En días recientes entró en vigor la Disposición Técnica IFT-011-2017 por la que los fabricantes de equipos terminales móviles que ya cuentan con receptor de señales de radio FM, deberán habilitarlo.
Al respecto, la Cámara Nacional de la Industria de la Radio y Televisión (CIRT) y la Federal Communications Commission (FCC, órgano regulador de las comunicaciones en EE.UU.) manifestaran que la mayoría de los smartphones cuentan con un “chip” que permite captar radio en FM, pero que en la actualidad son pocos los dispositivos en operación que tienen el chip activo.
Cabe destacar que este ordenamiento no obliga a que los fabricantes de equipos móviles incorporen esta capacidad tecnológica para recibir las frecuencias de radio FM, sino que aquellos que ya cuentan con el chip receptor sea activado para efectivamente sintonizar estaciones.
Esto busca que los poseedores tanto de smartphones como de feature phones puedan acceder a contenidos radiofónicos en vivo y de forma gratuita, sin la necesidad de emplear sus datos móviles o estar conectados a una red WiFi.
En un contexto de una demanda manifiesta por el consumo de contenidos audiovisuales, son reveladas en el mercado esas preferencias por contenidos radiodifundidos.
Por ejemplo, de acuerdo con estadísticas del IFT (https://goo.gl/ugzvAr), 40% de los mexicanos escuchan al menos una estación de radio y 17% lo hace a través de un teléfono celular. Todo esto, aunado al hecho que la radio tradicional sigue siendo una de las principales fuentes de acceso a contenidos informativos, culturales, educativos y musicales.
Conviene aquí preguntarnos, qué efectos son previsibles a partir de esa medida. La referida apertura tecnológica deberá estimular la competencia al interior del mercado de contenidos radiodifundidos, por ejemplo, musicales e informativos, a la vez de maximizar el bienestar del consumidor al contar con una mayor oferta de contenidos en la palma de su mano.
Sin lugar a dudas esta posibilidad de acceder a los contenidos radiofónicos a través de una base creciente de smartphones (90.7 millones al cierre de 2016, 17.3% más que en 2015 y 80.6% de las líneas móviles) y de los equipos móviles básicos o feature phones que subsisten en el mercado, pondría la oferta de audio a través de internet que en ocasiones requiere de una suscripción periódica frente a frente con aquella radiodifundida ofrecida de manera gratuita.
Así también, se abre la posibilidad para ser la ruta para nivelar las condiciones de acceso a la radio tradicional y aquella transmitida a través de internet. A su vez, deja ver la intención del regulador de promover el acceso a los servicios de radiodifusión en condiciones de competencia, pluralidad y cobertura universal, así como la progresiva integración de plataformas de contenidos audiovisuales tradicionales y actuales bajo un mismo ecosistema competitivo.
Adicionalmente y como siempre se ha reconocido en la radiodifusión, en situaciones de emergencia o desastre se constituye la vía de información o entrega de alertas más oportuna y efectiva, en circunstancias en las que las redes celulares puedan encontrarse fuera de operación.
No es un tema menor y como tal debe seguir evaluándose en sus pros y contras.
Pero por lo pronto, este ordenamiento del regulador busca y parece ser conducente para conformar una ruta más de beneficio al consumidor basado en el aprovechamiento de las capacidades tecnológicas.
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domingo, 7 de mayo de 2017
jueves, 12 de enero de 2017
Experiencia Internacional
En el mes en curso, finalmente llega el plazo para el inicio del primer cese de señales analógicas de radio FM para transitar a su formato digital en uno de los países nórdicos, en este caso Noruega. Fue precisamente ayer, a casi dos años del anuncio del proceso que comenzaría la transición.
La decisión se basa, en parte, en argumentos de que el costo de la transmisión de radio a través de redes digitales es actualmente ocho veces menor que en FM, y a su vez, al reconocer que la transición favorecerá la pluralidad, diversidad y calidad en los contenidos transmitidos.
Aunado a ello, el contexto de adopción tecnológica bajo el cual se dio inicio a este proceso de transición a las señales digitales consistía en que la mayoría de la población ya contaba con los medios para recibir las señales por vía de nuevas plataformas con niveles de cobertura, acceso, adopción y poder adquisitivo de la población que se encuentran entre los primeros lugares del mundo.
Esta política pública ya aplicada a la televisión analógica, ahora constituye un nuevo capítulo de lecciones para México en búsqueda de eficiencia tecnológica, económica y social, al transitar hacia redes y plataformas digitales para transmisión de comunicaciones y contenidos.
Experiencia en México
Lo anterior contrasta con el entorno nacional, ya que mientras este proceso tiene lugar en el entorno internacional, en nuestro país el órgano regulador organiza licitar concesiones y frecuencias de radio analógica durante este año, 191 frecuencias de FM para uso comercial y aún considera razonable otorgar licencias para operar 66 frecuencias de radio AM.
Tecnología y Realidad Socio Económica
Vale la pena destacar las manifiestas diferencias geográficas, demográficas y socioeconómicas (entre muchas otras) de México y Noruega para la instrumentación de política de comunicaciones.
Así, tras concretar la transición a la televisión digital terrestre en diciembre 2009 para el caso de Noruega y seis años después en México, la puesta en marcha de este segundo apagón analógico pone de relieve la conveniencia que las estrategias para la asignación del espectro radioeléctrico, busque alinearse a las tendencias y estándares tecnológicos que predominan en el mundo, claro, todo sobre la base de la realidad socioeconómica de nuestro país.
Puesto que la realidad es que en México se han demorado los procesos de adjudicación de bandas del espectro que han probado su eficiencia para proveer servicios de conectividad y acceso a aplicaciones de nueva generación. Tal es el caso de la banda de 2.5 GHz, aún sin fecha cierta de licitación, las frecuencias en los 600 MHz en vías de reordenamiento, y la banda de 700 MHz que será puesta en operación a partir de la red pública compartida aún en ciernes.
Los elementos aquí expuestos revelan la necesidad de que las decisiones de industria, de política pública y de conectividad se dirijan a eliminar la brecha de adopción tecnológica en nuestro país, a aproximarnos a estándares, capacidades, plataformas y tecnologías más eficientes en la transmisión de contenidos y de nuestras comunicaciones, y con ello, alcanzar un uso más eficiente del espectro radioeléctrico.
Debemos evitar demoras injustificadas y dejar atrás decisiones de política pública que por su grado de rezago tecnológico parecen decimonónicas.
No sólo se trata de cumplir ineludiblemente con mandatos legales para la asignación de un recurso esencial como lo es el espectro radioeléctrico para el desarrollo de las telecomunicaciones, sino de constituir una verdadera estrategia digital de mediano y largo plazo que aproveche las dinámicas capacidades tecnológicas en las comunicaciones, para su aprovechamiento social integral.
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