sábado, 19 de diciembre de 2015

Mujeres que dejan huella


Gaby Pérez, una tanatóloga viaja por la vida y comparte sus vivencias
Por Héctor Medina Varalta

La muerte está tan segura de su
victoria que nos da toda una
vida de ventaja.
Refrán popular

Guadalajara, Jalisco. Todos los viajes son espacio de reflexión, de experiencia, de descubrimiento. Antes de emprender una aventura, es necesario que empaque una maleta, que elijas qué y cuánto cargar; en el trayecto admirarás paisajes insólitos y cuando por fin alcances tu destino conocerás el lugar, y más importante, te descubrirás a ti mismo. Todo viaje llega a su fin, pero si hemos hecho del recorrido una experiencia en sí misma, llegar al final es sólo el comienzo de un nuevo camino.


En el marco dela Feria Internacional del libro (FIL) Gaby Pérez Islas presentó su libro Viajar por la Vida. Durante la entrevista, la autora y tanatóloga comentó que, en efecto es un viaje, pero de turismo emocional porque habla de nuestro país y de lugares que se les van a hacer muy familiares a todos, pero haciendo una metáfora extendida de lo que es viajar y lo que es la vida. Hay tanto paralelismo en la vida que hay que ir ligeros de equipaje, ya que si uno va cargando baúles gigantes, sobre todo cargado de no perdonar, resentimientos, rencores, uno se va volviendo en el andar y no se puede lograr el objetivo por el cual llegamos a la Tierra, que es ser feliz. En el libro, Gaby habla de cómo preparar esta maleta para el viaje, que desde ahí empieza la anticipación y emoción: qué llevar, quién puso cosas en nuestra maleta, que a lo mejor no son nuestras; tal vez nos pusieron una etiqueta de que no somos buenos para ciertas cosas, herencias o miedos familiares. Cosas que uno puede romper y no cargar. Después aprender a soltar el control en un viaje porque alguien más va a manejar o pilotear. A propósito, hay personas que tienen miedo a volar, pero en el fondo no es el movimiento del avión sino saber que ellos no traen volante o freno. Esto pasa mucho en la vida: ante las enfermedades, ante las pérdidas, ante la muerte. De lo único que se tiene control es de nuestros pensamientos y emociones que son nuestros agresores más grandes. Después el viaje continúa, a veces no salen las cosas como uno fue planeada y luego eso resulta lo más divertido y lo más jugoso de un viaje; cuando uno se ha ido fuera y regresamos del viaje. De pronto, alguien nos pregunta “¿cómo te fue?” “Bien, todo de acuerdo a lo planeado”. Y ya, fin de la conversación, pero si tenemos anécdotas o nos sucedió algo emocionante, entonces es ahí dónde viene el aprendizaje y el crecimiento.

Un libro escrito de acuerdo a nuestra cultura
Al final del libro, el último capítulo está dedicado a lo que sucede al final de nuestro viaje, cuando la vida se está acabando y cuál debe ser la actitud y el concepto personal de cómo es la muerte. Al mencionarle el título del libro Déjalos ir con amor de Nancy O’Connor, Gaby mencionó algo muy importante: “El libro es muy bueno y por muchos años fue el libro de cabecera de algunos tanatólogos, pero no es tanatología mexicana. Esto hacía mucha falta en México. Mi primer libroCómo curar un corazón roto, es justo el que maneja las pérdidas, le enseñan al lector lo que es un duelo entendiendo nuestra manera muy particular como mexicanos de ver la vida y la muerte. Para nosotros tenemos un sentido de familia muy especial; en otras latitudes del mundo no pueden entender porque es un duelo tan especial para nosotros, por ejemplo, la muerte de una abuela o un abuelo como patriarca, cuando para otros es lo más lógico. En nuestro país tenemos muchos apegos y tradiciones, por lo tanto, había que crear estos libros de tanatología. Estos tanatólogos de buró de tanatología mexicana y, desde luego Viajar por la vida es un libro que les muy útil para alguien que ha tenido una pérdida y se queda como opaco como si la tristeza se hubiera anidado en el corazón del doliente para siempre, pues ya no disfruta la vida. Es algo así, como si solamente estuviera existiendo más no viviendo que es muy diferente, sin embargo, también es para alguien que no ha tenido una pérdida, pero que quiera exprimirle todo el jugo a este viaje y no quiera perderse de nada. Saber esto, cuando uno es muy joven y entender estas enseñanzas de la tanatología, yo lo hubiera querido conocer a los 16 años.”

Prólogo de Martha Debayle
En nuestra cultura y en la gran mayoría creemos que la muerte, la pérdida, la enfermedad, les sucede a otros no a mí, esto no es cierto, todos, en algún momento dado somos alcanzados por el dolor o la pérdida, y aunque no los escogemos, ante lo dado no pedido, siempre nos queda la actitud con la que uno se va a enfrentar. Prepararnos es maravilloso, ahora, todo esto, en Viajar por la vida, es una gozada con la que fue favorecida con un prólogo hermoso de Martha Debayle, Gaby es colaboradora de su programa y escribe también en su revista. En esta larga relación se ha desarrollado una gran amistad. También es colaboradora del doctor César Lozano, en su programaEl placer de vivir, tanto en México como en el extranjero y cada vez tenemos más espacios en periódicos y en revistas, porque la gente está muy sedienta de saber cómo elaborar un duelo, cómo hacerlo de manera sana, cómo cerrar ciclos y seguir adelante. La mejor manera de honrar la memoria de alguien, es seguir con su legado y volver a ser feliz, porque esa persona no hubiera querido que su muerte significara el fin de la vida del o los dolientes. Gaby considera que todos los que hemos padecido pérdidas, hay que convertirnos en soldados pacíficos, que es pasar un mensaje positivo y hacer red de apoyo entre nosotros. Una palabra dicha a tiempo, es la mejor palabra y el mejor sostén que alguien pueda tener
“Considero que esta travesía que hacemos realmente por nuestras emociones, por nuestros miedos, es para salir triunfantes y decir: “cuando termine mi viaje quiero tener la satisfacción de haber cumplido con nuestro deber.”
Crisis de aniversario
Gaby relató el caso de una persona que fue atropellada hace muchos años y perdió su empleo, en la actualidad se abstiene de trabajar y cada año que se acerca el día del accidente lo recuerda como si fuera reciente. La tanatóloga sostiene que, algunas veces son tan tremendas las experiencias que nos da la vida, que quedan impresas como mármol en la vida, no es una huella en la arena sino una huella en mármol y le quedó un estrés post-traumático, pues aún tiene mucho miedo, pero tiene que trabajar mucho, y todas las personas que pasan por algo así tienen que quitarse la idea de que hay un peligro que los sigue amenazando y estar doblemente agradecidos de este regalo y del tiempo extra de vida que les fue concedido, porque la vida es un regalo y un regalo no se desprecia, no de deja sin abrir, se estrena, se lo pone, se disfruta y se comparte, esa es la vida. Ahora, siempre sucede que hay una crisis de aniversario-tiene ese nombre en tanatología-y cuando se acerca la fecha luctuosa del aniversario del fallecimiento de un ser querido o de un accidente, siempre lo recordamos y nos ponemos especialmente tristes, pero hay que resignificar lo que pasó. La persona que menciona Gaby líneas arriba, piensa: “ese día cambió mi vida y la cambió para mal”, pero a partir de ahora, él puede entender esto: “ese día tocó mi vida, fue un despertar y ahora puedo reinventarme y hacer otras cosas, pero tenemos que soltar el pasado.
Editorial Diana han abierto espacios para estos temas
Gaby mencionó algo muy importante: “la depresión se aprende en familia”. Ella sabe que hay un gen de la depresión y que puede estar ahí presente, pero también se aprende, alguien lo enseña en la familia sin jamás dar una clase como tal, pero ante los dolores de la vida así se reacciona. El libro Cómo viajar por la vida, es un texto para toda la familia, a partir de los 12 o 13 años; cada vez tenemos lectores más jóvenes. Eso es maravilloso porque hay varios niveles de lectura, hay quien puede leerlo y puede quedarse en la parte anecdótica del libro y disfrutarlo y verse identificado. Y quien se echa el clavado más profundo para leer entre líneas, hacer los ejercicios y disfrutar de esta terapia de tanatólogo de buró, que es viajar por la vida, deja al lector con muchas ganas de vivir. “Elisabeth Kübler-Ross, explica Gaby-, madre de la tanatología, una doctora suiza, terminó su doctorado en Londres en los años 60, empezó a trabajar y desarrollar toda su teoría. Ella nunca visitó México y el Instituto Mexicano de Tanatología, mi Alma Mater tiene más de 20 años, es muy reciente. A sido mucho trabajo de picar piedra, pero hoy puedo decir con orgullo, que hay libros de tanatología que las editoriales como Grupo Planeta, mi casa Editorial Diana han abierto espacios para estos temas, para aprender a crecer con la pérdida, a tener una visión positiva al respecto. Los medios de comunicación están interesados en el tema.”



Trayectoria profesional
Gaby Pérez Islas, es escritora y tanatóloga. Tiene la Licenciatura en Literatura Latinoamericana por la Universidad Iberoamericana, realizó sus estudios a nivel de Maestría en Tanatología en el Instituto Mexicano de Tanatología y la Facultad de Medicina de la UNAM. Además, tiene varias especialidades: Codependencia y Familia por Monte Fénix y Espiritualidad y en Logoterapia por la Casa Víctor Frank. Su más reciente actualización es el Diplomado de Suicidología para dar atención a personas que tienen esta idea o lo intentan de alguna manera autodestructiva y lastimar su vida. La especialidad de Suicidología lleva 5 años en el Instituto Hispanoamericano, es una necesidad muy grande. En su libro Elige no tener miedo aborda ese tema a conciencia. A Gaby le interesa que los muchachos lo lean porque en México desde 1990 a la fecha se ha incrementado el suicidio hasta en un 650 por ciento los índices de suicidio. Es alarmante. Tenemos que hablar del tema con los jóvenes, por eso su necesidad de seguirse preparando en el tema. En el libro Elige no tener miedo habla de los temas relacionados con la tanatología.

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