Este 19 de septiembre se cumplen 30 años del terremoto de 1985 en la Ciudad de México, hemos preparado una serie de modestos posts para recordarlo.
Ajá, así quedan, y ves el último intento que hicieron de salvarse; por ejemplo, la primera persona que vi yo fue a un doctor como de uno noventa creo, tratando de cubrir a su paciente así (levanta los brazos y los coloca en forma esférica hacia en frente) y a las personas que estaban con él. También, otro cuadro era que encontraron a varios médicos de operación, tomados de las manos, fue algo muy impactante, tomados de las manos, de rodillas, hincados, pidiéndole ayuda a la providencia, o al altísimo, como lo quieran llamar a Dios. Pero algo que sí fue un milagro de Dios fue que en las incubadoras de un hospital sacaron a niños que tenían 20 días ahí, casi casi recién nacidos. Yo bajé diez kilos, y por ejemplo cuando Miguel, mi hermano, estaba escarbando con el pico le quitó la oreja a un cadáver, eso lo asustó bastante. Yo tardé como dos meses en recuperarme, mi hermano, en cambio, se tardó más, tres meses.
Uno de cientos de tapabocas que hizo mi madre y muchas otras mujeres en mi calle, con trozos de tela, o incluso con magitel, e hilo de resorte, unos chicos otros grandes.