El cine catalán “es un cine especial y hay que reconocerlo”, asesta Manuel Forcano, director -desde 2016- del Institut Ramon Llull, la entidad a cargo de la promoción de las letras y la cultura catalana en todo el mundo.
En marzo, Guadalajara tendrá oportunidad de confirmarlo de primera mano. Cataluña es Invitado de Honor en la trigésimo tercera edición del Festival Internacional de Cine (entre el 9 y el 16 de marzo de 2018), lo que supone para los mexicanos una oportunidad de oro para generar nuestras propias conclusiones sobre una filmografía diversa y cosmopolita, que no se restringe a sí misma en términos de narrativas y estéticas, ni siquiera en materia de idiomas. “La catalana es una cultura con un idioma propio, pero su cine se genera en diversas lenguas”, confirma Forcano.
Guadalajara extendió la invitación a los catalanes hace dos años. La Generalitat de Cataluña, y en particular, sus instituciones culturales, el Institut Ramon Llull y Catalan Films & TV (Instituto Catalán de las Empresas Culturales) respondieron íntegramente al llamado y ahora traen consigo 30 títulos para ser colocados en las diversas curadurías del festival mexicano, a saber: Competencia, Son de Cine, Premio Maguey, Galas, Cine Culinario y la Muestra de Cine Catalán.
El FICG colocará la estatuilla del Mayahuel en manos de Ventura Pons -el Woody Allen de Cataluña, en palabras del propio Forcano, por lo prolífico de su filmografía y su espíritu incansable- y entregará el Premio Maguey a Erika Lust, nacida en Suecia, pero adoptada por Cataluña, quien ha convertido a Barcelona en escenario modelo del cine erótico. “El cine se trata de esto: de que los creadores sean del lugar donde trabajan”, apunta el director del Institut.
Los proyectos en construcción incluidos en el Decimocuarto Encuentro de Coproducción (dentro de la sección de Industria), y tres exposiciones en torno a emblemas culturales contemporáneos de la comunidad autónoma -su filmografía patrimonial (“Básicos del Cine Catalán”, que se exhibió por adelantado entre el 16 y el 20 de febrero); su festival de cine fantástico, Sitges (“El cine es fantástico”) y su fotógrafo de referencia mundial, Toni Catany (“Cuando ir era volver”)- robustecen este hermanamiento.
“Esto es lo que significa ser Invitado de Honor”, destaca Forcano. El funcionario confía en que después de esta vinculación se elevará el interés por la cinematografía catalana en México: “queremos llegar a los corazones de las personas que ven películas”. En paralelo, el Institut Ramon Llull estará reforzando la exportación de sus producciones cinematográficas a países vecinos de la región mediterránea: aquellos que conforman el Magreb, Italia, Grecia, Turquía e Israel. |
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