sábado, 6 de marzo de 2021

La obesidad puede aumentar el riesgo de hospitalización y muerte por COVID-19

Segunda parte

Por Héctor Medina Varalta

 

Las estrategias de prevención de la obesidad deben desarrollarse, probarse y aplicarse a lo largo de toda la vida, desde antes de la concepción, durante la infancia y hasta la edad avanzada, coincidieron los expertos. Con estas acciones y el apoyo del laboratorio farmacéutico mexicano Ifa Celtics, que se preocupa por el tratamiento serio y ético de la obesidad, trabajando de la mano con la WOF y la SMO, se están brindando soluciones farmacológicas efectivas, seguras y accesibles; además de desarrollar programas de educación médica continua que impulsan el aprendizaje y la investigación en esta materia. La pandemia ha demostrado que una respuesta social y mundial a una enfermedad es posible. COVID-19 también ha expuesto el imperativo de abordar otros desafíos de salud global como la obesidad, una enfermedad que no recibe una priorización acorde con su prevalencia e impacto, aunque está aumentando más rápidamente en las economías emergentes; hay que recordar que es una puerta de entrada a muchas otras enfermedades, es momento de trabajar todos en conjunto para tomar acciones. “Todos necesitamos de todos”, concluyeron los especialistas.

Continuación del testimonio

La licenciada Xiomara Tuero continuúa con su testimonio: “Gran parte de mi vida hice ejercicio, que en aquel entonces lo hacía por obligación porque era lo que había que hacer; infinidad de dietas restrictivas que, obviamente jugaron un papel muy importante en cómo relacionarme con la comida, hubo un momento en que la comida no era sabrosa, es decir, era cómo ‘otra vez lo mismo’, pollo asado´’, ‘otra vez verduras cocidas’. Por consiguiente, en vez de ser la comida mi amiga comenzó a convertirse en algo que no me gustaba. Hubo tratamientos que sí me funcionaron, otros no, hasta que llegó un momento en el que llegué a mi peso máximo. Siempre he dicho que lo que un paciente que vive con obesidad se calla muchas veces, en ocasiones, escondía la comida porque creía que si nadie me veía no iban a contar esas calorías, por esa restricción en la que vivía. Conforme fue pasando el tiempo, fui creciendo, me di cuenta que no podía seguir ocultando a nadie de lo que me estaba sucediendo a mi cuerpo. Llegó un momento en que me decidí hacerme cargo por mí y por mi salud porque quería algo diferente en mi vida. En aquel entonces, ya me cansaba. Estamos hablando de que tenía aproximadamente 25 o 28 años, había algunas actividades en las que yo me privaba porque me daba miedo de exponer mi cuerpo porque no podía, porque tenía miedo a que me rechazaran por mi sobrepeso. En algún momento de mi vida llegué a padecer obesidad mórbida.

 

Nunca darse por vencido

“Por consiguiente, empecé a buscar otras opciones; fue entonces que me di cuenta de lo que es trabajar con un equipo multidisciplinario: con el médico, el nutriólogo, con el especialista en el área y con el psicólogo para comenzar a ver mi relación con la comida de una manera distinta. En mi caso personal y por diferentes diagnósticos, que también en su momento me dieron, tomé la decisión de someterme a una cirugía de Bypass gástrico, tengo cuatro años con la cirugía. Siempre he dicho que la cirugía no es la siguiente opción, hay muchas opciones. Aquí lo importante es nunca darse por vencido; este camino es de altas y bajas. Es un trabajo de equipo. Muchas veces no pude hacerlo sola y no pasa nada, al contrario. Eso me hizo darme cuenta para que mi familia, mis amigos y la gente cercana a mí puedo encontrar esas redes de apoyo y, sobre todo, me di cuenta que no estaba sola y que lo primero que tenía que hacer era aceptar lo que yo estaba viviendo, pues a veces negaba mi sobre peso, quería negar mi obesidad, me decía soy alta por naturaleza y el peso va en proporción con mi altura, pero lo evidente era obvio.

 

No estamos solos

“La realidad es que si estaba en una obesidad en la que todos me decían ‘necesitas una cirugía de Bypass. El día que toqué fondo, pues los pacientes con obesidad tocamos fondo; en ese m omento me di cuenta que había que hacer algo distinto. Lo primero que hice fue aceptar lo que era evidente, que de pronto ya no entraba en mi silla de trabajo, ya no podía abrocharme un cinturón porque me resultaba mucho trabajo y necesitaba una extensión. En ese momento me dije: ‘yo no merezco esto sino algo distinto. Fue así que alcé mi voz pidiendo ayuda y sobre todo, para aceptar que soy un ser humano y que puedo también, aparte de pedir ayuda, recibirla y porque merezco algo diferente en mi vida. Por esta razón, me encuentro aquí compartiendo de lo que ha sido mi historia, invitando a los lectores de este medio. No es que debemos darnos por vencidos, hay un equipo de profesionistas en los que podemos confiar y pueden hacerse cargo de nuestra salud y es un llamado a confiar en mí y de que puedo hacerlo y que merezco algo distinto en mi vida."

Por su parte, la doctora Donna Ryan, profesora emérita e investigadora del Penning Biomedical Research Center, en Louisiana. Estados Unidos, ex presidenta de la Fundación Mundial de la Obesidad, abordó el tema “Las raíces de la obesidad”. Desafortunadamente no hubo traductor para proporcionar mayor información a nuestros lectores.

 

Estadística

Parte importante de la obesidad y el sobrepeso como factores para tratarla, es la nutrición y la actividad física. El doctor Simón Barquera, miembro del Instituto de Salud Pública, que tiene muchos años a dedicarse a políticas de salud y nutrición en el instituto, él está en el Centro de Investigación y Salud, haló sobre el status de la Nutrición y de la actividad física en la población mexicana-resaltó el doctor, “Muchas gracias por todo el esfuerzo que han hecho por promover el tratamiento de la obesidad con seriedad y el buscar y el buscar que haya mayor concientización sobre este problema. Nos parece algo muy importante, ya escuchamos de la doctora Ryan, que es una líder mundial en el tema. Algunas de las partes más importantes y cómo están viendo el reto para México, pues realmente se ve muy complicado; México es un país donde lamentablemente el ambiente alimentario cambió mucho los últimos años. En la última encuesta, estos son algunos de los resultados que tenemos, entre los niños de cinco años: entre los niños de 5 a 11 años, únicamente el 22 por ciento consume verduras. Pero el 85.7 consume bebidas no lácteas endulzadas y el 64.6 consume botanas y dulces, es decir, alimentos malsanos que no se necesitan para un adecuado crecimiento y desarrollo y que están reemplazando otros alimentos básicos y necesarios para una buena salud, como las leguminosas, las oleaginosas, las futas y las verduras-expuso el doctor Barquera.


 

Se esté evadiendo soluciones que simplifican el reto

“En el caso de los habitantes de México de 2 a 19 años, las cifras son muy similares, el 24.9 por ciento come verduras, pero el 85.7 por ciento bebidas no lácteas endulzadas y el 53.7 botanas y dulces, y para los niños más chiquitos donde uno esperaría y donde tenemos una responsabilidad, todos como sociedad para protegerlos, pues somos el capital humano que nos permitiría tener un país más desarrollado, vemos que el consumo de verduras es muy bajo, es decir, 19.7, el de frutas 46. 8, pero el de bebidas no lácteas endulzadas es de 82.4 y el de botanas y dulces 62.7, ya para los adultos de 20 o más años, el 44 por ciento consume verduras, pero el 85 por ciento, consume bebidas no lácteas endulzadas y botanas y dulces 35.4 por ciento; esto en un contexto donde más de un millón 300 mil niños tienen talla baja, que es un indicador de desnutrición crónica y además viven con obesidad 35.5 por ciento de los niños y 38.4 por ciento de los adolescentes y 35.3 por ciento de los adultos. Por consiguiente, tenemos un panorama muy difícil donde ya no se puede permitir que se esté dando poca seriedad al problema, se esté evadiendo soluciones que simplifican el reto que se le esté delegado a partes de programación o programas no completos.

 

La importancia de la publicidad dirigida en niños

Hay mucho que hacer en los ambientes y en los estilos de vida, el estado de actividad física también tiene grandes retos: el 84.6 por ciento de los niños no cumplen las recomendaciones de actividad física, el 56.4 de los niños de 10 a 14 años exceden de dos horas frente a la pantalla, es decir, sí podríamos hacer un esfuerzo por tener niños más activos. En niños de 1 a 4 años no tenemos datos. En adolescentes de 15 a 19 años, el 43.6 no cumplen con las recomendaciones de actividad física y pasan hasta cinco horas sentados y en los adultos el 17.3 no cumplen con las recomendaciones mínimas de actividad física y pasan 3 horas y media sentados en promedio. Lo que se recomienda de actividad física y para evitar el sedentarismo, es por lo menos 60 minutos de actividad intensa, moderada-vigorosa en niños y mínimo 150 minutos de actividad moderada o vigorosa en adultos. El tiempo recreativo frente a pantalla ante esta epidemia ha aumentado mucho, se recomienda disminuirlo y también reducir el tiempo sentado y sustituir por actividad física, incluso ligera. Es mejor, si estamos trabajando mucho en pantalla, de repente pararnos, tomar las llamadas por teléfono o celular caminando. En esto, tiene que ver mucho el ambiente y tienen que haber políticas muy firmes que regulen, por ejemplo, la publicidad dirigida en niños.

 

El problema de la obesidad no es obligación exclusiva del gobierno

Es increíble que México es un país donde todavía se promocionan los lácteos con muñequitos o personajes, que es una práctica que el Codex de la Organización Mundial de la Salud (OMS) no recomienda. Hay otra situación que es el estigma, por ejemplo, para los tratamientos; se tiene que reconocer en este tratado de la obesidad seriamente, que hay una gran cantidad de alternativas terapéuticas y que médicos y personal de la salud bien entrenado, puede aportar y puede facilitar que los individuos que viven con esta condición reciban las mejores oportunidades de tener bienestar y una mejor salud y, finalmente a nivel de ambiente alimenticio, tenemos que buscar sistemas alimentarios que nos permitan una mayor salud, facilidad para alimentos accesibles de buena calidad y saludables y, por otro lado, tenemos que tener acceso a agua y una mejor regulación de los alimentos malsanos y comida chatarra que tanto problema ha causado a México . no se puede con la gran cantidad de consumo de bebidas azucaradas y las tendencias y pensar que vamos a tener buenos resultados en términos de enfermedades crónicas y en términos de reducir o controlar la obesidad. Tenemos que buscar cambios firmes y lo tenemos que hacer todos juntos. No es obligación exclusiva del gobierno ni puede hacerlo el gobierno, no lo puede hacer el sector salud ni las organizaciones profesionales, ni nosotros desde nuestras trincheras en la sociedad civil. Realmente lo tiene que hacer toda la sociedad de manera organizada y con el apoyo de organizaciones internacionales como la.World Obesity Federation”-concluyó


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