Nueva serie de Teatro Televisado en la barra de comedia 'Noche de Buenas' de las estrellas
John Paul Esteves Castillo Reportero murrianose@gmail.com
Rolando Mauricio Pérez Carrillo Fotógrafo pecar56@yahoo.com.mx
En el Foro 10 de Televisa San Ángel presentaron Renta congelada, nueva serie SITCOM de teatro televisado producida por Pedro Ortiz de Pinedo protagonizada por Paty Manterola, Rodrigo Murray, Juan Diego Covarrubias y Regina Blandón y que se estrenará el próximo jueves 31 de agosto a las 11 de la noche por las estrellas.
Esta serie de 13 capítulos formará parte de Noche de Buenas, la nueva barra de comedia de las estrellas, y trata sobre las peripecias de dos parejas totalmente opuestas entre sí, que por azares del destino se ven obligadas a vivir bajo el mismo techo.
Pedro Ortiz de Pinedo destacó que Renta congelada es un sitcom con un gran cuadro de actores, que sin duda tiene los elementos para convertirse en un clásico de la televisión. Es dirigida por Sergio Adrián Sánchez y escrita por Oscar Ortíz de Pinedo, César Ferrón, Fernando Canek, Magali Urquieta, Pepe Sierra y el mismo Pedro Ortíz de Pinedo. Contará con invitados especiales, empezando con Héctor Sandarti en el capítulo 1, Jorge Ortíz de Pinedo, gran actor, padre de Pedro y Lorena Herrrera, entre muchas sorpresas más. Chubol y Fais integran el elenco de actores de este rompetensiones de risa y diversión.
Esta historia inicia cuando una pareja de hípsters veganos recién casados, Ana 'La vegana' (Regina Blandón) y Fernando 'El hipster' (Juan Diego Covarrubias), renta a un precio irrisorio su nueva casa. Sin embargo, su sorpresa será enorme cuando descubren que en esa vivienda ya habita una pareja de cuarentones, Delia 'La esotérica' (Paty Manterola) y Federico 'El baquetón' (Rodrigo Murray), quienes aseguran haber firmado el mismo contrato de arrendamiento. Ambas parejas tienen razón, pues la anciana propietaria, que padece de Alzheimer, firmó ambos contratos justo antes de morir, por lo que legalmente ambas parejas tienen el mismo derecho sobre la propiedad. La esperanza de cada parte es que la otra se canse, pero como ninguno quiere abandonar la casa, se verán obligados a convivir durante cinco años. Tiempo en el cual, más que una convivencia, lo que se dará entre ambas parejas será una lucha descarnada, con conflictos constantes propiciados por sus diametralmente opuestos estilos de vida.
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