Mujeres que hacen historia

Yajaira Sánchez, una escritora fuera de serie

Yajaira y la Editorial Endira están trabajando la posibilidad de generar un espacio lúdico que se llama el Universo de Akkán. Akkán siempre se encontrará lleno de luz, es la luz de nuestros días y se ubica en un presente que no termina. Es decir, es como cuando uno se siente mal o deprimido tenemos una idea, esa idea es Akkán, que revitaliza. De ahí nace la posibilidad de generar ese tipo de título. Yajaira lo diseñó cuando tenía 15 o 16 años, cuando de repente se encuentra en la pubertad queriendo escapar de la realidad. De ahí se generó el personaje el hombre azul, que es el pretexto para que podamos conocer al personaje central que es Mara, el arquetipo de la muerte que el hombre azul ha deseado siempre. Es un pintor muy excéntrico, loco tal vez, que le apasionan los mitos y leyendas. Entonces genera este universo donde ella es protagonista y de aquí se desencadena toda la historia para que lleguemos al punto de encontrarnos con la santa muerte.

Los mayas

La santa muerte la tomo como una posibilidad de contextualizar la imagen que tenemos de ella. Es la muerte puerta y parte de la vida, pues la muerte es trascendencia si se ve dese el punto de vista ontológico. También como una reflexión estética. Si lo vemos desde una condición metafísica nosotros estamos existiendo, pero al mismo tiempo tenemos a un observador: a alguien que nos guía, alguien que nos protege, no estamos aquí arbitrariamente. Por lo tanto, la muerte la presento como una guía en el camino. El que perdía el miedo a la muerte podía vivir el presente. Parte de este  texto es inspiración de los mayas. Entonces, es esa posibilidad de estar en un presente. Por eso me gustó mucho la idea de la muerte.

Fragmentación de un instante

La fisonomía del rostro de Mara que está en la portada del libro es la de Yajaira. Mara es la versión guerrera. La autora hizo toda la historia en el vestido de Mara, pero por andares de la vida, ya que la escritora viajaba mucho, su madre le dijo que ya no podía más con su obra. Además, era de papel y se empieza a crear muchos ácaros. Le gustó hacerlo así porque tiene un nacimiento y una muerte. Y quien haya podido verlo formó parte del arte en ese momento. En el libro aparece el espíritu de Mara en camafeo; también el espíritu de la santa muerte en el pectoral de Mara.

La novela tiene muchos elementos simbólicos: es jugar más en cómo te lo cuento, que qué te cuento. Se combina exploración hiperficción explorativa: la posibilidad de tener diferentes interpretaciones, como la fragmentación de un instante. Desde qué ángulos puedo apreciar, o puedo percibir un mismo momento.

Claros diferentes en distintas culturas

Yajaira les fue dando nombre a sus personajes como Kali, porque el pintor dentro de la historia del mito es el Kali desaforado y Yajaira se encuentra con que Kali es un demonio y Mara también. Entonces supo que estaba en el camino correcto.

Eso fue una coincidencia que me encantó, porque tengo claras fuentes de inspiración, por ejemplo, Cuatlicue, diosa madre de los aztecas, en los héroes gemelos Hunahpu y Xbalanque. Hay claros diferentes en distintas culturas, pero en el caso de Kali y Mara, no. Cuando me enteré de eso no lo podía creer. Considero que todo se debe al inconsciente colectivo que me llevó a eso. Fue una interpretación que le di en ese momento, pero digamos que podría entenderse desde esa perspectiva también, pues se inspira en hiperficción explorativa, entonces se le puede dar una multiplicidad de interpretaciones. Esa es la riqueza.