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jueves, 30 de diciembre de 2021

En un contexto como el actual, es necesario cuestionar si las agresiones a las mujeres son consecuencia de una misoginia latente en una mayoría de hombres machistas a los que nada ni nadie les ha puesto un alto, reflexiona Experto CETYS
 
Hasta hace unas décadas, en Occidente, el papel de la mujer era la dedicación en exclusiva a la crianza de los hijos y el cuidado del marido. Ahora mismo en el siglo XXI, del cual se ha dicho que será el siglo de las mujeres, en algunos rincones del planeta ellas deben ir totalmente cubiertas. ¿Se le puede llamar a esta situación una aberración machista o va mucho más allá, hasta la misoginia atroz?

De acuerdo con la Real Academia de la Lengua, el misógino es alguien que odia a las mujeres, manifiesta aversión hacia ellas o rehúye su trato. 

En un contexto como el actual, en el que los feminicidios son más que una estadística, “debemos preguntarnos si las agresiones a las mujeres son consecuencia de una misoginia latente en una mayoría de hombres machistas a los que nada ni nadie les ha puesto un alto”, consideró el Dr. Josman Espinosa Gómez, docente investigador de la Escuela de Psicología de CETYS Universidad Campus Mexicali.

Mientras que el machismo consiste en conductas, creencias y comportamientos que promueven, reproducen y refuerzan formas discriminatorias contra las mujeres, al mismo tiempo que crean una polarización de los roles y estereotipos que definen lo masculino de lo femenino, la misoginia es la aversión, odio y creencia de que los hombres son mucho mejores que las mujeres. Ambos promueven conductas, creencias y comportamientos discriminatorios contra las mujeres.

Pero, no son lo mismo. Mientras que la misoginia se fundamenta en el odio hacia la mujer, el machismo no tiene que estar necesariamente basado en el odio, sino suele estar asociado a una serie de dinámicas relacionales de control y/o sumisión que han sido normalizadas a lo largo del tiempo.

Debido al aumento de la presencia femenina en el ámbito laboral, la misoginia se ha puesto más de manifiesto en los últimos años porque el hombre tiene que relacionarse más con la mujer y por lo tanto tiene más oportunidades de demostrar su aversión o de rehuir su trato. Este tipo de patologías provienen de la evolución de la sociedad. Las circunstancias cambian, pero quedan residuos del pasado, ideas equivocadas que se adquieren por aprendizaje, siendo la misoginia un concepto erróneo que se mama en casa.

“Tenemos que aprender a distinguir la delgada línea que separa el machismo de la misoginia, sus límites, a veces, son inexistentes. Muy a menudo, el machista es un claro misógino. Según los psicólogos, tras todo misógino hay un hombre inseguro, originado del miedo a perder su posición de poder, añadido quizás a cierto complejo de inferioridad. El comportamiento del misógino se dirige directamente a mostrar y exhibir su superioridad infravalorando, e incluso llegando a humillar a la mujer”, detalló el especialista.

El yo débil que caracteriza al misógino frecuentemente utiliza mecanismos de defensa como la inhibición y la represión, a menudo enclaustrados en un clima de celopatía. El odio a la mujer es manifestado, sobre todo, en el terreno profesional. Muchos hombres no aceptan el acceso de la mujer a puestos de mayor responsabilidad, y este recelo puede fácilmente transformarse en odio puro, lo cual se traduce en hacerles la vida imposible a sus novias, a sus mujeres o a sus compañeras de trabajo.

En algunas zonas del mundo, principalmente en Oriente Medio, la misoginia se ha institucionalizado bajo el régimen talibán, manifestándose en las conductas de la mujer, siempre al servicio del varón, donde incluso parece ser considerada mala y culpable por naturaleza, mientras que al hombre en general se le considera una persona razonable y religiosa, y no reconoce ninguna patología o defecto en su trato hacia ellas. 

“Mientras estas injusticias sigan vigentes en el mundo, no podremos considerar el siglo XXI como el siglo de las mujeres. Pero no es necesario viajar a otras latitudes para detectar comportamientos misóginos, ya que entre el machismo y la misoginia solo hay un pasito, si no lo creen, pueden revisar decenas de casos de asesinos de mujeres”, concluyó el docente.

MACHISMO Y MISOGINIA: SIMILITUDES, DIFERENCIAS Y DAÑOS .

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lunes, 4 de mayo de 2015

En México que seas mujer aumenta el riesgo de ser víctima de la violencia. Una violencia destilada de un machismo recalcitrante que invade a todos los sectores de la sociedad y que se adhiere a la violencia convulsa y cruel que atraviesa al país de norte a sur en los últimos años. 

Desde la desigualdad laboral y pasando por el acoso callejero, los malos tratos, la exclusión económica, social y cultural... la violencia de género hacia las mujeres desembocó en el asesinato de 12,016 mexicanas de 2007 a 2012, según cifras oficiales. 

Si a esto le sumamos el dato que publicó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) hace algunos meses sobre que en México cada 3 horas una mujer es asesinada, o lo que es lo mismo, que en México cada día mueren 7.2 mujeres, obtendremos una cifra aún mayor de las mexicanas que han sido víctimas de la violencia en el país. 

El Inegi también dio a conocer que 6 de cada 10 mujeres han sufrido violencia a lo largo de su vida, unas 239,000 más que hay que añadir a la lista. Y es que existe un problema con las fechas señaladas, con los días que recuerdan algo especial... las causas, las luchas que sólo son mencionadas durante 24 horas, desaparecen de la conciencia colectiva al día siguiente. En México no sirve de nada escuchar y leer reseñas sobre el 25 de noviembre, promesas y mítines del 
gobierno que apuestan por la igualdad y la erradicación de la violencia de género si al día siguiente todo se mantiene exactamente igual en una sociedad machista y patriarcal como la nuestra. 

Para empezar porque ni siquiera en todos los estados de la Federación es posible acreditar el delito de 'feminicidio'. Sólo 14 estados de la República lo contemplan en sus ordenamientos jurídicos, el resto sólo incorpora tipos penales subjetivos o adicionales a los que establece la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW) por lo que según el Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio (OCNF) de 4,000 asesinatos de mujeres entre 2012 y 2013 sólo fueron investigados como auténticos feminicidios unos 613. Hablamos de 3,387 casos de mujeres asesinadas, con nombre propio, a las que nunca se hará justicia. De las pocas investigaciones que se abrieron sobre feminicidios sólo el 1.6% de los casos derivó en una sentencia firme. 

Según el OCNF, el personal judicial y gran parte de la sociedad sigue sin comprender el tipo penal de 'feminicidio' -asesinato de mujeres por razón de género- y por lo tanto, esta forma de violencia extrema queda invisibilizada en los códigos penales. 

Entre las características de este crimen están la violencia sexual, las 
lesiones degradantes, que haya antecedentes de amenazas o acoso, alguna relación de parentesco, matrimonio o amistad, relación de confianza o subordinación, y que la víctima haya estado incomunicada, y su cuerpo quede expuesto en un lugar público, según Rodolfo Domínguez Márquez, abogado de la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos (CMDPDH). 

No obstante, en algunos estados, por ejemplo Guanajuato, además de lo anterior, se pide que se compruebe que la "víctima haya sido vejada" o que se acredite la existencia de "odio o celos" -como en Puebla-, algo que es muy difícil de demostrar y aumenta las posibilidades de que el caso no se resuelva, como publica la agencia Cimac Noticias. 

Es necesario que exista una homologación del tipo penal de feminicidio en todas las entidades del país, como expresan en el Observatorio del Feminicidio, que todos los estados implementen protocolos de investigación, que se generen mecanismos efectivos y eficaces para identificar la discriminación por parte del personal judicial, y que se garantice que las instituciones cumplirán con la obligación de prevenir y castigar el delito; también que se educará y creará una conciencia cívica al respecto. 

Pero además, hace falta que como 
miembros de la sociedad civil, tomemos conciencia de que el tratar a una mujer como una inferior, objetivizarla como un trozo de carne en un espectacular, una telenovela o una portada de revista; o discriminarla por algo tan ignorante como 'ser una mujer', nos perjudica y nos sume más en el hoyo de país violento que somos. El día contra la violencia hacia las mujeres no sólo debe ser el 25 de noviembre, cada día hay que plantarle cara a la violencia, sea del tipo que sea.

Fuente:En México, si eres mujer te asesinan cada 3 horas - economiahoy.mx


En México, si eres mujer te asesinan cada 3 horas

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