El Comisionado
Nacional de Seguridad, Renato Sales Heredia, reconoció la importancia de analizar las condiciones en las que
el personal penitenciario de los centros federales presta sus servicios, a fin
de formular recomendaciones, criterios y lineamientos para el desarrollo e
implementación del Servicio de Carrera Penitenciaria con perspectiva de género, durante la
presentación del libro “Condiciones de
vida y de trabajo del personal de los Centros Penitenciarios Federales”, de las investigadoras Elena Azaola Garrido y Catalina
Pérez Correa.
En el evento celebrado en las instalaciones de la Ex
Hacienda Belén de las Flores, el Comisionado Nacional de Seguridad informó a
los presentes que “este libro es una aportación pionera, es el
primer texto que aborda este tema en nuestro país. Da mayor evidencia de algo
que hemos mencionado en otras ocasiones: que la colectividad penitenciaria no
se refiere, por supuesto, únicamente a las personas privadas de la libertad sino
que abarca a profesionales que hacen posible la operación de los centros”.
En este sentido, el Comisionado Renato Sales instruyó al Comisionado Rogelio Miguel Figueroa Velázquez, para que el
Órgano Administrativo Desconcentrado de Prevención y Readaptación Social, con base
en este diagnóstico, elabore una propuesta de acciones en concreto para mejorar
las condiciones de trabajo del personal penitenciario. “Necesitamos que el
personal acceda a mejores oportunidades de desarrollo. Porque son las personas y no las instalaciones las
que deben constituir el núcleo de la función penitenciaria”, concluyó.
El Ministro de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, José Ramón Cossío Díaz, destacó dos puntos que consideró
centrales, uno: refirió que la Ley de Ejecución Penal no abunda mucho sobre la
reinserción y la manera de trabajar la rehabilitación, y en este caso habría
que aterrizar las funciones de cada una; y dos: consideró que las distintas
Secretarías de Estado del Gobierno de la República deberían concurrir en las
funciones de capacitación y servicios que requieren las personas privadas de la
libertad y restarle al personal penitenciario esa función.
En su oportunidad, el Comisionado
del Órgano Administrativo Desconcentrado de Prevención y Readaptación Social,
Rogelio Miguel Figueroa Velázquez, resaltó que el esfuerzo que realizan las
autoras del libro refleja un análisis muy cuidadoso de cómo viven los custodios
y todo el personal inmerso en este trabajo, y destacó su valía porque muestra
los puntos que tiene en contra el Sistema Penitenciario y a partir de ello se
pueden atender puntualmente esas deficiencias.
Por otro parte, la autora Catalina
Pérez Correa, profesora investigadora del Centro de
Investigación y Docencia Económicas,
insistió en la enorme urgencia de atender las necesidades cotidianas del
personal penitenciario y resaltó algunas coincidencias que arrojaron las
encuestas, como son: largas jornadas laborales; falta de alimentos; falta de
tiempos y condiciones adecuadas para el descanso; largos trayectos que deben
recorrer para llegar a los centros; lejanía de la familia; falta de
reconocimiento social.
Al referirse a los resultados
obtenidos en el estudio, la autora Elena Azaola Garrido, profesora
investigadora del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en
Antropología Social, aseguró
que su deber ético como investigadoras y ciudadanos es compartir los resultados
del estudio con las personas que pueden hacer un cambio. “Ese fue el compromiso
que establecimos con el personal penitenciario que participó en el estudio y
nos pidió encarecidamente hacer oír sus voces. Nuestro deber no termina sólo
con transmitir los resultados sino mostrar las evidencias para transformar las
condiciones de vida y de trabajo de quienes hoy prestan sus servicios en el Sistema
Penitenciario”.
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