de biomasa y se reduce hasta un 74% el rendimiento del grano, ejemplificó el ponente Gerardo Noriega Altamirano.
Apuntó que con el incremento de temperatura hay un incremento de plagas y esto es muy delicado porque nos puede llevar a un mayor consumo de plaguicidas y esto propiciar elevar los suelos ácidos lo que limitan la fertilidad y productividad agrícola.
“Actualmente 62 millones 150 mil 189 hectáreas de los suelos mexicanos están limitados por la acidez”, precisó.
Por su parte, José Martínez Cubillo, representante en Michoacán de la Confederación Nacional Agronómica, señaló que en la sociedad contemporánea existe la preocupación de la degradación de los suelos, y también es un tema que preocupa a los profesionales de la agronomía, del desarrollo rural e investigadores en general por el alto riesgo que se identifica para resolver las necesidades alimentarias.
Por ello, la Confederación Nacional Agronómica y la Federación Agronómica en Michoacán se suma a la generación de alternativas de solución y difunde las experiencias exitosas que se desarrollan en el campo michoacano.
En ese sentido, Gerardo Noriega Altamirano, Profesor-Investigador de la Universidad Autónoma Chapingo, planteó 10 prácticas agroecológicas desarrollando un sistema de soluciones que aporta resultados contundentes para la producción de maíz y en más de cien cultivos que producen los agricultores michoacanos.
Este modelo de transferencia tecnológica que se implementa, suma esfuerzos para compartir de manera oportuna, con los productores, la construcción de un nuevo paradigma de desarrollo rural michoacano.
José Martínez Cubillo, precisó que estas prácticas sustentables en todas sus fases, comienzan a ser el eje de la propuesta tecnológica que articula en Michoacán a los profesionales de la agronomía que de la mano con investigadores, productores y tomadores de decisiones, suman esfuerzos para desarrollar la transferencia de tecnología que atiende, restaura y mantiene la productividad de los suelos, y garantiza el cultivo de especies como: maíz, limón mexicano, lenteja, jitomate, fresa, zarzamora, plátano, guayaba, entre otros cultivos.
Por ello el paisaje agrícola ha perdido parte de su resiliencia, es decir, de su capacidad de recuperarse, de volver a su estado inicial, lo que representa un riesgo porque son espacios que tiene poca capacidad de producir alimentos.
Por ello una tarea de los profesionales del desarrollo rural es sumar acciones en la restauración de la fertilidad de los suelos agrícolas para enfrentar el reto de producir más alimentos de alta calidad.
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