martes, 19 de diciembre de 2017

Mujeres que hacen historia



Jessica Wolf, presentó en la FIL Superando el duelo después de un suicidio

Por Héctor Medina Varalta

“Si lo que yo siento fuera distribuido entre los seres humanos,
no quedaría ningún rostro feliz en la faz de la Tierra”
Abraham Lincoln

Guadalajara, Jalisco, diciembre de 2017. En la Feria Internacional del Libro (FIL), se abordan diferentes tópicos: novelas, política, educación sexual, discriminación en todos sus tópicos, educación sexual, historia, entre otros temas, sin embargo, también se abordan temas tabú como el suicidio. La pregunta por qué está presente en forma casi obsesiva en la mente de quienes han perdido a un ser querido por suicidio. El suicidio no es natural; de hecho, muchos piensan que “no es correcto.” Se le considera una solución permanente- y equivocada- a un problema temporal. Sin embargo, y por desgracia, las cifras de estos casos van en aumento en 80 por ciento. En algunos países, es ya una de las tres primeras causas de muerte entre las personas de 15 a 44 años de edad y la segunda entre los jóvenes de 10 a 24 años. En nuestro país estamos lejos de estas cifras: con uno por ciento del total de muertes, el suicidio es la décima cuarta causa de muerte y es llevado a cabo por cinco de cada cien mil habitantes.



E
El suicidio es un acto meramente de dolor emocional
En la presentación de su obra, la atractiva escritora refiere que  el suicidio es bastante más común de lo que nos imaginamos y que mucho no tenemos el valor de aceptarlo y mucho menos de compartirlo. El suicidio, evidentemente, es algo que se maneja de forma tabú, de forma velada, en secreto, esto lo hace muy difícil de elaborar. Jessica Wolf preguntó a su auditorio si había entre los presentes alguien que pensó alguna vez en intentar quitarse la vida, casi todos levantaron la mano. La escritora dijo que esto nos recuerda que som0s seres humanos y que atravesamos en esta vida experiencias de dolor emocional, que tenemos que hacerle frente con valentía, sabiduría y mucha fe. El tema del suicidio lo trato en este libro titulado “Superando el duelo después de un suicidio. Las experiencias de los que se quedan,” El suicidio lo abordo desde un lugar no de juicio moral; el suicidio no es bueno ni malo, tampoco es un acto de cobardía o valentía, es un acto meramente de dolor emocional.


No quieren morir, quieren dejar de sufrir
Las pérdidas físicas o emocionales nos traen dolor emocional, es parte de la vida, ¿por qué la gente se suicida?, porque se asusta del intenso dolor emocional que están viviendo. Así como hay un umbral del dolor físico, también hay un umbral de dolor emocional. A veces en la vida, el dolor emocional hace como un pico, se nos junta el agua, el frijol y el arroz y se hace un revoltijo. Tenemos muchas experiencias difíciles en una etapa de la vida y parece que no hay salida, para esta persona la única salida es el suicidio. La gente que se suicida no quiere morir, la gente que se suicida quiere dejar de sufrir. Este es un punto sumamente importante: si las personas encuentran una salida a su dolor, no se suicidan. Mientras hay vida hay oportunidades de salir adelante y de sanar. Si nos atoramos en el dolor emocional hay que pedir ayuda, para eso están los psicólogos, los psiquiatras, el sacerdote, el maestro, el amigo, hay que confiar en la vida.

El suicidio es cien por ciento prevenible
Soy psicóloga, terapeuta familiar y les comento que este libro nace de una experiencia personal de una estudiante de psicología, una amiga mía, tomó la triste decisión de quitarse la vida. Esto fue hace más de 20 años, en lo personal fue una experiencia altamente traumática y altamente dolorosa. Las circunstancias de la vida me llevaron en ese momento a tomar la decisión de escribir mi tesis profesional sobre este tema, y transformé mi experiencia de dolor en un refugio para otros; veinte años después me encontré con el arquitecto Gerardo Gally, director de la Editorial PAX y esa tesis de licenciatura la transformé en libro con la intención de salvar vidas. Evidentemente,  la labor de los terapeutas y demás especialistas de la salud mental, es prevenir el suicidio: el suicidio son de las pocas muertes cien por ciento prevenibles; no podemos prevenir cien por ciento un accidente, no podemos prevenir cien por ciento un terremoto, pero si podemos prevenir cien por ciento un suicidio. No obstante, a veces los suicidios tristemente ocurren.

Experiencia enriquecedora
En México tenemos una estadística altísima  en suicidios. Lo que pasa con un suicidio es que no es el suicida solamente la que padece esta situación. Esa persona ya se quitó la vida, ya dejó de sufrir, es decir, se vive algo semejante a una bomba nuclear que irradia en todo su entorno y esparce una ola de dolor para quienes se quedan. Las personas que viven el dolor de un ser querido que se suicida, queda altamente lastimada, es una experiencia traumática. Lo que encontramos los especialistas de la salud mental es un trastorno de estrés postraumático y depresión clínica. Jessica compartió una experiencia demasiado conmovedora que le sucedió poco después de haber publicado su libro, la escritora y psicoterapeuta quien vive en Playa del Carmen, Quintana Roo. Resulta que una mañana al ir al gimnasio, iba manejando descalza por la calle principal, al dar vuelta por una calle pequeña se encuentra con un muchacho sentado en la orilla de un puente, al parecer estaba tranquilo; de pronto sintió el impulso de detenerse, se baja del auto y camina con los pies descalzos, se paró al frente con el chico arriba y le dijo: “¡No lo hagas!”.

Benjamín, una luz en el camino
Los coches iban y venían, pero ningún coche se paraba. El muchacho veía desde la altura al fondo del abismo, finalmente se paró un muchacho, pues la escuchó gritar y al ver al otro chico se unió a la voz de Jessica, voltea hacia el puente y ambos empezaron a gritar: ¡No lo hagas!. Jessica volteaba hacia todos los lados tratado de encontrar ayuda, vio una patrulla y empezó a hacer la señal, de pronto escuchó un ruido extraño. Antes de voltear vio la escena en su mente: vio al muchacho que se  había aventado del puente y se había muerto destrozado. Al voltear se encontró con una gran sorpresa: el muchacho que se paró después de ella, lo había cachado en el aire y le había salvado la vida. Jessica se acercó y observó que el frustrado suicida se estaba quejando, pues tenía una fractura. Empezaron a rezar, poco después llegó la ambulancia y los reporteros. Lo que sucedió es que el otro muchacho que cachó al frustrado suicida se sacudió el pantalón y se estaba marchando. Le dijo que no se fuera y le pidió su nombre, de este modo supo que se llama Benjamín y que trabaja en un puesto de frutas y verduras y se tenía que marchar porque iba a empezar su ronda. Benjamín se fue y Jessica se quedó con el otro muchacho para asegurarse que se lo llevaran al hospital. Después se fue muy impactada ante esa experiencia.

“Todos somos Benjamín”
Al día siguiente buscó a Benjamín, al encontrarlo le dio las gracias porque gracias a él había salvado una vida y le preguntó cómo se sentía, es decir, le cayó el veinte a Jessica de la dimensión del impacto que este chico, sin saberlo había tenido salvando la vida de alguien. Acto seguido, Jessica se va al consultorio, llama a un lugar en el que había acudido un reportero y este le dice que ya se había publicado la noticia, en el periódico apareció a ocho columnas: “Mujer maravilla salva a un chico que se aventó del puente”. Jessica se dijo: “esta no es la verdadera historia”, pues ella no tiene la suficiente fuerza para haberlo salvado.
Yo grité pero Benjamín escuchó. En ese momento me di cuenta que había que darle a Benjamín el crédito de su hazaña y escribí en mi muro de Facebook: “La intención es el viento que necesita tus brazos,” Benjamín no es fuerte ni fornido, solo puso su intención al servicio de los demás. Algo lo conectó a la vida que le permitió salvar a ese chico. El mensaje de esta experiencia para que se lo lleven en sus corazones el día de hoy, es que “Todos somos Benjamín.” Todos tenemos la posibilidad de salvar la vida a otros, si estamos atentos, si estamos conectados, si escuchamos nuestra intuición, y si nos salimos un poco de estas vidas egoístas para tenderle la mano a los demás y para saber que estamos aquí para servir a los demás. Es por esto que la invitación de hoy es que se sumen conmigo a sembrar semillas de esperanza, si no han vivido esta experiencia, seguramente si se llevan el libro la vida los va a poner en el camino de alguien para que puedan regalarle y le den la esperanza que están necesitando. Por algo están aquí y ojalá que podamos ir tejiendo esta red de ayuda. La idea es difundir el libro y cambiar vidas y cambiar experiencias de dolor a una nueva oportunidad-finalizó.

Mayor información: Facebook, Jessica Wolf Autor

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