Primera parte
Por Héctor Medina Varalta
En 1927 el "Apóstol rojo de los mayas" como le llamaron algunos, fue declarado benemérito de Yucatán por el Congreso del Estado de Yucatán.
Instrumentos de tortura
El director de Exposiciones sin fronteras, Ricardo Barbosa, amablemente accedió a acompañarnos al interior del museo. En el primer piso se puede encontrar el Museo de la Tortura de los tiempos medievales, dependiendo el delito era la tortura que se les aplicaba, por ejemplo, están Las manillas, se les cerraban en las muñecas y se les jalaba hasta dislocar los hombros y parte de los codos. También se encuentra La silla de la confesión, se sentaba en ella a la persona acusada y hasta que no confesara su culpabilidad se terminaba la tortura, sin embargo, habÃa gente que preferÃa morir que confesar algo que no habÃan hecho; fue cuando idearon la construcción de las prensas, como era con golpes y no confesaban, se utilizaba la prensa.Más adelante encontramos La horquilla del hereje, un instrumento de tortura muy espantoso; se ponÃa una especie de clavo entre la piocha y parte de la tráquea, la tortura era por 48 horas; habÃa un momento en que el acusado se cansaba y al agacharse se incrustaba el clavo adentro, sin embargo, no morÃan por ese castigo sino por la infección contraÃda por el clavo mohoso. Asimismo, encontramos todo un arsenal de instrumentos de azotamiento, muy parecidos a los que se aprecian en la pelÃcula “La pasión de Cristo” de Mel Gibson; El garrote era uno de los instrumentos de tortura más fuertes, iba en el cuello y por atrás estaba la prensa, las vÃctimas morÃan de asfixia.
En el nombre de Dios
En otro pasillo, se encuentran las máscaras de hierro, éstas se calentaban al rojo vivo, se le ponÃan directamente en el rostro de la persona, la cerraban y cosÃa la carne de la cara. Era una crueldad increÃble. Otros de los instrumentos más utilizados en aquellos tiempos fue La Cuna de Judas, diseñada especialmente para las mujeres infieles se postraba en el instrumento y con el peso de la mujer entraba en el recto y en la vagina; más adelante nos encontramos con LosAplasta Pulgares, era exactamente igual, se determinaba la culpabilidad de la persona si ésta no se quejaba, era un fanatismo extremo, pues nadie toleraba el dolor, ya que sólo paraban hasta que tronaran los dedos de la vÃctima. También encontramos La Trenza de Paja, la tenÃa que utilizar la mujeres que quedaban encintas antes de casarse; la gente al sólo verla sabÃa que era una mujer lasciva, no era en sà un instrumento de tortura fÃsica, pero sà mental, se utilizaba en el año de 1470. La Pera es otro instrumento de tortura, se utilizaba tanto en hombres como en mujeres: entraba en el recto, estando adentro, se daba vueltas, abrÃa y desmembraba las partes genitales. En El Potro, se ponÃa a la persona, se le amarraba los brazos y piernas, jalaba una parte del potro y desgarraba toda la espalda. “Cabe resaltar-agrega Barbosa- que el 80 por ciento de los instrumentos que están en exhibición son auténticos, los demás son piezas restauradas. “Muchos visitantes me han cuestionado si todas las piezas son originales, mentirÃa si dijese que todo es auténtico. Hay que recordar que son piezas medievales; tenemos piezas que hemos conseguido en tiendas de antigüedades, que conforme ha pasado el tiempo se han ido restaurando o se les ha dado mantenimiento.
El Empalamiento, que consiste en un palo delgado y afilado en una de sus puntas se utilizaba tanto en hombres como en mujeres; se incrustaba en el recto y se dejaba caer al acusado hasta que el palo salÃa por la boca de la persona. Una de las torturas más extremas era el uso del cinturón de castidad, para la mujer era una tortura si se puede ver el sentido en la que el esposo salÃa fuera, pues en ocasiones provocaba infecciones en los genitales. Por otra parte, se puede decir que uno de los instrumentos de tortura más temido era La Doncella de Hierrode Núremberg, una especie de ataúd con largos picos en ambos lados, estaba diseñada para que la persona durara con vida 48 horas, pues está hecha para que no perforara ni el cerebro ni el corazón. La primera persona que entró en La Doncella de Hierro fue una persona que robó unas coronas en Roma. En cambio, El Cepo, sólo se utilizaba para la humillación, las personas pasaban y escupÃa o golpeaba a los castigados; uno de los más impresionantes es La Guillotina, la que aún funciona perfectamente, nunca se utilizó en México, sino en Europa. A grandes rasgos, esto ha hecho el hombre con los de su misma especie.
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El museo está abierto todos los dÃas de 10:00 a 19:00 horas.
Precios especiales a grupos 3613-0004
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