* Cuestionan en conferencia internacional reticencia del gobierno mexicano a tipificar la alienación parental como violencia contra los menores
La alienación parental genera daños psicológicos y de mayor calado en los niños que los provocados por el abuso sexual y físico, aseguró el agente del Ministerio Público y especialista en alienación parental, David Suárez Castillo, durante su participación en la conferencia internacional, "Ayudando a las Familias a Recuperarse de la Alienación Parental".
El también supervisor en funciones y responsable de la Tercera Agencia de Procesos de lo Familiar en la Ciudad de México, cuestionó la negativa estatal a tipificar como delito grave la alienación parental, aun cuando existen evidencias de los daños a largo plazo sobre los infantes.
Acompañado por la psicóloga forense y mediadora española, Asunción Tejedor Huerta, consideraron que en México el reconocimiento de la Alienación Parental como delito aún está en pañales, a pesar de las graves huellas psicológicas que provoca la dominación de un progenitor, controlando la voluntad de sus hijos contra el otro progenitor.
En la conferencia celebrada en el Centro Universitario de Estudios Jurídicos (CUEJ), Suárez Castillo explicó que el problema radica en la persistencia del progenitor dominante para convencer al niño en contra del otro padre, incluso convenciendo al infante de la veracidad de fantasías y frases que el niño comienza a incorporar como ciertas.
"Tenemos casos de niños tan manipulados que ni siquiera se atreven a decir su nombre si antes no son autorizados. Un niño abusado sexualmente puede recuperarse con terapia y el debido tratamiento en vista de que si le sucedió, pero con un niño alienado esa recuperación se dificulta porque debe validar una mentira. El abuso emocional que enfrentan estos niños tendrá una repercusión mayor, que lo va a marcar e incluso puede llevarlos a una depresión grave que culmine en suicidio", alertó.
Desde esta perspectiva, el jurista consideró que la alienación parental debe incluirse como delito de violencia familiar, pues incorpora elementos de tortura y crueldad, donde el progenitor con poder convierte al niño en rehén del rechazo contra el otro progenitor.
A diferencia de otras naciones donde la alienación es considerada delito y cuentan con instituciones para ayudar a las familias a tratar sus repercusiones, el especialista destacó que en México aún hay tabúes y temor por parte de los funcionarios públicos para reconocer el término y mucho más caro para construir instituciones capaces de atender a las familias que enfrentan estos problemas, concluyó.
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El también supervisor en funciones y responsable de la Tercera Agencia de Procesos de lo Familiar en la Ciudad de México, cuestionó la negativa estatal a tipificar como delito grave la alienación parental, aun cuando existen evidencias de los daños a largo plazo sobre los infantes.
Acompañado por la psicóloga forense y mediadora española, Asunción Tejedor Huerta, consideraron que en México el reconocimiento de la Alienación Parental como delito aún está en pañales, a pesar de las graves huellas psicológicas que provoca la dominación de un progenitor, controlando la voluntad de sus hijos contra el otro progenitor.
En la conferencia celebrada en el Centro Universitario de Estudios Jurídicos (CUEJ), Suárez Castillo explicó que el problema radica en la persistencia del progenitor dominante para convencer al niño en contra del otro padre, incluso convenciendo al infante de la veracidad de fantasías y frases que el niño comienza a incorporar como ciertas.
"Tenemos casos de niños tan manipulados que ni siquiera se atreven a decir su nombre si antes no son autorizados. Un niño abusado sexualmente puede recuperarse con terapia y el debido tratamiento en vista de que si le sucedió, pero con un niño alienado esa recuperación se dificulta porque debe validar una mentira. El abuso emocional que enfrentan estos niños tendrá una repercusión mayor, que lo va a marcar e incluso puede llevarlos a una depresión grave que culmine en suicidio", alertó.
Desde esta perspectiva, el jurista consideró que la alienación parental debe incluirse como delito de violencia familiar, pues incorpora elementos de tortura y crueldad, donde el progenitor con poder convierte al niño en rehén del rechazo contra el otro progenitor.
A diferencia de otras naciones donde la alienación es considerada delito y cuentan con instituciones para ayudar a las familias a tratar sus repercusiones, el especialista destacó que en México aún hay tabúes y temor por parte de los funcionarios públicos para reconocer el término y mucho más caro para construir instituciones capaces de atender a las familias que enfrentan estos problemas, concluyó.
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