sábado, 14 de diciembre de 2019

José M. Muriá, de la historia de Jalisco, a la charrería, el tequila y otras cosas


Por Héctor Medina Varalta

 Escribir acerca de la historia de México y sus costumbres, hay muchos autores, pero saborear su narrativa, nadie más que José María Muriá. Está vez escribió A dos meses de la muerte del historiador y filósofo Miguel León-Portilla. Se llevó a cabo la presentación del libro Tlamatini. Homenaje a Miguel-León Portilla, en donde participan integrantes de El Colegio Nacional, la Academia Mexicana de la Historia y la Academia Mexicana de la Lengua,  como homenaje a León-Portilla; son 43 personajes, Esa fue su única aportación a la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara 2019, cuyos colaboradores escribieron cuatro o cinco cuartillas. Esa fue su única aportación a la Feria Internacional del Libro (FIL) de este año. Más adelante, señaló un estante donde se encontraban varios libros escritos por él. Más adelante, señaló un estante donde se encontraban varios libros escritos por él a través de varios años: Los orígenes de la charrería, dos novelas acerca de la cristeada, también escribió La Historia de Jalisco, entre otros.
El sombrero típico del charro

A José M. Muriá se le preguntó acerca del verdadero origen de los cow boys norteamericanos, pues en otra entrevista realizada por quien escribe estas líneas, a otro escritor, este aseguraba que los cowboys se habían inspirado en el atuendo de los charros de los Altos de Jalisco. Cosa que José M. Muriá desacreditó, pues aseguró; “no parece muy lógico, porque el sombrero del charro es muy diferente al sombrero del cow boy; el sombrero del charro es muy grande y el sombrero de cowboy es más pequeño. La razón, es que el charro, tenía que llevar grandes sacos y mucho ganado a las minas de Durango y de Zacatecas, desde los Altos de Jalisco y tenían que recorrer bastantes kilómetros, bastantes días de viaje, acarreando animales. Por lo tanto, el sombrero de charro de ala ancha, le sirve más para azuzar a las vacas, evitando que se les desperdiguen”.
Las correas y el cuero son la fuerza motriz
El charro tiene dos características, que se deben a que transportaban ganado en espacios muy abiertos, y ante el peligro que se les pudieran perder una vaca; los transportaban a las minas de Zacatecas y de Durango que necesitaban mucho ganado y no podían vivir ahí el ganado todo el año porque les hubiera faltado el agua en tiempos de épocas secas. Por eso, regularmente, desde los Altos de Jalisco, se llevaba mucho ganado a esos lugares, que se necesitan para la producción minera: la carne para comerse, el cebo para conservar las correas y el cuero son la fuerza motriz para el trabajo de las minas, es decir, la transmisión de la fuerza se hace a través de las correas de cuero. Entonces, esto es muy importante para las minas, pues consumían mucho ganado. El lugar más cercano era los Altos de Jalisco y Aguascalientes, esta última, se especializó más en la cría de caballos, estoy hablando de la época de la Colonia. Durante una larga época, Aguascalientes fue la región más productora de caballos-subrayó.
Cada quien marca su ganado
La región de los Altos, sobre todo la parte norte de los Altos. Por lo mismo, porque había agua, ahí criaban el ganado. Lo que pasa, es que también la crianza no la hacían los grandes hacendados porque no hay grandes haciendas en los Altos, son ranchos. Entonces, era ganado que llevaban rancheros de mediana o poca envergadura, pero como se juntaban muchos rancheros, había suficiente ganado para llevarlos a las minas, pero lo llevaban revuelto, por esa razón había que marcarlo, y también, es parte importante en la vida del charro, el proceso de marcar el ganado: que unos rancheros ayudaran a otros. Cada quien marca su ganado, luego todos se ayudan para que no se revuelvan, ya que llegan a su destino, los buscan. En los espacios abiertos, el charro tiene dos características especiales: sombrero de ala ancha y el lazo. En las zonas de espacios más cerrados, por ejemplo, las haciendas, que el ganado puede andar libre, pero finalmente se encontrará con una cerca o con algo que no lo dejará salir. En estos casos, el ganado se suele manejar con lanza o con pértiga, garrocha o como le quieran llamar.
La gran expansión hacia el oeste
Por ejemplo, en el Estado de Hidalgo, presume que la charrería nació allá, pero es mentira. El ganado los movían los peones o los caballerangos con lanza, porque era nada más para llevarlo, pero no hay peligro de que se pierda, porque de lo contrario, encontrará, tarde que temprano, el tope. Cosa que no sucede cuando salen a llevarlo, la vaca se les puede perder para siempre y vale mucho dinero. Por esa razón no se podían dar ese lujo, por eso van todos juntos con sus lazos: animal que se desbalagaba, lo lazaban y lo regresaban al buen camino. Por eso, el charro, como características principales o más notables, usan el sombrero de ala ancha o de diferentes formas, eso ya depende de otras cosas. En cambio, el cow boy usa el sombrero de ala corta, a veces también usan soga los cow boys, pues también son grandes espacios, pero no hay traslado, sino que el animal vive, pero está quieto, solamente cuando hubo la gran expedición o la gran expansión hacia el oeste, se hicieron movilizaciones de ganado en gran escala y sí usaron sombrero de ala ancha fuerte, eran sombreros muy deleznables porque era para un solo viaje- el origen del charro como lo conocemos se originó en el norte de Jalisco o en la región de los Altos del norte, luego se extienden los hábitos.
Maximiliano de Habsburgo y el traje de charro
En cambio, lo que sucede, en un momento dado, el hacendado del valle de México, sobre todo cuando llega Maximiliano y se viste de charro, los hacendados por andar de lambiscones se visten de charro, pues es un atuendo de ricos. Por lo tanto, no son los trabajadores los que se visten de charro, son los hacendados. Por esa razón, se dice en el Estado de Hidalgo que ellos crearon la charrería; lo que empezó a desarrollarse allá, es el atuendo de charro de los jinetes alteños, pero de lujo. Hay muchas variables del atuendo de charro, es decir, la camisa tiene que ser cómoda, el chaleco, muchas veces hecho de cuero o piel. El charro elegante, de postín, del Estado de Hidalgo, no utilizan cuero porque es un poco incómodo, pero meten buena tela, pero el charro de trabajo, el ranchero alteño, quien le da vida a la charrería, normalmente, traen protección de la ropa de cuero, los famosos pantalones o calzones azules, es el tinte más barato que existe. Ahora, como van a la zona de las minas de plata, al regresar traen pedazos de moneda y a veces les pagan con botones de plata, lo cosen a su ropa y, a veces, vienen muy elegantes con mucha plata exhibida. Pasando a otro asunto, en el cine hacen una mezcla del charro de trabajo, el original y el charro rico para que luzca en el cine. Por lo tanto, le meten atuendo del charro hidalguense al charro de los Altos de Jalisco, pero eso es ya un fenómeno del cine.
El dinero para hacerle frente a los franceses salió del tequila
Asimismo, el tema del tequila es sumamente importante porque en muchas épocas ha significado un porcentaje muy alto de la riqueza de Jalisco. El tequila, por ejemplo, ha tenido un gran significado durante la intervención francesa de 1862 a 1867, el dinero para hacerle frente a los franceses salió del tequila; los productores del  invirtieron mucho dinero, le dieron vida al ejército de occidente, que encabezaba Ramón Corona porque a ellos no les interesaba el tipo de economía, ellos querían una economía más liberal para no pagar tantos impuestos y tenían mucho dinero porque les estaban vendiendo mucho a California desde 1849 hasta 1869. El aguardiente que estaba más cerca de las minas de California era el tequila, no en metros lineales, pero les llegaba más rápido porque lo embarcaban en San Blas y llegaba a San Francisco, se podían llevar varios barriles en un solo barco. En cambio, llevar por carretas el whisky de Kentucky, que era el que podía haberles hecho competencia, en carretas desde Kentucky hasta la costa del Pacífico era un demonial de días de viaje. Por lo tanto, puede decirse a ciencia cierta, que el tequila partió el queso desde 1849 hasta 1869. En 1869, se termina el ferrocarril de costa a costa: de Estados Unidos y ahí se voltea el chirrión por el palito, pues el aguardiente que queda más cerca de los paladares de los borrachotes mineros aquellos, el burbon, whisky o aguardiente como le llaman, el que hacen en Kentucky.
En la gran epidemia mundial de influenza española
Entonces, el tequila es desplazado, pues sufrió una decadencia tequilera y una decadencia del Puerto de San Blas. La historia del tequila se vuelve importante no solo por ser la historia del tequila, sino por la importancia que juega el tequila en la historia misma del occidente de México, por ejemplo, en 1918 hubo una gran epidemia mundial de influenza española, hizo estragos en muchas partes, pero en el Estado de Jalisco casi no causó mucho daño; en la evolución de la demografía no se percibe como en otros lados, pues se vio el trancazo de la pandemia de la influenza española; en Jalisco no se notó porque la mejor manera de combatir la influenza o los estragos de esta, era con tequila, porque el tequila es un vaso dilatador y encima le agregaban limón y sal, más vitamina C y simple y sencillamente la famosa gripe española a los bebedores de tequila les hizo los mandados. La función del tequila tiene momentos de enorme importancia.

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