En México, cada año se diagnostican entre 6 mil y 8 mil nuevos casos de cáncer gástrico, de los cuales el 70% llega con un especialista en etapas avanzadas de la enfermedad, debido a que este tipo de neoplasia maligna inicia con síntomas parecidos a una gastritis (1).
De acuerdo con especialistas, el cáncer gástrico está relacionado con la edad y es difícil de prevenir, debido al estilo de vida y los malos hábitos alimenticios; además el contacto del tejido epitelial –que cubre el estómago- con alimentos ricos en grasas o con alto contenido de conservadores, pueden desencadenarlo.
Al respecto de los tratamientos innovadores y nuevas soluciones para este tipo de neoplasias, la Dra. Amanda Arrington, especialista en cirugía general y cirugía oncológica del Hospital Houston Methodist explicó que actualmente se está llevando a cabo la cirugía citoreductora y la Quimioterapia Intraperitoneal Hipertérmica (HIPEC por sus siglas en inglés), la cual es una especie de cirugía de dos pasos, que se lleva a cabo “para metástasis generalizadas en la cavidad peritoneal. Cánceres que se han diseminado fuera de su sitio de origen en la cavidad abdominal.” Agregó que “esta cirugía se inició como un tratamiento para algo llamado Jelly Belly, donde hay mucha mucosidad o mucina en el abdomen debido a un tumor apendicular.”
La especialista explicó que tanto la cirugía citoreductora y la HIPEC son procedimientos distintos; “la citorreducción simplemente significa extirpar todo el cáncer, puede incluir básicamente cualquier órgano que necesite ser extirpado, el colon y la vesícula biliar, el apéndice, el estómago, y potencialmente el bazo. Algunos pacientes necesitan una resección hepática parcial o una resección en cuña del hígado. Esa es la función de esta cirugía, extirpar todo el cáncer.”
Agregó que, “extirpar el cáncer, por sí solo, puede paliar los síntomas y hacer que los pacientes se sientan mejor. Pero a veces la tasa de supervivencia es muy baja simplemente con eliminarlo. No estamos mejorando los resultados ni mejorando la calidad de vida, y realmente provocamos mucha adhesión. Entonces, el beneficio de la HIPEC, la cual se basa en agregar quimioterapia caliente además de la citorreducción, es que tiene menos efectos secundarios sistémicos, además de que obtienes una mejor penetración para eliminar cualquier célula cancerosa microscópica que pasó desapercibida o no se pudo eliminar durante la cirugía de citorreducción.”
Durante la HIPEC se hace una disección del peritoneo, el cual es una especie de envoltura que recubre a los músculos para poder llegar al órgano u órganos afectados, para posteriormente aplicar el calor sinérgico de la quimioterapia caliente, lo cual hace que la quimioterapia funcione mejor.
La HIPEC se suministra a través de catéteres que “colocamos en el momento de la cirugía después de que se corta todo y luego la infundimos a través de una especie de unidad de derivación especializada durante 90 minutos irrigados por completo. Es una dosis única,” aseguró la especialista del Hospital Houston Methodist.
En resumen, este procedimiento de dos pasos, de acuerdo con la Dra. Arrington “básicamente se basa en eliminar todo el tumor y luego aplicamos quimioterapia caliente para curar potencialmente o mejorar la duración de la supervivencia. Para algunos de estos cánceres esto pretende ser una cura, pero para otros definitivamente mejora los intervalos sin recurrencia y los resultados de supervivencia.” |
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