Por Héctor Medina Varalta
Por lo general, cuando fallece un ser querido o un amigo, los dolientes les regalan flores, entre ellas las rosas. Para quien escribe estas líneas, se me hace absurdo regalar vida a los muertos. El poeta Miguel Maldonado, autor de El vuelo de la rosa hizo un comentario de mi reflexión: el acto que pareciera ser hasta cruel de cortar las flores y obsequiarlas, ya sea para un funeral o para una fiesta, a muchos nos parecería cruel, por el hecho de que algo tan bello que florece y arrancarle la vida, repito, nos parecería cruel, pero a otros les parecería una forma de agradecer o embellecer la vida, de aromatizar, incluso, un entorno. Recordemos que además de ser plantas vivientes, también las flores tienen un aroma que adorna y, de algún modo tiene una belleza especial, y en verdad, parece un acto de crueldad arrancarlas de sus tallos para obsequio o para cualquier tipo de evento. Precisamente, en el libro se pregunta, ¿si vale la pena que la rosa vuele o que no vuele?, pero como una metáfora del hombre, es decir, ¿vale la pena que el hombre vuele y se sacrifique para realizar sus sueños o no?
El precio de la libertad
La rosa, en este libro, sirve como un símbolo; la rosa es como si fuera el hombre, y su sueño de volar es como si fueran nuestros sueños. Por lo tanto, cuando cumplimos nuestros sueños nos preguntamos si valió la pena o no el sacrificio, nos preguntamos si realmente era eso lo que deseábamos o no lo deseábamos. Lo mismo le sucede a la rosa de este libro, pues cuando vuela, lo primero que tiene que decidir es dónde ir a comer, dónde dormir y a dónde volar, es decir, una vez que se gana una libertad empiezan otro tipo de ataduras: la atadura de la rosa de qué comer, dónde volar y a dónde ir, es el precio mismo de la libertad que, a veces es el precio que nosotros pagamos para obtener la preciada libertad y nos preguntamos si no estábamos mejor antes que ahora. Es lo que nos suele pasar en la vida, que quizás por conseguir nuestros sueños y nuestros deseos, en lugar de haber mejorado o de haber obtenido una mejor vida, quizás se perdió mucho en el camino y al obtener lo que deseábamos nos podemos dar cuenta que no era lo que deseábamos o que no valía la pena de pagar ese costo por conseguir ese sueño.
La rosa, una flor que ha inspirado a muchos escritores
Por otra parte, las rosas han tenido un lugar importante en las diversas civilizaciones de la humanidad, por ejemplo, en España eran las rosas eran las flores de las vírgenes católicas; en México, la Virgen de Guadalupe tiene un lecho de rosas; en Persia era el gran adorno de las casas de la realeza. Siempre han tenido un lugar importante en todas las culturas. También han sido símbolos de muchas cosas: el símbolo del amor, de lo bello y han sido tomadas como símbolo para distintos grupos, para diferentes sectas, diferentes asociaciones. También es una flor que ha inspirado a muchos escritores, por ejemplo, en México como Xavier Villaurrutia que escribió un poema bellísimo que se llama Nocturna rosa; otro poeta que sigue vivo esEduardo Lizarde, escribió un libro que se llama Rosas, también bellísimo. Por lo tanto, las rosas han estado presentes de distintas maneras en las distintas culturas de la humanidad. Y México no es la excepción: es el símbolo de la Virgen de Guadalupe, quien ha sido tomada por distintos poetas y escritores. De esta manera, Miguel Maldonado, ha estado influenciado por la rosa porque ha sido un tema recurrente en la literatura así como en el arte mexicano.
Premio Nacional de Poesía Joven de Joaquín Chirau
Escribí mi libro sobre la rosa, pero como una metáfora de los anhelos y los deseos del hombre. La rosa está en nuestra cultura y en nuestra imaginación constantemente. Antes de escribir El vuelo de la Rosa, escribí El libro de los oficios tristes, que ganó el Premio Nacional de Poesía Joven de Joaquín Chirau que otorga el Colegio de México y la Secretaría de Cultura Federal. Este Libro de los oficios tristes, retoma diversos oficios, unos ya obsoletos como el telegrafista o la mujer que reparaba muñecas o el zapatero remendón o el cilindrero, que ya no existen o están en peligro de extinción y otros oficios que siguen existiendo, sin embargo, no son muy considerados o son soslayados, oficios extraños como las mujeres que venden su cabello o como antes, las personas que vendían su sangre y trató de ponerme en los zapatos o en las botas de estos oficios, a fin de poder encontrar ciertos rasgos de su actividad. Retomando algunos oficios que tuvieron alguna importancia y cierta bonanza fueron apagados: porque pasaron de moda, por el avance de la tecnología y son tragedias. También hay vidas o profesiones muy tristes como es el caso de los boxeadores.
En Montreal, Canadá
El poeta asegura que ha pasado por periodos de vacas muy flacas y vacas gordas. Como dice el refrán: “hay veces que el pato nada y hay veces que ni agua bebe. He tenido épocas que han sido severas donde he conocido las apreturas como muchos. Y precisamente, El Libro de los Oficios Tristes nace como idea, no como libro, cuando trabajaba en Montreal, Canadá. Me fui de intercambio para estudiar la maestría, pero me quedo dos años más y me dedico a trabajar en oficios formales y en oficios varios. Y cuando los trabajos son bajo la mesa, pues no son muy agradables y son pesados como la construcción y la agricultura. Estuve algún tiempo como mesero, lava platos, limpia ventanas, cocinero y precisamente en esas apreturas y en esos cambios de vida fue cuando surgió la pregunta de ¿qué tan justos son los oficios que hay y qué tan justa es la vida con quienes llevan ese oficio y qué tan justa es la sociedad en la división del trabajo. De ahí surge la idea deEl Libro de los Oficios Tristes, de la Editorial Monte Carmelo en el Estado de Tabasco, que dirige el poeta Francisco Magaña. En cambio, con el también poeta y editor Luis Armenta Malpica de Mantis Editores, le editó un libro titulado 420 golpes, es prosa poética y pequeños textos
Talleres literarios
Miguel Maldonado, estudió para abogado e licenciatura en la Universidad Autónoma de Puebla. Posteriormente, realizó estudios de Ciencias Sociales en Canadá y después estudió Secretarías de la Cultura como postgrado. Y más tarde trabajó en las universidades, después se fue como agregado cultural a África, a la Embajada de México en Kenia y después de estar un tiempo en la diplomacia, fue a Puebla y ahí se ha dedicado últimamente a ser editor de la Revista UNI de la benemérita Universidad de Puebla y se dedica a escribir, editar y dar clases. Asimismo, fue asiduo visitante de los talleres literarios durante una época; estuvo en el taller literario del poblano Jesús Enrique Pimentel y de Pedro Ángel Palou y en el taller de Miguel Ángel Rodríguez y de repente se reunían los amigos a tallerear o a leer, pero después se puso a trabajar y escribir, sin embargo, a veces le dan ganas de entrar de nuevo a un taller literario. El hecho de compartir con los demás, de leerse entre todos de imaginar entre todos, le parece un acto muy humano.
La poesía es para todos
El poeta invita a los lectores de este sitio a leer El Vuelo de la Rosa o bien, El Libro de los Oficios Tristes, pueden encontrarlos en diferentes librerías o en las propias editoriales o en Facebook o a él mismo en Twitter@librerías, que de alguna manera este libro se publicó en tipos móviles, es decir, con metal y en madera a mano y a su vez, es como se imprimía en la época de Gutenberg a la fecha. El libro está hecho en papel fabriano y tienen alto contenido en algodón, aquí se combinan cinco siglos porque está la imprenta de Gutenberg a fines de 1400 y la publicación en redes sociales que es en este siglo. Por consiguiente, este libro contiene cinco siglos. Miguel Maldonado sugiere a quienes no saben de poesía y les interesa, pueden empezar a leer en la poesía latinoamericana a Pablo Neruda y en la poesía mexicana con Jaime Sabines.
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