* Méndez hizo un llamado a empoderarse y convencer al espectador mexicano a consumir contenidos por que son buenos, no por “apoyarlos”
El día de hoy continuó el foro presentado por la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas (AMACC) y el Festival Internacional de Cine en Guadalajara en su edición 33 (FICG33), “El desafío del cine mexicano: ¿Dónde estamos? ¿A dónde vamos?”, con la segunda mesa de discusión titulada La exhibición: nuevas pantallas, viejos problemas (El espectador y el cine mexicano).
La mesa, moderada por Aleida Calleja, presidenta de la Asociación Mexicana de Derecho a la Información (AMEDI), estuvo conformada por Luis Gerardo Méndez, actor y productor, Mauricio Durán, especialista en distribución, Jorge Fernando Negrete, analista y consejero del Instituto Federal de Telecomunicaciones, y Ana Rosas Mantecón, especialista en públicos de cine.
La discusión partió del hecho ya tratado en la primera mesa del foro acerca del fenómeno de la visualización de cine y contenidos audiovisuales en múltiples pantallas, y no sólo en salas de cine, y la identidad de sus espectadores.
Otros temas cruciales para el debate fueron el cambio de paradigma en la producción, distribución, exhibición y consumo provocada por la tecnología y las nuevas plataformas, la democratización de contenidos, el derecho del espectador al acceso a productos plurales y diversos, la necesidad de legislar la exhibición y la búsqueda de audiencias.
Rosas Mantecón reflexionó acerca de las nuevas formas en que una persona consume cine, de forma que ahora “ha cambiado tanto, que de pensar en consumidores, primero pensamos en prosumidores (…) para hablar de los que no solamente miran, sino que también interactúan (…) Los prosumidores son los que escriben un blog, son los que suben también las fotos en una plataforma, o en una red, son los que incluso filman un video; (…) incluso el término de prosumidor nos quedó ya corto; se habla ahora de produsuario: es un sujeto profundamente interactivo que no solamente mira una película, al mismo tiempo abre otra pantalla y está viendo toda la información que hay sobre esa película, está en una red comentándola, escribe blogs sobre ella, hay un boom de espacios de crítica que no es de crítica cinematográfica especializada, sino que es justamente la que producen estos prosumidores, estos produsuarios que están transformando la manera de vivir sus experiencias cinematográficas frente a cuya transformación nos hemos quedado cortos con la idea de quién es ese público del cine mexicano”.
La discusión retomó también el asunto del “cuello de botella” que se forma en la distribución y exhibición de cine mexicano, tanto en salas de cine como en las pantallas chicas. Sobre esto, tanto Mantecón como Negrete apuntaron que es necesario garantizar el acceso democrático tanto a la distribución, para los que producen, como a los contenidos, para el espectador.
Al respecto de la promoción y la búsqueda de audiencias, Luis Gerardo hizo énfasis en que el cine mexicano debe dejar de tratarse “como un discapacitado; tenemos que saber venderlo, saber lo que quiere ver el público. El discurso no tiene que ser que nos apoyen,tiene que ser tienes que ver esto porque esto es importante, no te lo puedes perder”, finalizó.
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