Desde la perspectiva empresarial, no solo preocupa la tasa arancelaria efectiva, sino también la disrupción operativa y la incertidumbre que pueden generar las nuevas medidas comerciales adoptadas por Estados Unidos.
El nuevo rĆ©gimen implica un incremento sustancial en la complejidad burocrĆ”tica para cualquier empresa que busque exportar al mercado estadounidense. Incluso las empresas multinacionales con sofisticados mecanismos de cumplimiento enfrentan dificultades para determinar quĆ© tasa arancelaria se aplicarĆ” a los envĆos, dada la compleja red de medidas ahora en vigor, asĆ como la continua incertidumbre sobre cómo se aplicarĆ”n disposiciones clave.
Hacemos un llamado respetuoso pero enfÔtico a la administración estadounidense para que proporcione una orientación mÔs clara y oportuna sobre la aplicación de estas medidas, particularmente para asegurar que las pequeñas y medianas empresas, que pueden ser las mÔs afectadas por esta creciente carga administrativa, no se vean perjudicadas.
Al mismo tiempo, es fundamental mantener la perspectiva sobre el entorno mÔs amplio del comercio global. A pesar de algunos titulares que hemos visto en las últimas semanas, no estamos ante una guerra comercial global generalizada.
La mayorĆa de los gobiernos ha mostrado una notable moderación, evitando medidas de represalia. La gran mayorĆa del comercio global sigue realizĆ”ndose conforme a las normas fundamentales de la Organización Mundial del Comercio (OMC). AdemĆ”s, se observan seƱales alentadoras de apertura comercial en varias economĆas: desde reducciones arancelarias unilaterales hasta nuevos acuerdos comerciales bilaterales y regionales.
El reto ahora es convertir ese impulso positivo en un esfuerzo serio y colectivo por revitalizar el sistema multilateral de comercio. Solo asĆ podremos generar una verdadera prosperidad compartida y nuevas oportunidades para empresas, trabajadores y consumidores a nivel global.
John W.H. Denton AO
Secretario General
International Chamber of Commerce
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