Es ya conocido que el padecer del corazón aumenta el riesgo de enfermar gravemente en caso de infectarse con COVID-19. De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en México, en el 2015 las enfermedades cardiacas representaron casi 20% de las defunciones totales en el país, dentro de las cuales las isquémicas ocuparon el primer lugar como causas de muerte con el 68.5% de los casos.
Pero no sólo en México las enfermedades cardiacas son un asesino silencioso, también en Estados Unidos existe una alta tasa de mortalidad por esta causa, por ello especialistas del Hospital Houston Methodist alertan sobre la importancia de hacer caso a las primeras señales de alerta.
“Muchos pacientes con enfermedad de la arteria coronaria tienen síntomas que son clínicamente silenciosos, pero cuando los examinamos, descubrimos que tienen una enfermedad cardíaca”, explicó el Dr. Raghunandan Muppidi, cardiólogo intervencionista del Hospital Houston Methodist.
Agregó que “las personas deben ser conscientes de que la enfermedad coronaria está muy poco diagnosticada y deben visitar a su médico regularmente ante los primeros signos”.
La enfermedad de la arteria coronaria ocurre cuando las arterias del corazón se estrechan y endurecen, lo que puede provocar bloqueos y coágulos. Varios factores, como la genética, la hipertensión arterial, el colesterol alto, la diabetes, la mala alimentación, la inactividad física y el tabaquismo pueden contribuir a que esta se presente.
El Dr. Muppidi aseguró que reconocer la presencia de factores de riesgo y síntomas es crucial para evitar una emergencia médica como un ataque cardíaco.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés) estiman que más de 600,000 estadounidenses mueren de enfermedad cardíaca cada año y más de 15 millones han sido diagnosticados con enfermedad de las arterias coronarias, el tipo más común de enfermedad cardíaca.
El Dr. Muppidi enfatizó que muchas vidas se pierden cada año debido a complicaciones de una enfermedad cardíaca no diagnosticada. “Por ejemplo, en el caso de angina el síntoma más común y frecuentemente reportado es el dolor en el pecho ya sea después de comer o al exponerse al frío, pero los síntomas pueden variar de un paciente a otro”, explicó el especialista del Hospital Houston Methodist.
Agregó que “en algunas pacientes femeninas y que viven con diabetes no se experimenta el patrón típico de angina, y los dolores en el pecho pueden ser reemplazados por síntomas como dolor en el brazo, cuello y hombros, falta de aliento, náuseas o episodios de sudoración”. El experto explicó que, modificar los factores de riesgo relacionados con el estilo de vida, como mejorar la dieta, mantener un peso saludable y controlar afecciones como diabetes, presión arterial alta y colesterol alto, es la mejor estrategia para evitar enfermedades cardíacas, y más ahora en tiempos de pandemia.
“Reconocer los factores de riesgo y visitar a su médico regularmente para realizarse chequeos, son las cosas más importantes que los pacientes pueden hacer, sobre todo si tienen síntomas. Mi recomendación es que las personas con antecedentes familiares o que presenten síntomas se realicen una prueba de nivel de estrés cardíaco y después hacer un seguimiento con su médico para evitar un problema mayor,” concluyó el cardiólogo intervencionista del Hospital Houston Methodist. |
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