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viernes, 9 de junio de 2023


·       El 97% de los jóvenes conoce los anticonceptivos, pero más de la mitad no utilizó ninguno en su primera relación sexual ocasionando embarazos no planeados a edades muy tempranas

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Ciudad de México, junio 2023.- En México, el inicio de la vida sexual ocurre entre los 15 y los 19 años de edad. Aunque en promedio, el 97% de esta población conoce la existencia de los anticonceptivos, más de la mitad no utiliza ninguno en su primera relación sexual[1] , esto ocasiona embarazos no planeados en una población muy joven, explica el doctor Eduardo López Ceh, integrante del cuerpo médico de Telefem.

“Los jóvenes deben entender que sí es posible que una mujer quede embarazada en la primera relación sexual y también pueden contraer una infección de trasmisión sexual, por ello es importante tomar precauciones utilizando correctamente los anticonceptivos”, señala.

Es importante que los jóvenes que inician su vida sexual acudan a una cita con un ginecólogo para conocer las opciones en anticoncepción que existen en la actualidad, los jóvenes tienen a su alcance anticonceptivos y educación para poder ejercer una vida sexual informada y responsable.

Datos de la Secretaría de Salud revelan que existen una demanda insatisfecha de métodos anticonceptivos por parte de los jóvenes de 15 a 19 años, y se estima que 17.4 de los nacimientos totales corresponde a mujeres menores de 20 años de los cuales entre 60 y 80% no fueron planeados.[2]  

La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que el aborto es un procedimiento médico habitual y es seguro cuando se utiliza un método recomendado y lo practica una persona que posee los conocimientos necesarios[3], por lo que es importante facilitar su acceso para no truncar su el desarrollo fisiológico y profesional de los y las jóvenes.  

“En Telefem contamos con un sistema de atención enfocado a la interrupción del embarazo, que se conforma tanto por consejeras profesionales en el área de psicología y de orientación en temas de reproducción, así como ginecólogos especialistas en obstetricia que pueden orientar a la paciente a llevar a cabo un proceso de aborto con medicamentos, que es actualmente una de las opciones más seguras antes de las 10 de semanas de gestación”, explica el Dr. López Ceh.

Desafortunadamente la interrupción del embarazo sigue siendo un tema que genera controversia y que está estigmatizado por posibles consecuencias a futuro en la vida reproductiva, pero es un mito, ya que el aborto con medicamentos simula fisiológicamente un aborto espontáneo evacuando por completo el contenido del útero, sin dejar secuelas en el 98% de los casos.

Telefem, ofrece privacidad y apoyo para las personas que requieren una interrupción del embarazo con medicamentos. El proceso es a través de telemedicina, es decir que conectan a la usuaria con profesionales de la salud, quienes les dan seguimiento antes, durante y después de su proceso. También se encargan de enviar el tratamiento hasta el domiciolo de la usuaria.  Un procedimiento completo puede tardar de 2 a tres días en completarse, de esta manera se garantiza la salud de la paciente y puede llevarse en un ambiente de sumo confort y privado, con medicamentos (mifepristona y misoprostol) que tienen 98% de efectividad, recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS)[4], dice el especialista.

Finalmente, el doctor López Ceh, señala que las personas que tengan dudas o requieran el servicio pueden contactar a la organización y buscar ayuda a través de la página telefem.org o del WhatsApp 5572236278 donde desde el primer momento se les dará seguimiento a sus dudas y se les brindará información precisa y científica, de forma anónima y confidencial.

¿Puedo quedar embarazada en la primera vez?

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martes, 24 de mayo de 2016


Un estudio realizado por la Universidad Johns Hopkins, en Estados Unidos, arrojó que las mujeres -casadas o con relaciones estables- que usan métodos de protección, tienen tres veces más sexo que las que no usan ningún tipo de anticonceptivo.
¿Por qué las parejas tienen más sexo cuando usan anticonceptivos? La respuesta es sencilla: por seguridad, ya que separan sexo de embarazo, maternidad-paternidad y se concentran en disfrutar del momento, la relación sexual y a su compañero.

Analizando el estudio Demographic and Health Survey de la Universidad Johns Hopkins, el cual fue realizado a 210,000 mujeres, en 47 países diferentes, me encontré con que las mujeres en edad fértil en matrimonio o con relaciones estables, que usan anticonceptivos, tienen tres veces más relaciones sexuales que las mujeres con parejas que no usan anticonceptivos.

El 90% de mujeres encuestadas informó tener relaciones sexuales durante todo el mes vs el 72% que informó tener relaciones sexuales en ese tiempo sin métodos anticonceptivos. Las más propensas a tener relaciones sexuales en el tiempo marcado fueron las mujeres entre los 20 y 29 años, mujeres con mayor nivel educativo y quienes deseaban tener hijos después de dos años.

Lo que me llevó a reflexionar sobre cuáles son los anticonceptivos que les dan más libertad a la hora del encuentro sexual. Y considero que son aquellos con los que la paciente ha logrado una adecuada adherencia, que no influyen en su peso, además de que no incrementen o  representen un riesgo para su salud.

Otro factor a destacar es que los anticonceptivos de larga duración o el uso de un método por un tiempo largo, da a la mujer mayor posibilidad de adherencia, lo que reduce el riesgo de olvido  o en el caso de los de larga duración, esta parte de olvido no es posible, por tanto el riesgo de embarazo es mínimo o prácticamente nulo.

Pero, ¿a qué llamamos métodos de larga duración? A los anticonceptivos que protegen por varios años, como son el implante subdérmico, una varilla muy pequeña que el médico coloca debajo de la piel en el antebrazo de la mujer (con 3  años de duración);  a los dispositivos intrauterinos (DIU) de cobre; los dispositivos intrauterino de hormonas (de 3 y 5 años de duración); los cuales brindan más tranquilidad y eliminan esa situación de preocupación constante de un posible embarazo durante las relaciones sexuales.

Regresando al estudio de la Universidad Johns Hopkins, éste considera que la anticoncepción moderna presenta una oportunidad para reducir el riesgo de embarazo sin tener que reducir la frecuencia sexual. También destaca que las mujeres necesitan una mejor información sobre sus opciones anticonceptivas para darles la posibilidad de tomar la mejor decisión sobre cómo prevenir los embarazos no deseados.

En lo que estoy de acuerdo, el accesar a los métodos anticonceptivos que en nuestro país son más de 14, entre ellos los de larga duración como el implante subdérmico, el cual está disponible sin costo en todas las instituciones del país, contribuyen a tener un plan de vida reproductiva y libertad al tener relaciones sexuales.

Como diría la líder de este estudio Suzanne Bell, aumentar la disponibilidad de los métodos anticonceptivos, "puede significar cosas buenas para la vida sexual de hombres y mujeres en todo el mundo". Mientras el co-autor del estudio David Bishai, destacó “más planificación familiar, significa más sexo para las parejas casadas".

Me gustaría concluir que una de las metas principales es decidir en qué momento o en qué tiempo deseo embarazarme o volverme embarazar, a esto se le llama un plan de vida reproductiva. La invitación está abierta para visitar al ginecólogo y ver cuál es la opción anticonceptiva adecuada para ti.

 Dra. Elsa Díaz López. Médico Cirujano egresada de la Facultad de Medicina de la UNAM, con especialidad en Ginecología y Obstetricia. Es Director General de GESFEM SC, Grupo Especializado en Salud Femenina. Es miembro de la mesa directiva de la COMEGIC. Forma parte del Colegio Americano de Colposcopia y Patología, Colegio Mexicano de Especialistas de Ginecología y Obstetricia y del Comité de Educación IFCPC (Federación Internacional de Colposcopia y Patología Cervical).Certificaciones: Consejo Mexicano de Ginecología y Obstetricia, Ginecología y Obstetricia.

Mientras más protegida, más segura me siento y disfruto más mi sexualidad.

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martes, 2 de junio de 2015

La Organización Mundial de la Salud (OMS) entiende que la salud sexual es un derecho humano básico, que incluye la capacidad para disfrutar y controlar la conducta sexual y la función reproductiva de acuerdo con la ética social y personal. 

Esta declaración implica que se debe tener la libertad para que no se inhiba la respuesta sexual ni se altere la relación sexual por temor, por vergüenza, por sentido de culpabilidad, por falsas creencias o debido a otros factores. Pero también implica que se debe disponer de la libertad para que las enfermedades orgánicas y otras deficiencias no interfieran con la función sexual y reproductiva.

La impotencia sexual masculina, que en el campo de la medicina se conoce como disfunción eréctil, se define como «la incapacidad persistente o recurrente para conseguir o mantener la suficiente rigidez del pene que permita una relación sexual satisfactoria». Por lo tanto, el problema se restringe a la capacidad de erección del pene y no incluye trastornos del deseo sexual (libido), la eyaculación o el orgasmo, así como a trastornos ocasionales de la erección que pueden ocurrir en determinadas situaciones y que no implican una alteración permanente de la erección.

Hoy en día, es preferible no emplear el término impotencia ya que de esta manera eliminamos todo matiz peyorativo.

No eres el único

Según recientes estudios epidemiológicos, en nuestro país la disfunción eréctil afecta a un 12% de la población masculina entre los 25 y 70 años. Dicho porcentaje, en términos absolutos, viene a ser dos millones de afectados. Se estima que a nivel mundial, este problema puede afectar a más de cien millones de personas. 

Pero no es un tema que se trate abiertamente. Mitos y expectativas culturales de la sexualidad masculina han impedido a muchos parejas buscar ayuda para un trastorno que puede, en la mayoría de los casos, beneficiarse de un tratamiento médico, de hecho en España sólo un 16% de los afectados decide consultar su problema con el especialista.

                                                                                                               
      
                                                       



Así es una erección


La erección tiene lugar cuando el pene se torna rígido, aumentando su tamaño. Esto se debe a que una mayor cantidad llega a los tejidos internos del pene; estos tejidos reciben el nombre de cuerpos cavernosos. 

El pene, desde un punto de vista anatómico, está compuesto de tres estructuras tubulares: dos cuerpos cavernosos y un cuerpo esponjoso. 

Por el interior del cuerpo esponjoso discurre la uretra que es el conducto que comunica la vejiga con el exterior permitiendo el paso de la orina y el semen y en el extremo del cuerpo esponjoso encontramos el glande del pene. 

Los cuerpos cavernosos son dos estructuras que aumentan de rigidez con la erección, gracias a que pueden acumular sangre como si fueran una esponja, al estar formado por pequeñas celdas que, en condiciones normales, albergan muy poca cantidad de sangre, pero que en erección pueden llenarse por completo.
El proceso que permite que la sangre quede atrapada en el pene se desencadena, habitualmente, en el cerebro tras un estímulo sexual o erótico (táctil, visual, olfatorio, auditivo e incluso la propia imaginación o el recuerdo de alguna experiencia). Dicho impulso nervioso viaja desde el cerebro, a través de la médula espinal, hasta los nervios del pene.

La señal que envía el cerebro hace que los vasos que llevan sangre al pene se dilaten y se incremente la cantidad de sangre que entra en los espacios de los cuerpos cavernosos que aumentan de tamaño impidiendo que la sangre que los ocupa pueda salir. Esta situación hace que la sangre quede atrapada en las celdas de los cuerpos cavernosos de pene que aumentan de tamaño e incrementan su rigidez y dureza, produciéndose así la erección.

Cuando el estímulo finaliza o tras la eyaculación, el proceso se revierte: el pene se vacía de sangre y recupera su estado inicial.

El pene, cuando está flácido, está parcialmente lleno de sangre venosa que tiene poca cantidad de oxígeno, con lo que los tejidos cavernosos tienen poca vitalidad. Cuando el pene tiene una erección entra sangre arterial al pene, sangre con alto contenido en oxígeno, de esta manera, los tejidos recuperan vitalidad y se produce la regeneración tisular necesaria para que el pene funcione correctamente.

Es habitual que la actividad sexual no sea continua, y puede resultar hasta impredecible, pero como la erección es necesaria para una buena oxigenación, como solución a este problema se producen erecciones automáticas durante el sueño, en concreto en cada una de las fases REM.

El sueño REM es un sueño profundo en el que se produce un rápido movimiento de los ojos, a lo que debe su nombre (REM es el acrónimo de Rapid Eye Movements). Durante la noche suelen darse cuatro o cinco fases de sueño REM y tienen una duración de entre media hora y una hora, lo que equivale a una o dos horas de sueño en erección. Por ello no es extraño que nos despertemos en erección.

Estas erecciones son necesarias, ya que permiten el correcto funcionamiento de la erección. De hecho, la presencia o ausencia de este tipo de erecciones pueden ayudar a los médicos a resolver problemas de disfunción eréctil: si las erecciones nocturnas son normales en cuanto a su número, duración y rigidez tenemos que pensar que el problema es psicológico; si por el contrario las erecciones nocturnas son escasas en número, en duración o en rigidez hay que pensar que el problema es físico.

Continuara...
 

Erectil

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