4 minutos podrían ser insuficientes para millones de cosas: en 4 minutos no se cierra un negocio, no crece un niño, no se hace una amistad, no se recupera la salud, ni se pasea al perro; vaya, ni siquiera se ve un programa de televisión, no se escucha completa casi ninguna canción, y tampoco es tiempo suficiente para fumar un cigarro. Pero en 4 minutos sí pueden suceder cosas maravillosas: te enamoras de unos ojos, disfrutas las sonrisas de tus hijos o de tus padres, ríes a carcajada suelta casi hasta ahogarte, das (o te dan) un beso apasionado o muy tierno, una madre escucha, un anciano muere, una bomba destruye.
¿Qué vas a hacer los próximos 4 minutos?, ¿podrías pensar en algo importante?, ¿podría este pensamiento elevarte a una reflexión?, ¿y podría ésta motivar un cambio en alguna faceta de tu vida?-escribe Helios Herrera.
La fe obra milagros
En efecto, podemos invertir 4 minutos en leer y analizar cada capítulo del libro 4 minutos para crecer y sacarle provecho a nuestra vida. Helios Herrera refiere que en casi 28 años de impartir conferencias se han hecho entre 80 y 100 eventos al año, estamos hablando de 3 mil eventos para cerca de 3 millones de participantes en vivo, además de las cuestiones que hace en línea, entrevistas y medios de comunicación, tenemos testimonios muy bonitos, algunos muy desgarradores pero he aprendido a no creérmela; yo no obro en la vida de la gente, algunas personas me han dicho ‘Helios muchas gracias, cambiaste mi vida’, no es cierto, no hay tal. La gente cambia su vida, yo fui, tal vez, en resumen de una cantidad de conocimientos en el momento oportuno y a la mejor fue un martillo de un carpintero mucho más grande, pero la verdad que quien obra milagros es la misma gente cuando define qué quiere hacer para pagar el precio de lo que quiere y aprende cómo hacerlo.
2 o 3 grados significan mucho
Testimonios hay muchos. Es una carrera que deja muchas satisfacciones, pero aprendes a no creértela, aprendí que no soy yo quien hace la diferencia, cuando mucho me gusta el ejemplo: soy como una especie de roca en el rumbo del barco, es decir, si uno tiene un barco con un rumbo establecido y d repente el capitán de ese barco encuentra una piedra muy grande que lo obliga dos o tres grados hacia babor, dos o tres grados no hacen ninguna diferencia, pero si ese capitán mantiene 15 o 20 años el nuevo rumbo, el destino al que va a llegar es muy diferente al que iba a llegar si no hubiera virado esos tres grados hace 20 años. Me gusta pensar que nuestros seminarios, nuestros contenidos, talleres, la intervención que hacemos en las empresas, se convierte para muchos en esa piedra que obligó al capitán a girar tres grados a babor y que pudo ayudarlo a replantearse sus objetivos y capacidades y le socorrió a llegar a un destino diferente. pero sin duda alguna, el trayecto, el esfuerzo y el precio hay que pagarlo y lo paga el capitán del barco junto con toda su tripulación.
Motivador desde adolescente
Helios Herrera desde los 14 o 15 años tuvo la inquietud de estar en los escenarios, pues quería ser actor, pero estaba muy chavito para serlo. A esa edad llegó a una empresa que vendía cosméticos y perfumes, enganchaba a vendedores y les daba cursos de motivación y de superación personal. Ahí me enamoré de este concepto y se dio cuenta que no quería ser actor, sino utilizar el escenario para impactar a otras personas y desde los 14 o 15 años estuvo año y medio cargándole las maletas y siendo el “chícharo ayudante de los instructores de esa empresa, aprendiendo el oficio y de ahí para el real. Después toda mi formación académica estuvo vinculada a estos menesteres, pero desde los 17 años vive, desayuno, como y ceno todos los días de esta profesión que tanto amo y respeto y que tanta alegría y tanta pasión me genera
Cuánto tiempo tarda Helios en escribir un libro
Al hacerle esta pregunta a nuestro entrevistado, contestó: Imaginarlo, entenderlo, pensarlo, dimensionarlo, acomodarlo me puede llevar entre cuatro a seis meses. Escribirlo, la mera verdad, es cuestión de horas. El problema es encontrar de repente las horas juntas para escribirlo, pero primeramente hay un proceso creativo de varios meses, de ir acumulando experiencias, de ir acumulando ideas, de ir encontrando una necesidad en el mercado algo sensato que decir, probarlo, validarlo. En lo particular no me gusta escribir de cosas que creo o que supongo, sino de cosas que hemos investigado, una forma en que realmente el lector pueda obtener tips muy prácticos, muy sencillos y muy concretos que funcionen. Entonces, mientras valido las teorías y las convierto en técnicas, en prácticas, es el proceso más tardado.
El doctor se enferma, el motivador…
De repente las personas nos ven en el escenario, nos ven en una entrevista en la televisión. Por un lado siempre nos ven de buen humor, con buena actitud; lo que por un lado no significa que siempre estemos de buen humor y que siempre tengamos buena actitud. Por otro lado, los problemas siempre nos tienen igual: vamos al baño, nos cepillamos los dientes, nos huele la boca, tenemos problemas con nuestras esposas e hijos, tenemos soluciones que ofrecer, tenemos traumas de niños, tenemos problemas terapéuticos, somos seres humanos igual que cualquier otro. Tal vez con la diferencia de que hemos estudiado, tenemos algún tipo de información o de conocimiento que puede facilitarnos un poco la toma de conciencia; no hay como ver los problemas sino enfrentarlos. Es un poco-lo digo en uno de mis entrenamientos-es un poco como el Karate, el que yo sepa Karate o Judo no significa que nunca me voy a caer; y cada que voy a aprender técnicas para que el golpe no sea tan fuerte, pero de que uno se va a caer, se va a caer, sin duda alguna. Me voy a lastimar menos, voy a tener una mayor tolerancia a la frustración.
Todos tenemos necesidades emocionales
El tema de generar una conducta o una actitud correcta es un tema de entrenamiento, de conocimiento y de práctica. Vayamos desarrollando la capacidad del pensamiento positivo, del pensamiento proactivo conforme vamos llenando de información nuestro cerebro. Insisto, somos lo que leemos; la calidad de información que ponemos en nuestro cerebro es directamente proporcional a la calidad de vida en todas las facetas de nuestra existencia: familia, sexualidad, trabajo, negocios, el dinero, todas las facetas humanas son susceptibles a desarrollar con el conocimiento correcto y la práctica suficiente. Por otra parte, todos tenemos necesidades emocionales, la necesidad de ser tomados en cuenta, de ser reconocidos. Pero, sobre todo, el concepto motivación no significa estar eternamente como perrito recién bañado brincando de contento, esa es emoción. La motivación es ayudarle al individuo o a las empresas a entender qué te mueve a la acción; parte de la palabra motivación se divide en dos: motivos y acción, cuando tú encuentras el motivo correcto para hacer las cosas encuentras fuerzas que no sabías que tenías.
Encontrando el motivo para motivar
Por ejemplo, piensa a que te invito a que tomes 20 kilos de cemento y tú solo, sin ayuda que los lleves hasta el estacionamiento del edificio de tu oficina, son 700 metros, te costaría mucho esfuerzo. Ahora piensa que tu hijo más pequeño se está broncoaspirando y tienes que llevarlo a 700 metros de distancia donde se encuentra el servicio médico, lo llevarías de inmediato. El kilo de niño y el kilo de cemento pesan lo mismo. Cuando tú encuentras el motivo para generar acciones, la gente simplemente hace lo que tiene que hacer y procura hacerlo bien. Confundimos con estar motivado con estar emocionado. La gente sale a trabajar todos los días, inclusive, de mal humor, sin ganas y con apatía porque saben cuáles son sus motivos. Cuando tú le ayudas a entender qué motivo genera las acciones, cómo puedes vincular tus emociones, tu energía de vida, tu enfoque, lo mejor de ti a la actividad correcta y haces ese clic entre lo que me mueve y la acción que tengo que tomar para lograr lo que quiero, entonces los resultados cambian. Eso es lo que hacemos los consultores en motivación: les ayudamos a las empresas y a las personas a encontrar el motivo correcto que motive, genere la acción correcta para afrontar los resultados y potenciar las capacidades de los grupos, equipos de trabajo y de los individuos mismos.
La ignorancia se cura con conocimiento
Bill Gates refiere: “Tú no tienes la culpa de haber nacido pobre, pero si tienes la culpa de morir pobre.” Considero que el único pecado de la humanidad es la ignorancia. Cuando se busca información y conocimiento se puede generar acciones pertinentes. La pobreza es un resultado finalmente; la riqueza es un resultado; la salud es un resultado; un matrimonio integrado, una relación correcta de pareja son resultados. Tenemos que enfocarnos en las causas no en los efectos. Por lo tanto, la pobreza es una consecuencia de ciertas causas y muchas de éstas, más que ser enfermedades mentales son falta de conocimiento. Yo digo en mis seminarios que la gente no necesita echarle ganas, es más, les prohíbo echarle ganas. Hay dos palancas que mueven tu realidad: aprender y practicar y ya que te salió bien, entonces sí, échale ganas, porque si te la pasas sin tener el conocimiento correcto, lo que va a suceder es que te vas a frustrar mucho y no vas a alcanzar a desarrollar tu potencial. Desde este punto de vista, mi respuesta acerca de que si la pobreza es puede ser una enfermedad mental, yo te diría que es consecuencia, a veces, de un sistema cultural, otras a falta de información y siempre de mucha ignorancia acumulada. Pero me quedo con lo último: cuando el problema es la ignorancia, ésta se cura con conocimiento, porque al leer somos lo que leemos, somos lo que ponemos en nuestras mentes y en nuestros corazones.
Apreciable lector, ¿qué le pareció la entrevista? Para el que escribe estas líneas, todo comienza con un sueño creativo. ¿Increíble? ¿Imposible? Tal vez, pero como dijo Henry Thoreau: “Si construyes castillos en el aire, es ahí donde deben estar. Ahora construye cimientos debajo de ellos.”