Ernesto Piedras
Las demandas ciudadanas del proceso electoral de 2018 se están decantando en torno a dos ejes temáticos: seguridad y combate a la corrupción. Ambos temas están y estarán presentes de manera constante en los discursos, debates e intercambios que realicen los candidatos y las coaliciones que encabezan.
Ante este escenario, inminentemente surge la pregunta: ¿cómo hacer para que las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) sean un elemento central en la agenda de los candidatos?
Antes de dar respuesta a este cuestionamiento, se debe destacar que para quienes hacemos parte a las TIC en el día a día resulta sencillo identificar y reconocer la aportación de la conectividad a la productividad y el crecimiento económico; la importancia de las plataformas digitales en el ejercicio de la transparencia, la libertad de expresión y el derecho a la información, e incluso, la necesidad de desplegar y hacer frente al déficit de infraestructura de telecomunicaciones.
Sin embargo, las plataformas electorales de las tres coaliciones que contienden en este proceso tienen una apariencia más analógica, es decir, no se atiende de manera contundente la demanda digital social.
El conjunto de las tres agrupaciones de partidos políticos aglutina sus escasas propuestas en 6 ejes temáticos, a saber, marco legal e institucional relativo a las TIC, gobierno digital y transparencia, ciberseguridad y privacidad, derechos humanos en las plataformas digitales, infraestructura de telecomunicaciones, economía digital y otros temas disruptivos.
Todos por México (PRI-PVEM-PANAL) concentra su plataforma en aspectos de e-educación y desarrollo de habilidades digitales, mientras que Juntos Haremos Historia (MORENA-PES-PT), en propuestas de desarrollo de la industria TIC. Asimismo, Por México al Frente (PAN-PRD-MC) pone mayor énfasis en aspectos de e-gobierno y transparencia.
Estas propuestas carecen de sistematización ya que, en algunos casos, ignoran que el pilar de toda plataforma TIC debe ser el acceso y desarrollo de infraestructura de telecomunicaciones. Incluso algunas de ellas proponen la adjudicación y explotación de bandas de espectro radioeléctrico que ya fueron asignadas.
La ausencia de la competencia
Un elemento que genera suspicacia en este análisis del contenido relativo a las TIC en las plataformas electorales, con excepción de la coalición Todos por México que representa el candidato Jose Antonio Meade, es la ausencia de la búsqueda de competencia efectiva en los mercados que integran esta industria.
Señores candidatos, ¿por qué están evitando pronunciarse a favor de un aspecto toral y hoy evasivo para el desarrollo de estos mercados? ¿Será que alguien está previniendo para que hablen del tema?
Ante la ausencia a la fecha de estos elementos, los candidatos aún lucen analógicos al igual que las plataformas que los respaldan. No se puede seguir ignorando esta realidad, al hacerlo habría complicidad social en la falta de una agenda o estrategia enfocada en garantizar el derecho acceso a las TIC y en impulsar su utilización como mecanismo de respuesta a temas como el combate la corrupción y la inseguridad que tanto aquejan a los ciudadanos.
Regresando a la pregunta inicial sobre cómo ubicar la agenda TIC entre las prioridades de los candidatos, el conglomerado integrado por la sociedad civil, la academia y la industria deben manifestar sus demandas, en cuantía y contenido, en torno al acceso y uso de las TIC, para que estas tengan presencia en la agenda de los candidatos. Esto es fundamental ya que sin una sinergia colaborativa no se cuenta con el apalancamiento para situar a las TIC en un nivel prioritario de la discusión electoral.
Cada dos semanas hasta el cierre de campañas, se evaluarán y manifestarán en este espacio los avances sobre la definición de propuestas TIC en la agenda de los candidatos, como mecanismo de promoción de las demandas y requerimientos sociales de conectividad en nuestro país.