Actualmente, en México, se calcula que existen alrededor de 600 mil personas que viven con diabetes tipo 1, enfermedad que se produce porque el páncreas no es capaz de fabricar suficiente cantidad de insulina, hormona que ayuda al organismo a transformar la glucosa de los alimentos en energía.
En consecuencia, se produce un aumento de los niveles de glucosa en sangre, que, si no se trata de forma adecuada, pueden llegar a provocar graves trastornos a largo plazo, como pérdida de visión, enfermedades cardiovasculares, insuficiencia renal o problemas pulmonares, entre otros.
En la diabetes tipo 1, el páncreas pierde la capacidad de fabricar insulina porque el sistema inmunitario ataca y destruye las células encargadas de fabricar esta hormona.
La diabetes tipo 1 no se puede prevenir, y no hay forma alguna de predecir quién la va a desarrollar, sin embargo, desde el 2007, en el Hospital Houston Methodist se realizan trasplantes de páncreas, los cuales de acuerdo con la Dra. Archana Sadhu, médico endocrinólogo, es la opción ideal para revertir esta condición.
En los últimos años, en el Hospital Houston Methodist se han realizado alrededor de 20 trasplantes de páncreas lo que lo colocan en el top 5 de las instituciones de salud que llevan a cabo este procedimiento en la Unión Americana.
“Un paciente con diabetes tipo 1 que recibe un trasplante de páncreas experimentará de manera inmediata una mejora total en su calidad de vida, ya que al tener un páncreas sano los niveles de azúcar en sangre se normalizarán y podrán olvidarse de la medición constante de glucosa, así como de las inyecciones de insulina,” explicó la Dra. Sadhu.
La especialista agregó que este procedimiento es más recomendable en pacientes con diabetes tipo 1 que en las personas que viven con diabetes tipo 2, ya que estos últimos, en su mayoría no tienen buena respuesta tras el trasplante. También se considera una buena opción en personas que padecen pancreatitis crónica y que requieren que el páncreas les sea extirpado por completo.
“Aproximadamente el 10% de los trasplantes de páncreas que se realizan son en pacientes con diabetes tipo 2 porque por lo regular no responden tan bien como la gente con el tipo 1. Por ello, debemos considerar muy bien el perfil del paciente.”
Actualmente, para pacientes con diabetes tipo 2 existe muchas otras soluciones terapéuticas que van desde terapias orales hasta medicamentos de última generación menos invasivos y de aplicación semanal.
“Lo que buscamos es que el paciente tenga el tratamiento adecuado que le permita estar en control y sobre todo evitar comorbilidades, aunado a los dispositivos para tener una medición exacta la glucosa.”
Seguimiento para un trasplante exitoso
De acuerdo con la especialista, en los primeros dos meses posteriores a la cirugía, es necesario citar al paciente dos veces por semana para poder monitorear su estado de salud.
“Tenemos que ver cómo va su avance, la función del nuevo páncreas y en algunos casos del riñón, además monitorear que los medicamentos no hagan reacción o tengan efectos secundarios, así como evitar infecciones.”
Agregó que el paciente sigue siendo monitoreado los meses siguientes a través de estudios de laboratorio. Además, recientes investigaciones realizadas por el Hospital Houston Methodist revelan que el trasplante de páncreas en pacientes con diabetes tipo 1 ha demostrado estabilizar e incluso revertir el daño en ojos, riñones y terminales nerviosas causado por el mismo padecimiento.
Para finalizar la Dra. Archana Sadhu comentó que “cuando la tecnología falló y los medicamentos fallaron, podemos ver en el trasplante una terapia blanco para liberarse de la diabetes.”
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