Ciudad de México, a 26 de mayo de 2020. Si hay un piloto que ha probado las mieles y las hieles del mundo automotor ese es Rubén Pardo, quien además se ha levantado de las adversidades para seguir adelante en su objetivo de ser campeón.
Su historia como driver inicia desde antes de su nacimiento cuando ya experimentaba en el seno materno todos esos sentimientos y emociones que provoca el automovilismo. Su padre era amante del deporte motor, por lo que era imposible que tanto Rubén como su hermano Carlos se alejaran de las pistas.
“Sé que mi gusto por el automovilismo inició desde que tenía 4 años, aunque empecé a practicarlo a los 13, la herencia familiar era innegable. Mi papá era piloto de carreras, en plan de hobby, le encantaban las motos, los coches, lo que fuera que tuviera gasolina, así que yo iba a las pistas o a los autódromos desde que estaba en el vientre de mi madre, creo que desde ese momento tengo pasión y gusto a este gran deporte.
“Con el paso de los años, ya que mi hermano y yo empezamos a correr, mi mamá siempre se preocupaba mucho por nosotros, aunque nunca nos lo externó, no le quedó de otra más que apoyarnos y siempre lo hizo de la mejor manera”, dice Pardo.
Gracias a su papá y su mamá, Pardo cree ser quien es, un personaje competitivo, dedicado, entregado, sabedor de que sin esfuerzos no hay recompensa; que las reglas y obligaciones, son necesarias para sobresalir en la vida. Ambos, dice, los instaron a ser buenos alumnos para ser grandes maestros.
Pero antes de lograr su objetivo debieron pasar muchos años de insistencia y de molestar a su padre para que le diera la oportunidad de tener una motocicleta. Fue entonces donde el aprendizaje y el gusto por el automovilismo se afianzó hasta hacer realidad ese sueño de convertirse en un profesional.
La trayectoria del hoy driver de la máquina #77 de ZTE Smartphones – Telcel – Monster Energy – Castrol – ITCR Infraestructura – Skippy – Hangar Inn Hotel Select – Poder Global – Crash Daytona – Team Race Planet e integrante del equipo 2b Racing es de admirarse.
Rubén Pardo ha conquistado los siguientes títulos: Campeón de motociclismo (600 cc), Campeón Reto Escudería Telmex Shifter 125cc, Bicampeón Pick-Ups Dodge, Campeón y subcampeón de Tractocamiones Ford, Campeón y subcampeón del Reto Neón, Copa Motorola, Subcampeón Stock Cars Desafío Corona.
A ello le agregamos la parte internacional donde destaca por ser el primer y único hispano en conseguir el Rookie of the Year en la NASCAR Busch East Series en USA; además participó en la categoría NASCAR Busch Series ahora Nationwide Series, en NASCAR Trucks Series, en los XFinity SERIES y en IMSA Categoría GS Porsche 911, en Estados Unidos.
En nuestro país ha sobresalido durante más de dos décadas en ésta que es su pasión, y varios de esos años, desde el 2004, como protagonista de la categoría estelar del campeonato más importante de América Latina, NASCAR Peak México Series.
Recorrer ese camino glorioso no ha sido nada fácil para Rubén Pardo. “Este es un deporte nada barato, por lo general hay que tocar puertas para conseguir patrocinadores que aporten los recursos o apoyos económico e ir creciendo simultáneamente en el medio.
“Mi sueño no se cumplió por pertenecer a una familia adinerada, sino por trabajo, esfuerzo, sacrificio, dedicación, ganas y hambre de triunfo. Sin embargo, lo difícil es permanecer y mantener a los patrocinadores”, asegura este piloto quien al transitar por las pistas ha tenido como contrincante a la adversidad.
Durante la temporada 2005 de Nascar, en la carrera que se realizó sobre el trazado del autódromo de Monterrey, Nuevo León, explotó el extintor de su auto con resultados graves sobre su persona y por la que fue sometido a ocho cirugías en sus piernas.
“Se me rompieron los talones, los tendones de Áquiles, tibia y peroné, lo que empeoró debido a un síndrome compartamental, casi me amputan la pierna derecha por ese problema de circulación, pero afortunadamente mi papá se negó a esa intervención invasiva. Tras el percance parecía que todo terminaba para mí como piloto, pero gracias a Dios, al doctor, a mi familia y a mi perseverancia por salir adelante, sigo compitiendo y dedicándome a mi gran pasión”.
Pero la mayor tragedia la experimentaría en 2009 cuando su hermano Carlos, también piloto profesional, sufriera un accidente fatal en el autódromo de Amozoc, en Puebla, donde ambos competían en la fecha 4 de la temporada.
“Todo ello marcó mi vida, me hizo un hombre más fuerte al tiempo que muchas perspectivas sobre el deporte cambiaron. Después de mi accidente solo pensaba en regresar a las pistas lo antes posible, lo cual fue bastante complicado. Y, con respecto al accidente de mi hermano, nunca pasó por mi mente dejar lo que hoy más anhelo y que me apasiona que es estar arriba de un coche, el automovilismo es mi trabajo, mi vida, mi pasión, mi todo, lo que me mantiene muy cerca de mi hermano”, dice Rubén.
En las pistas los errores cuestan y muy caro. Por ello asegura que la concentración, los reflejos y la agilidad mental son básicos a la hora de ponerse detrás de un volante y encender motores.
“Desde entonces trato de ser más cuidadoso y de hacer mejor las cosas, en especial ahora que soy papá, corro con más madurez que otros pilotos más jóvenes, pero al final del día trato de no arriesgar a lo bruto, eso es una gran diferencia”.
Pardo, atleta Monster Energy, defiende a capa y espada sobre el trazado de las pistas nacionales los colores de sus patrocinadores y de su escudería, tiene en claro que nada de lo que ha logrado a lo largo de más de 20 años de experiencia tras el volante, sería posible sin el apoyo de sus seres queridos y en especial el de su familia.
“Mi mujer Carolina Norris, es una pieza sumamente importante en mi vida y qué decir de mis hijas Bianka y Danika, ellas lo son todo para mí; me gusta que a Bianka le guste el mundo del automovilismo el cual disfruta en persona cada fin de semana que hay oportunidad, es un hecho de que quiero que aprendan a manejar bien, tanto en auto como en moto, pero obviamente espero que estudien y trabajen en la profesión que elijan, --yo soy mercadólogo y nunca he ejercido como tal--, las voy a apoyar en lo que quieran porque eso hicieron mis padres con mis hermanos y conmigo, así me educaron.
“Sin embargo, cuando digo que no es opción para ellas ser pilotos de carreras, es porque me da miedo que se involucren en este deporte que también tiene sus bajones, sus dificultades, adversidades, sacrificios, son muchas cosas con las que te tienes que enfrentar, quizá como en cualquier trabajo, pero aquí el círculo es mucho más pequeño, es muy complicado; cuando más cómodo o mejor te sientes, las cosas cambian en un instante”.
En el plano profesional, Pardo cuenta con un equipo que al final del día llega a convertirse en una familia más, en este caso los integrantes del 2b Racing. Y si algo ha aprendido en este largo camino es que el trabajo en equipo es fundamental.
“Los resultados buenos, malos, regulares son de todos, aunque por lo general los encaramos nosotros los pilotos. Gracias a Dios, me he desenvuelto muy bien con todos los que he trabajado, aunque todo tiene un proceso y depende mucho de la gente, si tienen la misma hambre de triunfo que tú.
“Pero al final del día es imprescindible confiar en todos los integrantes de la escudería porque es muy fácil repartir culpas, pero el chiste es enfrentarlas para llegar a donde uno quiere y así entre todos, disfrutar de las mieles del éxito en un mundo tan competitivo como lo es el automovilismo”, finaliza Rubén Pardo Estévez, quien se describe como un ser humano transparente, honesto, un hombre que se ha dado a respetar, que siempre está dispuesto a brindarle su apoyo a quien lo solicite, pues es la educación y los valores que le inculcaron sus padres.
Mantente informado a través de sus redes sociales, sobre el curso que seguirá Rubén Pardo durante la temporada 2020 de NASCAR Peak México Series una vez que las autoridades den el banderazo de salida al campeonato.
Su historia como driver inicia desde antes de su nacimiento cuando ya experimentaba en el seno materno todos esos sentimientos y emociones que provoca el automovilismo. Su padre era amante del deporte motor, por lo que era imposible que tanto Rubén como su hermano Carlos se alejaran de las pistas.
“Sé que mi gusto por el automovilismo inició desde que tenía 4 años, aunque empecé a practicarlo a los 13, la herencia familiar era innegable. Mi papá era piloto de carreras, en plan de hobby, le encantaban las motos, los coches, lo que fuera que tuviera gasolina, así que yo iba a las pistas o a los autódromos desde que estaba en el vientre de mi madre, creo que desde ese momento tengo pasión y gusto a este gran deporte.
“Con el paso de los años, ya que mi hermano y yo empezamos a correr, mi mamá siempre se preocupaba mucho por nosotros, aunque nunca nos lo externó, no le quedó de otra más que apoyarnos y siempre lo hizo de la mejor manera”, dice Pardo.
Gracias a su papá y su mamá, Pardo cree ser quien es, un personaje competitivo, dedicado, entregado, sabedor de que sin esfuerzos no hay recompensa; que las reglas y obligaciones, son necesarias para sobresalir en la vida. Ambos, dice, los instaron a ser buenos alumnos para ser grandes maestros.
Pero antes de lograr su objetivo debieron pasar muchos años de insistencia y de molestar a su padre para que le diera la oportunidad de tener una motocicleta. Fue entonces donde el aprendizaje y el gusto por el automovilismo se afianzó hasta hacer realidad ese sueño de convertirse en un profesional.
La trayectoria del hoy driver de la máquina #77 de ZTE Smartphones – Telcel – Monster Energy – Castrol – ITCR Infraestructura – Skippy – Hangar Inn Hotel Select – Poder Global – Crash Daytona – Team Race Planet e integrante del equipo 2b Racing es de admirarse.
Rubén Pardo ha conquistado los siguientes títulos: Campeón de motociclismo (600 cc), Campeón Reto Escudería Telmex Shifter 125cc, Bicampeón Pick-Ups Dodge, Campeón y subcampeón de Tractocamiones Ford, Campeón y subcampeón del Reto Neón, Copa Motorola, Subcampeón Stock Cars Desafío Corona.
A ello le agregamos la parte internacional donde destaca por ser el primer y único hispano en conseguir el Rookie of the Year en la NASCAR Busch East Series en USA; además participó en la categoría NASCAR Busch Series ahora Nationwide Series, en NASCAR Trucks Series, en los XFinity SERIES y en IMSA Categoría GS Porsche 911, en Estados Unidos.
En nuestro país ha sobresalido durante más de dos décadas en ésta que es su pasión, y varios de esos años, desde el 2004, como protagonista de la categoría estelar del campeonato más importante de América Latina, NASCAR Peak México Series.
Recorrer ese camino glorioso no ha sido nada fácil para Rubén Pardo. “Este es un deporte nada barato, por lo general hay que tocar puertas para conseguir patrocinadores que aporten los recursos o apoyos económico e ir creciendo simultáneamente en el medio.
“Mi sueño no se cumplió por pertenecer a una familia adinerada, sino por trabajo, esfuerzo, sacrificio, dedicación, ganas y hambre de triunfo. Sin embargo, lo difícil es permanecer y mantener a los patrocinadores”, asegura este piloto quien al transitar por las pistas ha tenido como contrincante a la adversidad.
Durante la temporada 2005 de Nascar, en la carrera que se realizó sobre el trazado del autódromo de Monterrey, Nuevo León, explotó el extintor de su auto con resultados graves sobre su persona y por la que fue sometido a ocho cirugías en sus piernas.
“Se me rompieron los talones, los tendones de Áquiles, tibia y peroné, lo que empeoró debido a un síndrome compartamental, casi me amputan la pierna derecha por ese problema de circulación, pero afortunadamente mi papá se negó a esa intervención invasiva. Tras el percance parecía que todo terminaba para mí como piloto, pero gracias a Dios, al doctor, a mi familia y a mi perseverancia por salir adelante, sigo compitiendo y dedicándome a mi gran pasión”.
Pero la mayor tragedia la experimentaría en 2009 cuando su hermano Carlos, también piloto profesional, sufriera un accidente fatal en el autódromo de Amozoc, en Puebla, donde ambos competían en la fecha 4 de la temporada.
“Todo ello marcó mi vida, me hizo un hombre más fuerte al tiempo que muchas perspectivas sobre el deporte cambiaron. Después de mi accidente solo pensaba en regresar a las pistas lo antes posible, lo cual fue bastante complicado. Y, con respecto al accidente de mi hermano, nunca pasó por mi mente dejar lo que hoy más anhelo y que me apasiona que es estar arriba de un coche, el automovilismo es mi trabajo, mi vida, mi pasión, mi todo, lo que me mantiene muy cerca de mi hermano”, dice Rubén.
En las pistas los errores cuestan y muy caro. Por ello asegura que la concentración, los reflejos y la agilidad mental son básicos a la hora de ponerse detrás de un volante y encender motores.
“Desde entonces trato de ser más cuidadoso y de hacer mejor las cosas, en especial ahora que soy papá, corro con más madurez que otros pilotos más jóvenes, pero al final del día trato de no arriesgar a lo bruto, eso es una gran diferencia”.
Pardo, atleta Monster Energy, defiende a capa y espada sobre el trazado de las pistas nacionales los colores de sus patrocinadores y de su escudería, tiene en claro que nada de lo que ha logrado a lo largo de más de 20 años de experiencia tras el volante, sería posible sin el apoyo de sus seres queridos y en especial el de su familia.
“Mi mujer Carolina Norris, es una pieza sumamente importante en mi vida y qué decir de mis hijas Bianka y Danika, ellas lo son todo para mí; me gusta que a Bianka le guste el mundo del automovilismo el cual disfruta en persona cada fin de semana que hay oportunidad, es un hecho de que quiero que aprendan a manejar bien, tanto en auto como en moto, pero obviamente espero que estudien y trabajen en la profesión que elijan, --yo soy mercadólogo y nunca he ejercido como tal--, las voy a apoyar en lo que quieran porque eso hicieron mis padres con mis hermanos y conmigo, así me educaron.
“Sin embargo, cuando digo que no es opción para ellas ser pilotos de carreras, es porque me da miedo que se involucren en este deporte que también tiene sus bajones, sus dificultades, adversidades, sacrificios, son muchas cosas con las que te tienes que enfrentar, quizá como en cualquier trabajo, pero aquí el círculo es mucho más pequeño, es muy complicado; cuando más cómodo o mejor te sientes, las cosas cambian en un instante”.
En el plano profesional, Pardo cuenta con un equipo que al final del día llega a convertirse en una familia más, en este caso los integrantes del 2b Racing. Y si algo ha aprendido en este largo camino es que el trabajo en equipo es fundamental.
“Los resultados buenos, malos, regulares son de todos, aunque por lo general los encaramos nosotros los pilotos. Gracias a Dios, me he desenvuelto muy bien con todos los que he trabajado, aunque todo tiene un proceso y depende mucho de la gente, si tienen la misma hambre de triunfo que tú.
“Pero al final del día es imprescindible confiar en todos los integrantes de la escudería porque es muy fácil repartir culpas, pero el chiste es enfrentarlas para llegar a donde uno quiere y así entre todos, disfrutar de las mieles del éxito en un mundo tan competitivo como lo es el automovilismo”, finaliza Rubén Pardo Estévez, quien se describe como un ser humano transparente, honesto, un hombre que se ha dado a respetar, que siempre está dispuesto a brindarle su apoyo a quien lo solicite, pues es la educación y los valores que le inculcaron sus padres.
Mantente informado a través de sus redes sociales, sobre el curso que seguirá Rubén Pardo durante la temporada 2020 de NASCAR Peak México Series una vez que las autoridades den el banderazo de salida al campeonato.
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