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martes, 8 de diciembre de 2015



El fascinante mundo literario de GU Byeong-mo

 Por Héctor Medina Varalta


Guadalajara, Jalisco, diciembre 6 de 2015. La escritora coreana Gu Byeong-mo proviene de una cueva secreta en un lugar recóndito y remoto del mundo. Las historias que ella trajo consigo desde aquel lejano sitio pasan de modo que sólo sus oídos pueden escucharlas y fluyen diversificándose como si se tratara de una persona con diez bocas distintas. El estilo de las novelas de Gu Byeong-mo se asemeja al de la antigua tradición de la literatura oral. La escritora parte sola en busca de las tumbas de historias sin dueño ni lugar sobre las que se han amontonado capas de nieve por miles de años. Y llama a esa voz que se encuentra desatendida dentro de estas tumbas.


En el marco de la Feria Internacional del libro, GU Byeong-mo presentó su libro La panadería encantada, un texto muy ameno, que entre postres, panecillos, bizcochos, galletas, un muñeco vudú de mazapán y un súcubo se desarrolla la trama. 
De acuerdo a la autora, el libro trata de una panadería muy normal, sin embargo, el panadero es un mago ya que lo que se vende en esa panadería tiene efectos especiales o de magia. Por ejemplo, la galleta de vudú que aparece en la portada, si se le da a comer a la persona que uno odia le va a dar un efecto especial para que moleste a esa persona. No obstante, existe una ley en la cual si uno odia a una persona y se le quiere castigar ni siquiera piensa en la propia seguridad, es decir, si yo quiero maltratarla, a mí también me van a maltratar, se me va a regresar. Es la ley de causa y efecto.
Lectores a partir de los 13 años
La autora mencionó que al inicio de su obra el cuento de los hermanos Grimm: Hansel y Gretel influyó mucho para escribir el libro. Asimismo, Byeong-mo quiso representar a esa bruja que aparece en el cuento alemán, pero contrario a la bruja que está llena de ira, el panadero tiene mucho amor y mucha responsabilidad; la escritora hizo una pequeña variación, es decir, adaptando a la sociedad y a nuestro mundo. Por otra parte, la talentosa escritora considera que no existe ni una sola persona que no haya tenido una pesadilla de una realidad que vivimos realmente o de un sentimiento. Por lo tanto, ella quiere mostrar esa presión como elemento y ese elemento es el que representa al súcubo.
En Corea leen este libro a partir de los 13 años, apenas cuando salen de la infancia son quienes acuden a este libro, pero los padres de los niños no les agradó el contenido del libro, no porque éste sea malo o influya negativamente en los infantes, porque los padres quieren sus hijos mantengan lo más largo posible la ternura infantil, pero obviamente los niños en la vida real ya no pueden ser tiernos todo el tiempo, ya que están expuestos a mucha presión y a la delincuencia. Es por eso que GU Byeong-mo quería mostrar a los niños sobre la realidad de lo que estamos viviendo y que los niños tendrán que enfrentarlo. Por dicha razón, hay respuestas o reacciones muy contrarias: hay a quienes les gustan y hay quienes los odian.


La galleta diabólica
La escritora como la mayoría de los seres humanos le gusta la paz y la tranquilidad, pero también al escribir una creación original, también trata de escribir el lado oscuro de los protagonistas-todos sin excepción alguna lo tenemos-. Es decir, no solo refleja cosas bonitas ya que hay cosas muy oscuras en el libro, pero siempre trata de buscar una solución que deja feliz al lector.
GU Byeong-mo se dedica a la literatura desde hace siete años, incluyendo a su libro de debut. Tiene cinco libros de novela larga y tres de novela corta, aún no ha presentado las obras mencionadas porque ya que se encuentra mucho tiempo en el extranjero; La panadería encantada la ha presentado en Francia, Taiwán y México es el tercer país en el que lo ha exhibido. Sus obras que esperamos lleguen muy pronto a México son: Ojalá y no fuera solo a mí; Zapatos Rojos; Les petits pains de la pleine lune y Manzana podrida.

La galleta diabólica de canela 
La escritora coreana sigue escribiendo, creando historias nuevas y publicando. Espero conmover a los jóvenes extranjeros para poder presentar más obras al mundo. Al publicar el libro y publicarlo la han invitado a muchas escuelas y ha conversado con los estudiantes para intercambiar impresiones, sin embargo, los niños buscaban una enseñanza sobre el libro y obviamente si leen el libro se dan cuenta que no hay ese tipo de enseñanzas. Como GU sintió que le iba a afectar negativamente a los niños, desde ahí separó las charlas. Cabe resaltar que en la contraportada hubo un error de dedo, el cual aprovechó GU Byeong-mo para plasmar su creatividad en una etiqueta verde: “Por un descuido, la editora comió una galleta diabólica de canela que le provocó náuseas y fiebre, lo que ocasionó que hiciera pública la identidad secreta de la autora, quien el mundo editorial es mejor conocida como GU Byeong-mo.

Palabras de Kim Ji-eun
Kim Ji-eun, uno de los presentadores menciona que, En los labios de la escritora, aquella voz extraída de debajo de pesados pedruscos sale volando ligera y, cual si se tratara de una conversación con alguien que conocimos ayer, comienza a hablarnos de los problemas de “aquí y ahora”. El dueño de aquella voz, ora, balbucea como si estuviera a punto de exhalar su último aliento, ora encadena incisivas palabras como si se tratara de un enviado anunciándonos que “no sabemos cómo fue”. El lector se agita como si todos sus recuerdos hubieran sido reemplazados. Sintiendo la contradicción de que estas son claramente “historias conocidas”, el lector penetra en el tiempo sumergiéndose hasta el fondo en esa conversación. Y así, se deja convencer por las historias. Deja de creer en su propia vida y comienza a desconfiar fríamente de su imaginación. Y aunque hasta el final espere el común final feliz de los cuentos de hadas y las historias del florclore, este no aparece. Levantando la cabeza del libro liberándose de la ensoñación de su papel como receptor, al final el lector comprueba la mala suerte de la tarjeta que le ha tocado y niega con la cabeza. Finalmente, le pregunta a la escritora: “¿Es esta historia que yo había imaginado?” A lo que ella responde: “La imaginación no garantiza la felicidad”.
Sus obras tratan sobre las cosas que se han roto, secado, podrido y estrellado. La escritora dice: “Todo lo que está vivo, como las frutas que maduran y se pudren, suben hacia el firmamento nocturno y, tras estallar como fuegos artificiales, desaparecen” (Manzana podrida). Por eso se concentra en el instante donde se concluye que todo lo que ha pasado quedará en el olvido. En palabras de la escritora, nosotros al final desapareceremos, pero antes de eso todos “al menos una vez, podremos brillar extraordinariamente”. Por tanto, a pesar de sus limitaciones, esas frutas partidas siguen rodando sobre el suelo…

Mujeres que dejan huella

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