*Un proyecto que fomenta el desarrollo cultural y fomenta la lectura entre la sociedad
Río de Janeiro, 15 de agosto de 2016.- Es inimaginable encontrar en un parque, plaza pública, estación de bus u otro espacio de la calle un refrigerador; pero aún es más impresionante abrirlo y encontrar el mejor alimento para el aprendizaje y la imaginación: un libro.
Cuando uno camina por las calles de algunos poblados de Brasil y se encuentra hambriento de nuevas experiencias puede abrir las neveras y tomarse un tiempo para leer.
Este proyecto de crear minibibliotecas fue ideado por el profesor universitario Rafael de Lucas quien, aprovechando la movilidad de los cariocas por diversas ciudades con motivo de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, promueve la lectura entre sus compatriotas a través de una idea innovadora que llama la atención inmediatamente.
El lanzamiento del primer “Libro refrigerador” fue el pasado sábado con gran éxito ya que a la par se realizan actividades artísticas como música, poesía y artes visuales. En las bibliotecas-refrigeradores de la comunidad, los residentes pueden dejar sus libros, obtener otros y devolverlos cuando lo deseen. Los refrigeradores de libros funcionan como una biblioteca común, pero no hay necesidad de registros.
El proyecto, financiado por el Fondo de Apoyo a la Cultura (FAC), del Gobierno del Distrito Federal de Brasil, apoyará para que estos refrigeradores lleguen a las ciudades más pobres en la región de Brasilia.
La instalación de las bibliotecas en la nevera es un evento social y público para intercambiar y compartir ropa, accesorios, comida, información, experiencia, arte y artesanía, así los bazares, que solía tener una ubicación fija, siguen ahora las ediciones del proyecto Libro Frigorífico.
Todos pueden participar donando refris, libros o realizando cualquier actividad cultural en torno a estas bibliotecas que pueden ser utilizadas para deleite de chicos y grandes.
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