Header Ads Widget

Depresión y genialidad


Primera parte
Por HƩctor Medina Varalta

¡CuĆ”n parecidos son el genio y la locura!-afirma con seguridad Diderot-. Aquellos a los que el cielo ha bendecido o maldecido estĆ”n mĆ”s o menos sujetos a estos sĆ­ntomas, los padecen con mĆ”s o menos frecuencia, de manera mĆ”s o menos violenta. Se les encierra o encadena o bien se les erigen estatuas.>> Por otra parte, Philippe Brenot, autor del Genio y la locura, comenta: “Si hay un personaje que haya jugado la carta de la excentricidad pretextando locura, sin duda, es Salvador DalĆ­, cuya autenticidad, cuya autenticidad, pese a todo, no se puede poner en duda. Su exhibicionismo grandilocuente, el gusto por la pompa y lo estrafalario, su manierismo verbal erigido en sistema nos deja de Ć©l una imagen bufa e histriónica. Su alegato de un mĆ©todo paranoico crĆ­tico es a la vez una burla del psicoanalis y un testimonio vivo de esa asociación popular del genio y la locura. DalĆ­ elabora su sistema defensivo tras un encuentro en 1935 con Jaques Lacan que acababa de publicar su tesis sobre la psicosis paranoica. Su personalĆ­simo mĆ©todo, que tal vez constituyó para Ć©l un sistema de equilibrio, consistĆ­a en darle gusto a sus fantasmas y obsesiones, controlando al mismo tiempo, segĆŗn afirmaba su delirio. El excĆ©ntrico pintor se declaraba ajeno a la locura recurriendo, como siempre hacĆ­a, a la paradoja >>La Ćŗnica diferencia entre yo y un loco es que yo no estoy loco>>.
¿QuĆ© es la depresión?
Durante siglos la gente consideró la depresión como un signo de debilidad fĆ­sica o mental y a menudo se rechazó la idea de que fuera un problema legĆ­timo de salud. “Todo estĆ” en tu cabeza”, era una frase comĆŗn que escuchaba la gente que tenĆ­a depresión. DespuĆ©s de aƱos de investigación, los mĆ©dicos reconocen ahora a la depresión como un trastorno mental-una enfermedad con una base biológica que a menudo se ve influenciada por el estrĆ©s psicológico y social. Se cree que una compleja interrelaciones de factores que incluyen la genĆ©tica, el estrĆ©s y los cambios en el funcionamiento corporal y cerebral desempeƱan un papel importante en el desarrollo de la depresión. La gente con depresión puede tener niveles anormalmente bajos de ciertas sustancias quĆ­micas del cerebro y actividad celular mĆ”s lenta en Ć”reas del cerebro que controlan el estado de Ć”nimo, el apetito, el sueƱo y otras funciones. La depresión puede afectar no sólo el estado de Ć”nimo. Puede tambiĆ©n. Puede desorganizar tambiĆ©n sus patrones de sueƱo y comida y disminuir su impulso sexual. La depresión filtra lo que el individuo piensa de las cosas y hace que sus pensamientos sean mĆ”s negativos y pesimistas.

Los episodios depresivos
Afecta el conocimiento que uno se tiene de sĆ­ mismo, disminuyendo la sensación de autoestima. Impacta sobre la forma en que actĆŗa y lo hace mĆ”s a menudo mĆ”s irritable y ambivalente. La depresión puede ocurrir sola o puede ser complicación de otra enfermedad. Puede ocurrir como una reacción a un medicamento o a una droga. Puede ocurrir despuĆ©s del parto o como resultado del abuso del alcohol o las drogas. Puede ser unan respuesta al estrĆ©s provocado por un cambio de trabajo, la pĆ©rdida de un ser querido o algĆŗn otro evento difĆ­cil. Algunas veces simplemente aparece, sin ningĆŗn factor precipitante aparente. Tanto el pensamiento como la actividad se hacen generalmente mĆ”s lentos durante los episodios depresivos. El cansancio, la debilidad, la indiferencia y la falta de voluntad caracterizan a una enfermedad que aĆ­sla a quienes la padecen, impidiĆ©ndoles tambiĆ©n establecer lazos afectivos consistentes y realizar las mĆ”s mĆ­nimas tareas de la cotidianeidad. En el caso de los artistas, ello provoca frecuentemente bloqueos creativos, aunque muchos de ellos pueden sobrellevarlos incorporando sus sufrimientos a su obra.  
Arte y depresión
Figura sobresaliente del Romanticismo francĆ©s, el compositor HĆ©ctor Berlioz fue calificado en su Ć©poca como un “monstruo” y “supremo arquitecto del gigantismo musical” luego del estreno de su hiperbólico Requiem. Pese a la fuerza de sus creaciones, sufrió frecuentes episodios de depresión, que calificaba como “el mĆ”s terrible de todos los males de la existencia”. HĆ©ctor Berlioz  sufrió durante la mayor parte de su existencia de profundas depresiones. Con lujo de detalles, se referĆ­a a estas como efectos de una melancolĆ­a activa, dolorosa y tumultuosa, y otra caracterizada por el hastĆ­o, la soledad, el letargo y la falta de sentimientos. “Nuevamente fui presa de esa espantosa aflicción-psicológica, nerviosa, imaginaria-“, escribió en una ocasión: “El ataque cayó sobre mĆ­ con extraordinaria fuerza. PadecĆ­ horrores y me quedĆ© gimiendo en el suelo, estirando los brazos con desamparo y tratando convulsivamente de arrancar manojos de pasto e inocentes margaritas de ojos bien abiertos, luchando contra la sensación aplastante de ausencia, contra una soledad mortal”.
Virginia Woolf, una escritora atormentada
A HĆ©ctor Berlioz le sobrevivió su fabuloso sentido de la orquestación, junto con sus desesperados textos: “Es difĆ­cil expresar con palabras lo que sufrĆ­, el anhelo que parecĆ­a estar arrancĆ”ndome el corazón desde las raĆ­ces, la espantosa sensación de estar solo en un universo vacĆ­o, la agonĆ­a que me estremece como si la sangre helada corriera por mis venas, el asco de la vida, la imposibilidad de morir. Ni el propio Shakespeare pudo nunca describir esta tortura; pero en Hamlet la considera como uno de los peores males de la existencia”. Por otra parte, el marido de Virginia Woolf, describe muy claramente la intensidad de los accesos manĆ­acos de Virginia, que alternaban con graves fases depresivas. >> Los sĆ­ntomas se repitieron cuatro veces en su vida, y ella cruzó la frontera que separa la salud mental de lo que llamamos locura. Tuvo una depresión mental en su infancia; una depresión mayor tras la muerte de su madre en 1895, otra en 1914 y una cuarta en 1940. >> Aunque estĆ© marcada por los acontecimientos de la vida y de su valor simbólico, la enfermedad depresiva no puede ocultar su carĆ”cter de autoalimentación, y en general los accesos aumentaban progresivamente de intensidad hasta el paroxismo del suicidio en 1941. Leonard, el esposo de Woolf prosigue:
Trastorno bipolar
>>En cada uno de estos casos, la enfermedad presentaba dos estadios distintos; desde un punto de vista tĆ©cnico, se les da el nombre de maniacos-depresivos (en la actualidad se le conoce como trastorno bipolar). En el estado manĆ­aco estaba enormemente excitada; su mente galopaba; hablaba con volubilidad y, en el momento mĆ”s fuerte de la crisis, de forma incoherente tenĆ­a alucinaciones y oĆ­a hablar en griego a los pĆ”jaros en el jardĆ­n […] En el estadio depresivo, todos sus pensamientos y  era lo contrario de lo que habĆ­an sido en el estadio maniaco, todos sus pensamientos y emociones eran lo contrario de lo que habĆ­an sido en el estadio maniaco>>. De acuerdo a Brenot, “en un reciente estudio biogrĆ”fico sobre treinta y seis grandes poetas britĆ”nicos e irlandeses del siglo XVIII, Kay Jamison constató en ellos la enorme frecuencia de los trastornos bipolares del humor: dos se suicidaron, ocho tuvieron una evolución psicótica, catorce tenĆ­an un historial familiar plagado de psicosis, melancolĆ­a y suicidios, y finalmente seis de ellos terminaron su vida en un hospital psiquiĆ”trico. La proporción es impresionante”.

Publicar un comentario

0 Comentarios