¿ Qué pasa en la mente y en el actuar de un “gobernante” que con 15 años consecutivos en el “poder” no acepta ni la más remota crítica a sus acciones unilaterales?
En efecto, su única salida es la sistemática represión y persecución de sus opositores, sin importar la violación de todas las garantías y derechos humanos.
Eso es lo que desde hace algunos años está haciendo el régimen de Daniel Ortega en Nicaragua y que en días se ha recrudecido de forma alarmante, pues ahora la cacería es en contra de los representantes de la Iglesia Católica.
Daniel Ortega ha ordenado no solo la disolución de un centenar de organizaciones civiles, sino la expulsión de las Misioneras de la Caridad, una congregación religiosa católica establecida en 1950 por santa Teresa de Calcuta para ayudar a los más pobres, así como el cierre de los medios de comunicación católicos y de los templos de culto.
Desde el 4 de agosto, el Prelado está recluido en la sede del Obispado junto con cinco sacerdotes, dos seminaristas y tres laicos.
Es así como la pareja dictadora de Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo quiere humillar a Mons. Rolando Álvarez (Obispo en Nicaragua) porque el obispo ha expuesto su podredumbre y crueldad desde el púlpito.
Basta ya de la persecución religiosa rampante en Nicaragua, que trastoca impunemente el derecho a la libertad religiosa, consignado en la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Mas |