Por Héctor Medina Varalta
La prologuista Alejandra Junco, escribe: ¿Recuerdas los olores y sabores de la casa de tus padres? ¿Intuiste de niño un secreto familiar que los adultos nunca reconocieron? ¿Te gustaría develarlo? Elisabet Almegard se propone desentrañar la incógnita que ha pesado entre generaciones. Al hacerlo nos brinda una novela biográfica enriquecida por una interesante historia de su natal Suecia, de su desarrollo político, económico y sociocultural; una entrañable y sorprendente descripción de las cálidas costumbres de los campesinos sujetos a la dictadura de las estaciones y la rigidez religiosa. Sus nos ofrecen una visión de una otredad que paradójicamente nos es semejante. Es una mirada del entorno familiar del granjero sueco desde la candorosa voz de una niña que detecta las confesiones inconfesadas y reconoce sin saberlo aquello fundamental que nos humaniza y posibilita la empatía transcultural y transtemporal, e inevitablemente nos remite, no sin nostalgia a la propia infancia. Todo ello aderezado con el seguimiento de la experiencia femenina del paisaje, la familia, el trabajo, el amor y la vida con un lenguaje espontáneo, sensorial, cercano. Para quienes gustan de historias de amor, es una historia de desencuentros amorosos. El libro de Almegard nos revela una Suecia llena de colores, sabores, celebraciones, paisajes y una intensidad emocional insospechadas y nos provoca a descubrir, quizá, los secretos que heredamos.
La novela se ubica en 1920
Elisabet Almegard, autora de la Novela La otra vida estuvo presente en la Feria Internacional del Libro (FIL) Guadalajara en diciembre de 2019 firmando autógrafos. De acuerdo a sus palabras, ella nació en Suecia, su libro es costumbrista, además está escribiendo otra novela y también se mete en la historia y en la vida cotidiana de Suecia de hace cien años; es una relación entre su madre y su abuelita que es algo especial. El libro habla sobre las granjas en Suecia, pues Suecia era un país de granjeros antes de la revolución industrial y en su relato describe cómo vivían en aquellas granjas; los granjeros eran muy prósperos, tenían sus vidas muy especiales, todo mundo tenía que trabajar, todo mundo tenía su posición. La novela se ubica en 1920, es decir, hace cien años y en ese tiempo han pasado muchísimas cosas, el tiempo se ha ido muy rápido, antes se tomaba más tiempo, pero ahorita se ha ido muy rápido el cambio con los celulares y las computadoras.
10 millones de suecos
De lo que yo hablo es cosa de cientos de años: vivir de la tierra, vivir de la fruta. Suecia es un país frío, si no cosechas durante los meses calientes, ya no comes; tienes que juntar tus papas y cuidarlas para todo el invierno. Suecia es un país muy verde, a los suecos les gusta mucho la naturaleza, por lo tanto la cuidan mucho. No obstante, es un país con siete meses de oscuridad y tres meses con luz. Eso es muy difícil para la gente, quizás ahorita más que antes, porque hace cien años se podía tener una posición de hacer siempre algo, es decir, os suecos hacían su propia ropa, construir su propia casa, todo se hacía. En la actualidad, Suecia está a la par con la tecnología, ya podemos importar fruta, ya tenemos naranjas todo el año, antes sólo nada más existían alrededor de Navidad. Mi abuelita nació en 1889, yo creo que terminé el libro cuando ella tiene casi 80 años. La novela tiene su parte romántica, tiene su parte de investigación; en la actualidad, todos los suecos vivimos muy bien, somos 10 millones de habitantes, no es nada. Por lo tanto, es más fácil, quizás de organizarse para que nos quede a todos algo. Suecia es un país neutral, por consiguiente, no participó en la Segunda Guerra Mundial.
Es muy difícil vivir en la nieve de metro y medio
Cien años en Suecia es muy alejado de aquí, es decir, si uno compara a la gente que vivían aquí en los ranchos o en las haciendas, casi era lo mismo. Por lo tanto, somos muy universales y es muy bonito leer el libro para entender que el mundo es muy pequeño y que somos totalmente iguales en muchas cuestiones. La autora también mencionó que les afecta mucho la falta de luz solar, pero en la actualidad, los jóvenes viajan mucho, sobre todo, en invierno viajan mucho a países donde hay mucho sol, pero donde ella escribe, tenía que abrigarse y alimentarse muy bien. Es muy difícil vivir en la nieve de metro y medio durante varios meses y diez grados bajo cero. Entonces, uno tiene que cuidarse mucho, abrigarse y toda la ropa que se ponían hace cien años, los suecos la tenían que hacer, por consiguiente, había muchas cosas que hacer en las granjas.
A nuestra entrevistada le tomó dos años escribir En otra vida, ya que como el idioma español no es su propia lengua, sin embargo, ha aprendido mucho en cuanto acentos doble L y doble R y todas esas cosas de la aritmética.
Espero que los lectores de este medio de comunicación lean mi libro, que lo disfruten, pues tiene una historia muy interesante que yo no quisiera perder.
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