*Julio César Chávez, un Pedro Infante del deporte
Alberto Estevez Arreola
No es fácil hablar de éxito rotundo en las
bioseries cuando estas, son armadas casi en todos los casos, con lo
mejor de las celebridades. Son hechas mayormente a modo. Están bajo
severa “vigilancia” estricta de sus protagonistas cuidando
no presentar lo peor y ser presa de críticas públicas. Buscan
exprofeso, que no se exhiban ciertas situaciones “gachas” o incómodas,
que los lleven a caer de la gracia. Esto no ocurre con “El César”. La
historia de la vida de Julio César Chávez, ha sido fascinante
desde el primer minuto de inicio, igual en Tema musical y la cronología
de hechos y el personaje que pareciera tener las cualidades de Pedro
Infante, tanto dentro como fuera de la pantalla, interpretado por
Armando Hernández.
Es un gran triunfo, sin duda para TV Azteca. Más
propiamente es decir que la superación de TV Azteca fue anunciada por su
CEO Benjamín Salinas, un joven ejecutivo hijo de Ricardo Salinas
Pliego, que fue capaz de cumplir sus palabras de
llevar a la mejor etapa a su empresa TV Azteca y vaya con qué clase de
Boserie “El César”.
Esta es la producción en contenido, estrictamente
más honesta. Julio César Chávez a quien admiro desde aquel triunfo en el
Estadio Azteca y muchas peleas buenísimas, viendo la bioserie pues aún
más es mi admiración hacia este deportista
ya que pocos seres humanos son tan “neta” que dan ejemplo al público
por consecuencia – no sé si esa esa una finalidad- de cómo es un perfil
de la real y verdadera humildad humana.
Julio César, “El gran campeón mexicano”, contiene
en su historia un punto relativo a las conductas humanas admirables.
Solo Pedro Infante, a través del Cine, logró dar ese perfil, ser dentro
del Cine y en la vida real, un buen hombre,
un buen hijo, regular esposo, el gran amigo samaritano y mejor buen
cantante de voz admirable. Julio, como deportista también logró algunos
puntos de estas cualidades. Por si alguien no se dio cuenta se parece
en algo al ídolo de Guamuchil.
Es un deportista que pasó por las sombras más
temibles y supo salir a la luz. Con ello, la bioserie fascina, e
sentimentalmente, envuelve a la gente y cuenta crudamente el cómo Julio
enfrentó fracasos producidos por vicios terribles como
es el alcoholismo y demás drogas que sé yo. Esas que producen terribles
caídas. Los esfuerzos para levantarse de ello son dignos de un ser
humano de entereza, de primera clase. Dicho así, la historia se puede
transformar en varias cosas según la mente de cada
persona: es un ejemplo a seguir ante las adversidades más nefastas; es
una historia que nos dice que hay esperanza para cualquiera en cualquier
situación; que a pesar de las mafias las tentaciones, el Deporte es
grandioso; que el ser humano puede ser siempre
digno y noble, sobreponerse y comenzar a valorar a la familia…en fin
hay numerosas posibilidades.
La producción es inobjetablemente de gran calidad y
las actuaciones son la mejor parte. No hay un solo actor que no sea el
adecuado. Es un Casting inimaginable de personajes bien cimentados y
dirigidos perfectamente.
Julio César Chávez, la persona, el boxeador, el
padre de familia, el esposo, el tipo desmadrozo, dicharachero y
borracho, filántropo, que gusta de cantar y hacer enojar a su mujer, es
a partir de esta bioserie una celebridad verdadera
por elevarse rango de un ser único, en el mundo del Deporte, porque aún
vive intensamente, desde sus intervenciones magnificas en Box Azteca,
“La Casa del Boxeo” donde cada sábado, junto a un equipo de expertos, se
escucha entre voces, enfatizando un grito
de marca personal y como ya un como rito para marcar una buena de
batalla de guamazos en forma muy divertida, así: … “hay tiiiiro, hay
tiro, Carlitos, Haaay Tiiirooo!”.
Julio, es un potencial Pedro Infante. Aunque parece
mentira, con todo y su fama y fortuna, sigue padeciendo. A veces sufre
por sus hijos dos deportistas natos que cuando están en el cuadrilátero
lo llevan a jalarse los pelos si van perdiendo…
o disfrutando de ellos si es que van ganando. Julio es tremendamente
“muy padre”.
En resumen, la gente, la crítica, habla
admirablemente de esta bioserie como una producción muy atractiva, su
cronología, es excepcional y porque es la verdadera vida del gran
Campeón Mexicano querido de todo México, gusta.
JULIO CESAR ES: ARMANDO HERNANDEZ
Todos los actores son muy buenos. Pero hay que
decir que lo mejor de la bioserie es la perfecta actuación del actor
Armando Hernández, al cual de plano yo le daría un Oscar por mejor
Actuación, claro, si esto fuese un formato de película.
Pero un EMMY no estaría mal.
Seguramente llegarán, juzgando su buen trabajo actoral. Y para mi es el actor- descubrimiento de este 2018. Armando
Hernández, Es genial, desde su tono de voz, su forma de ser muy “a la
Pedro Infante”, arranca
los sentimientos más ocultos pues ver a un tipo tal y como es en la
vida real –hablando del ídolo- también frágil, ante las tentaciones
naturales de la vida, emociona. Pero más notables ver cómo nos cuenta la
forma decidida de quitarse las sacudidas de la
vida, como cuando su Manager es detenido por asuntos de drogas o
cuando su esposa lo abandona, se va con sus hijos de casa, el mismísimo
día en que Julio César Chávez, obtuvo el Campeonato Mundial en el
Estadio Azteca ante 110 espectadores y millones de ojos
del Mundo presenciando su máximo momento en su historia deportiva.
Esa escena mata a cualquiera. Julio, gana…. Y lo
primero que se le ocurre es llamar a su mujercita para preguntarle qué
piensa ella, de ese triunfo mundial. Ella le responde inesperadamente…y
con voz baja…“Ya inicié mi Demanda”….. Julio
con todo y su triunfo, se descontrola y espantado le dice ¿Cuál
demanda. De que estás hablando. Si es la de los autos yo lo arreglo y
punto…?
Ella, insiste “…no, es mi demanda de divorcio. Qué
bueno que sigas siendo campeón” y cuelga la bocina del teléfono…. Julio
suelta la lágrima sin poder entender que ha perdido a su familia, a sus
hijos y a su verdadero amor en la vida, su
esposa. Solloza. Ya no siente el sabor de los aplausos por su
campeonato. Ni puede sentir el ambiente en torno a la gran fiesta en su
honor, que le preparó la crema innata del Box.
Así de emocionante es “El César”. Sobre todo cuando
–se expone lo que fue un gran secreto a voces- el ex Presidente Carlos
Salinas de Gortari, utiliza a Julio César Chávez, para darse una buena
promoción para su Campaña Presidencial. Tal
vez otro personaje o celebridad deportiva hubiera preferido que se
conservara en el baúl ese pasaje. Pero Julio es muy “neta” –reitero-
Hay voces del Populi, de la crítica especializada,
que opina y compara a “El César” con el éxito de “El señor de los
cielos” e incluso rebasa la calidad en producción a esa serie de
Telemundo cuyo triunfo es el más grande de todos los tiempos,
en TV de paga, aunque su 5ª temporada lo remitió a Culebrón de
constantes balaceras, muertos y heridos, escenas de supuestos narcos en
peleas constantes y traiciones, escenas de hacer el amor una y otra vez a
todo el gremio femenino de la serie que parece
que están formadas para tomar su turno en la historia, algo divertido,
pero ya fue considerado desgastado, reiterativo, que a pesar de todo su
audiencia es por millones, mismo aspecto relativo para la bioserie ”El
César”.
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