Con naturalidad y sinceridad se puede explicar a los menores sobre la muerte y el duelo, y que aunque se extrañe a quienes partieron es importante aprovechar la vida para generar vínculos y experiencias valiosas, explica Experta CETYS
Mexicali, B.C. a 02 de noviembre del 2022.- Hablar acerca de la muerte puede resultar complicado e incluso estresante para algunas personas, quienes al experimentar angustia en torno a este concepto pueden considerar que el tema no debe exponerse a los niños, por lo que los mantienen alejados de ella y de todo lo que la rodea.
No existe una edad determinada ni para hablar ni para que ocurra la muerte, por lo tanto, mientras más temprano se comprenda que forma parte de la vida, puede ser más sencillo entender lo que pasa ante la pérdida tanto de un ser querido como de una mascota. La clave radica en la forma de transmitir esta información, señaló la Mtra. Ivon Guerrero Ceballos, directora de la Escuela de Psicología de CETYS Universidad Campus Mexicali.
“Una de las maneras más fáciles de tener un acercamiento con la pérdida es cuando en casa hay mascotas. En algún momento se experimentará la muerte de nuestro animal favorito, ya sea un pez, un pollito, un perro o un gato, y debemos ayudarle a comprender al niño o niña el hecho de que esa mascota ya no está”.
Sin embargo, añadió la especialista, a veces los adultos tratan de cuidar los sentimientos del niño y le ocultan la muerte de su animal de compañía, diciéndoles que se escapó de casa, que se lo robaron, e incluso supliendo la ausencia con una mascota exactamente igual a la que partió. Estas acciones pueden funcionar momentáneamente, pero lo recomendable es aprovechar este momento para acompañar a los menores a trabajar sobre su duelo.
Al igual que todas las personas, los infantes atraviesan las diferentes etapas en torno a una pérdida: negación, depresión, enojo, regateo/negociación, hasta llegar a la aceptación. Mientras las viven, es importante invitarlos a expresar sus emociones, no invalidar su pérdida ni burlarse o hacer comentarios hirientes al respecto, ya que el niño o niña sufren por un ser significativo que ya no está.
Por otra parte, la cultura mexicana tiene una fuerte relación con la figura de la muerte, que se despliega en todo su esplendor cada 02 de noviembre con el Día de Muertos, jugando con ella, haciéndola divertida e incluso amable. “Este también puede ser un buen momento para abordar con los más pequeños el significado de la muerte”, destacó la académica.
Enseñarles que la muerte es parte de la vida puede ayudarles a comprender que, así como las mascotas, las personas también tienen una vida finita, que en algún momento van a morir; siempre con cuidado de no manejarlo como algo de lo cual asustarse, sino como un hecho que eventualmente va a suceder, sin fecha determinada, pues niños, jóvenes y adultos pueden fallecer por distintas causas.
“Cada niño puede hacer preguntas en el momento en el que enfrente una situación de esta naturaleza y es importante que los padres vayan respondiendo con naturalidad, con tranquilidad, y con la verdad a las preguntas de los niños”, recomienda la Mtra. Ivon Guerrero.
La información a brindar depende de la edad del menor, así como de la concepción de la muerte que tienen los adultos a cargo, quienes deben recordar que son ellos quienes modelan algunos comportamientos ante la pérdida, como el llanto, la desesperación, la angustia; los niños están viendo lo que está pasando y mucho de lo que los adultos hacen va a ser replicado por ellos.
“En ocasiones los padres evitan tocar estos temas porque consideran que son muy pequeños o que no lo van a entender, pero si el niño lo pregunta es porque tiene interés, y lo que toca es acompañarlo, no juzgarlo, no burlarse de lo que pueda expresar. Cuando se experimenta la pérdida de una mascota pueden organizar memoriales para despedirla; cuando se trata de una persona o familiar no siempre es recomendable que los niños le vean, pero sí es importante buscar la forma de que pueda despedirse de esa figura”.
Tras la despedida, tal y como sucede en las personas adultas, los niños pueden experimentar sentimientos de tristeza profunda. Es importante prestar atención a qué tanto se prolonga esa experiencia, pues aunque es normal entristecerse ante una pérdida, lo esperado es que poco a poco se reincorporen a su vida académica y a sus relaciones con los demás. Dormir mucho o dormir menos, comer mucho o comer menos y dejar de hacer algo que antes disfrutaba, son señales que indican la necesidad de buscar orientación psicológica para actuar de la mejor manera frente a lo que está pasando.
“Hay que ayudarles y permitirles que expresen el cariño que sienten, que comprendan que físicamente la persona fallecida ya no va a estar con ellos pero conservan las experiencias, los recuerdos que construyeron juntos y que eso es algo valioso que pueden mantener a lo largo de su propia vida. A veces minimizamos o creemos que los niños no tienen la capacidad de elaborar un duelo pero no debe ser así; es importante decirles siempre la verdad y aprovechar los momentos oportunos para hacerlo. Las festividades del Día de Muertos pueden representar un acercamiento hacia lo que significa la vida, lo que significa la muerte y enfatizar que es algo natural que todos vamos a pasar, que aunque extrañamos a las personas que no están es importante y valioso aprovechar el tiempo que tenemos para generar vínculos y relaciones”, concluyó la directora.
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