By Mtra. Susana Salazar Gómora
La preferencia sexual es consolidada al término de la adolescencia, no obstante puede iniciar a manifestarse desde la infancia con conductas sutiles para los ojos de los padres. Cuando los papás perciben que sus hijos no son tan masculinos o tan femeninos como ellos desearían generalmente se angustian, se muestran asustados y confundidos; además pueden reaccionar con hostilidad y enojo. La razón principal es: el temor a enfrentarse a que el “ideal” de hijo o hija que se habían imaginado no será cumplido. Entonces inicia una gran carrera llena de intentos por “solucionar” la problemática: imaginan que con asistir a una cita con el neurólogo, el psiquiatra, el cura y finalmente con el psicólogo sus hijos dejarán “de ser diferentes”.
Contrario a estos deseos, los niños que denotan esta preferencia buscan la manera de continuar con sus gustos e intereses. Esta actitud, de enojo y rechazo por parte de los padres suele provocar en los niños frustración, incomprensión, baja autoestima y sobre todo a la largar, terminar por perder la confianza de sus padres. En los escenarios más extremas puede haber intentos de suicido. Lo mejor es tomar en cuenta las siguientes recomendaciones.
¿Qué hacer?
- Durante la infancia es imposible determinar la homosexualidad, lesbianismo o bisexualidad, ya que el desarrollo emocional de los niños se encuentra en constante cambio por el propio aprendizaje.
- No obstante, la repetición de conductas es un indicador en la preferencia sexual de sus hijos (niños o adolescentes). Por ejemplo, si su hijo o hija constantemente busca actividades y juguetes contrarios a su género o gusta de la compañía de amigos de su propio sexo.
- Si notan conductas contrarias a las expectativas de género, antes de regañar es esencial observar para determinar si es una constante o surgió “de repente”.
- Escúchenlo. Más allá de satanizar pregunten a su hijo el por qué del gusto por las muñecas y no los carros: ellos tienen la respuesta.
- Eviten comparar porque al hacerlo están forzando a su hijo a ser alguien que no es. Esto comienza a minar su autoestima y a larga generará trastornos psicológicos e incluso proclividad hacia el abuso del alcohol o las drogas.
- Cuando el coraje y la duda invade a los papás es momento de acudir con un especialista que les ayude a comprender la situación y aceptar la preferencia sexual de sus hijos.
- Un cambio repentino. De un momento a otro su hijo muestra conductas contrarias “ahora habla más femenino”, “su hija golpea a los niños”, vale la pena reflexionar qué lo detonó. Algunas causas pueden ser el divorcio de los padres, la muerte de un familiar, el Bullying, el acoso sexual o hasta un “simple” cambio de escuela o grado escolar. Es imposible generalizar, esto no implica que un hijo sea homosexual.
- Si la preferencia sexual es clara, lo importante es que el hijo o la hija sienta que es aceptado, que requiere aprender a cuidarse y no motivar situaciones en las que lo puedan agredir.
- La preferencia sexual implica la aceptación de uno mismo.
CEEPI cuenta con especialistas en adolescentes que los pueden ayudar a entender la preferencia sexual de sus hijos. Puedes contactarnos al móvil 044-55-16-91-98-27
Mtra. Susana Salazar Gómora es Coordinadora de Difusión en el Centro de Especialización en Estudios Psicológicos de la Infancia. Tiene la Licenciatura en Psicología y una Maestría en Psicoterapia Psicoanalítica Individual. Se especializa como psicoanalista de adolescentes y adultos. Puedes escribirle a susana.salazar@ceepi.mx