· El desarrollo de los menús diseñados a medida para los pilotos de Solar Impulse ha supuesto más de 6,000 horas de trabajo de los especialistas del Nestlé Research Center durante más de 5 años
· Solar Impulse es el primer intento en la historia de dar la vuelta al mundo en un avión propulsado por energía solar
Ciudad de México, 27 de junio de 2016.- Nestlé, empresa que desde hace 150 años es pionera en nuevos productos y alimentos, forma parte en esta ocasión del proyecto Solar Impulse, el primer intento de la historia de dar la vuelta al planeta en un avión que necesita energía solar para ser impulsado. El único “carburante” a bordo del Solar Impulse es la comida necesaria para alimentar a los pilotos durante su misión, que ha sido diseñada y hecha a medida por los equipos especializados del Nestlé Research Center, de Lausana (Suiza).
Desde hace más de 5 años, Nestlé Research trabaja de la mano con el equipo de Solar Impulse en el desarrollo de alimentos ricos y nutritivos que están hechos para soportar cualquier tipo de desafío, como son las variaciones de temperatura y las condiciones climáticas adversas que se presentan durante esta gran aventura.
La preparación de los menús han supuesto un gran reto para el equipo de expertos, ya que al estar a mayor altura el cuerpo humano necesita más energía por lo que la composición nutrimental de cada comida y aperitivo debe ser la indicada para los cambios de altitud y temperatura de modo que el rendimiento de los pilotos sea el mejor posible. Además, los menús están diseñados para que los pilotos preparen y consuman la comida fácilmente mientras están encerrados en la cabina o incluso llevando máscaras de oxígeno.
"Al trabajar en estrecha colaboración con el equipo de Investigación de Nestlé, mantenemos la confianza en que vamos a tener la energía y el desempeño necesarios para alcanzar nuestras metas, mientras somos llevados a nuestro límite físico", dijo Bertrand Piccard, iniciador, presidente y piloto del Solar Impulse.
Solar Impulse es un viaje que recuerda de alguna forma el legendario vuelo de Charles Lindbergh sobre el Océano Atlántico en 1927. Mucho ha cambiado en los últimos 90 años desde aquella proeza, no solo en la forma que están propulsados los aviones, sino también en el modo en el que los pilotos cuidan su salud durante estos largos vuelos sin interrupciones.
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