By Héctor Medina Varalta
Dime y lo olvido, enséñame y lo recuerdo, involucrarme y lo aprendo
BenjamínFranklin
La enseñanza ha evolucionado tremendamente
En cada una de nuestras aulas, en cada uno de nuestros programas hay una cámara que observa cómo la impartición del maestro está basada a nuestro método. Además, tenemos un programa de capacitación que llamamos Universidad Harmon Hall donde nuestros maestros reciben más de 350 horas de capacitación para desarrollar las mejores habilidades docentes; y el método perfecto, que a pesar de haberse originado hace 50 años, ha evolucionado tremendamente en estos años que tenemos de permanencia en el mercado, y hoy incorpora la tecnología más avanzada como es la plataforma de Learning que tiene los contenidos de vanguardia y la capacidad de interactuar de manera muy divertida. Asimismo, tiene una capacidad que es para el teléfono, que permite jugar a los equipos, a través de los cuales el estudiante va adquiriendo vocabulario, conjugando mejor los verbos, que permite complementar el curso presencial con esta plataforma y acceder a las salas de conversación internacional donde hay facilitadores nativos, además de gente de todo el mundo, con la cual el estudiante puede conversar en inglés. Nuestros maestros son asignados, dependiendo del nivel del alumno con el perfil adecuado para que la metodología sea entregada como debe de ser y se adapte a las necesidades y al momento y al momento del aprendizaje de cada uno de nuestros alumnos.
Los maestros tienen que cumplir un perfil de excelencia
Para que Harmon Hall permita enseñar inglés a los maestros, lo primero que les pide Harmon Hall es una audición y necesita traer una certificación de cualquiera de las casas certificadoras nacionales que existen en el mercado. Además, cuentan para cada uno de los exámenes de certificación un nivel mínimo que necesitan presentarnos los maestros. Esto tiene que tener, además, una vigencia máxima de dos años. Además, después de haber pasado este nivel, los maestros son entrevistados y se les solicita que den una clase muestra para identificar cuál es el estilo de enseñanza y así saber cuál es el nivel del maestro. Una vez que el maestro ha sido entrevistado, hizo su clase muestra y además cuenta con la certificación, es incorporado al programa de capacitación de inducción donde empieza a impartir clases, a partir de las dos o tres semanas de capacitación, acompañado de cada uno de nuestros coordinadores académicos que tienen en los institutos. Una vez que se le acompaña durante un periodo para hacer observaciones, retroalimentación y capacitarlo con respecto al método de Harmon Hall, empieza ya a impartir clases de manera individual.
Los libros de Harmon Hall
Esto no quiere decir que deje de capacitarse, el maestro continúa capacitándose en la Universidad Harmon Hall, porque obviamente, este contenido de más de 350 horas, pues toma, al menos, entre 18 meses y dos años cubrirlos para poder graduarse en esta universidad.
Por otra parte, la carga económica que puede representar la compra del material, es muy pequeña, ya que sólo hay que comprar un paquete de libros cada cuatro meses, es decir, el mismo paquete de libros sirve para cuatro cursos. Por lo tanto, si el estudiante está en frecuencia semi-intensiva este material puede durar hasta siete u ocho meses y si el estudiante está en frecuencia intensiva dura cuatro meses. Realmente, es un material que tiene una duración y una utilidad muy importante. Esto en adición a la plataforma de Learning que tiene todas estas propiedades que el alumno enriquezca muchísimo su experiencia de aprendizaje.
De acuerdo a Eduardo Soto Magaldi, el trabajo duro siempre paga. Considero que es la lección más importante que he aprendido en mi vida; hay que confiar que si uno, con vehemencia y convicción persigue algo, al final del día, de una manera u otra se va a conseguir. La verdad, es que en lo general, en lo que he aprendido a observar a partir de mi propia experiencia profesional y observando las de otras personas, he visto que la pasión, la disciplina y la perseverancia siempre rinden frutos. Por esa razón yo diría que probablemente esa es la lección más importante que he recibido en mi vida, en el que nada se regala, nada que vale la pena se obtiene fácilmente, pero que vale la pena persistir y esforzarse si uno quiere algo.
Una de las grandes pasiones de nuestro entrevistado, es formar gente. Eduardo Soto, se considera a sí mismo, sin haber sido formado como maestro, pues es ingeniero industrial con una maestría en negocios y otra maestría en mercadotecnia digital. La verdad es que es un apasionado de la docencia y de la educación. Soto considera que no hay un producto terminado más bonito que un estudiante competente y satisfecho. Y eso además, le parece que incide directamente en la felicidad de las personas. Si hay algo que a él le apasiona es el deporte y la educación. Que para Soto, el deporte es una forma de educación, una forma de educar al cuerpo para desarrollar ciertas habilidades. Esa es su respuesta: formar gente y verlas plenas, satisfechas, competentes y superándose. Esa es su mayor satisfacción.
El fracaso es un aprendizaje
Los últimos ocho o nueve años de mi vida los he dedicado a este ámbito. Y yo desde antes ya había empezado a dar clases, a ser docente a nivel licenciatura y maestría por mi pasión en este asunto. Después pude tener la fortuna de poderme dedicar de tiempo completo a esta profesión y a esta industria, a este ámbito de educar gente y tratar de mejorar las oportunidades profesionales y desarrollo que tienen.
Eduardo Soto menciona con honestidad que ha tenido muchos fracasos y varias caídas, que en su momento son momentos no gratos, sin duda alguna. No puede decir uno que los sinsabores de la vida y las caídas en el momento en el que suceden sean muy fáciles de apreciar, su valor, sobre todo. Pero vistas en retrospectiva, ni una sola se arrepiente de haberlas tenido, pues es un aprendizaje valioso.
En cada una de las ocasiones en que me tocó que el resultado no me favoreciera, ya sea por una falta de preparación, de competencia para el momento o por alguna circunstancia en particular a largo plazo, inclusive a un mediano plazo, me dejaron enormes aprendizajes para después superar otros obstáculos que, finalmente siempre se van a presentar en la vida. Afortunadamente, no recuerdo un sinsabor o fracaso en particular que haya tenido y que yo haya dicho “este fue el peor”. No obstante, los peores fracasos son los que más lecciones nos dejan.
A Eduardo le fascina la literatura, por ejemplo, le gusta La Divina Comedia, de Dante Alighieri, ya que, según sus palabras, es un libro muy bonito y muy profundo; El Príncipe, de Nicolás Maquiavelo le parece terrible y desgarrador, pero de una crudeza y gran realismo. También le gustan las películas, sobre todo, el contenido que retrata los matices de las personalidades. No es muy afecto a las películas de terror o de demasiada ficción, le gusta la ciencia ficción que tiene alguna base, por ejemplo, Un mundo feliz de Aldous Huxley, es extraordinario, es un libro que además viéndolo en retrospectiva, pareciera que Huxley es Nostradamus; hay muchísimos elementos que cuando uno lo lee con cuidado y a profundidad nos damos cuenta que están sucediendo y que la sociedad está evolucionando de alguna manera, que pareciera que Aldous Huxley es completamente predecible. Ese libro es uno de los mejores que he leído o son tres de los libros que a Eduardo Soto le han dejado una marca muy profunda y que más le han gustado.
Un privilegio que nos tocó vivir en esta era
Hay otro que se llama “My Life”, de Bill Clinton, en el que escribe toda su gestión. En lo particular, me parece un personaje sobresaliente de la historia de los Estados Unidos. Además, también me gusta leer libros técnicos o que tengan que ver con temas específicos, por ejemplo, de mercadotecnia, “La estrategia del océano azul” de W.Chan Kim, de innovación y diferenciación, me parece que es un libro precioso; “Cruzando el abismo”, para trascender las barreras de Geoffrey A. Moore, para trascender el mercado cuando se lanzan innovaciones tecnológicas, es también un libro muy interesante. Por otra parte, el libro Juárez. El rostro de piedra de Eduardo Antonio Parra. Es un texto que muestra el rostro de Juárez que no todos conocemos; un rostro más humano y por ser más humano de contrastes mayores, en el que no todo se ensalza y no todo es heroísmo, sino que también muestra su parte humana y su relación con sus familiares y con su pareja.
Esta nueva facilidad que tenemos como pertenecientes a esta generación, que tenemos el privilegio de tener esta riqueza audiovisual que es maravillosa. El libro tiene su propio sabor y su propio lugar porque permite al lector crear su propio escenario y darle los matices que su propia historia pretenda darle, pero el teatro y el tema de las películas me parece un privilegio que nos tocó vivir en esta era.
Una excelente filosofía de vida
Al preguntar a nuestro entrevistado que mencionara tres cualidades que lo han llevado al éxito comentó con sencillez: Es siempre muy difícil hablar de uno mismo, luego peca uno de demasiada vanidad. Soy demasiado bravo, es decir, que cuando me propongo algo, y verdaderamente me apasiona y me gusta, lo hago. También doy gracias al azar; cada quien tiene su propio Dios y su propia religión. Doy muchas gracias a la suerte que he tenido, para que además de mi propio esfuerzo, las cosas que se me han regalado. Por eso estoy muy agradecido con la vida porque francamente, he podido vivirla de una manera que estoy muy satisfecho, y si he tenido fracasos como ya lo he mencionado, yo creo que esa capacidad de fracasar, ver la vida con perspectiva, no guardar rencores y moverme hacia adelante, es una de las cualidades que me han ayudado no solamente a ser una persona exitosa. La definición del éxito es absolutamente particular. En mi propia definición del éxito tienen que ver con vivir la vida en paz con uno mismo y con los demás, y tratar de producir, de desarrollar y generar algo bueno en el ámbito inmediato, en el más cercano y en el más amplio que se pueda; ahí me definiría como una persona exitosa. Nunca he definido al éxito como a una persona que ostenta la posición más importante o de mayor jerarquía, ni tampoco como la persona que más dinero tiene, sino aquella que más impacto ha generado y de mejor manera y con la libertad de su propia vida. En ese sentido, modestia aparte, mi mayor cualidad ha sido esa: darle sentido a las cosas. Cuando tenía yo 3 años de edad, mi padre me regaló el poema titulado “Serás hombre, hijo mío”. Es un poema precioso, de lo que significa, realmente, en el fondo ser hombre. Ese poema, se puede decir, que es uno de los principios y las filosofías que han regido a mi vida. Es muy importante la disciplina, muy importante la persistencia y muy importante la perspectiva. En los malos momentos no eres el peor y en los buenos momentos no eres el mejor.
Por último, Eduardo Soto Magaldi dirigió unas palabras a los lectores de news.informanet.us: Los invito a superarse, a ser la mejor versión de sí mismos, que se vean y den el mejor regalo que puedan dar: formarse, convertirse en mejores personas e incidir, en formar y desarrollar mejores personas. Como lo dice un proverbio africano: “Quien crea que no puede tener un impacto grande por ser pequeño, es que no ha dormido en la misma habitación con un mosquito”. Si nos proponemos en día a día en esas pequeñas cosas si hacemos una diferencia.