¿Qué piensa usted del anticristo?...

Cuarta parte

Por Héctor Medina Varalta

 

 

Hace varios años encontré la página web: https://www.share-es.org/ Un tal Benjamín Creme es el editor jefe de la revista Share International, un artista y esoterista desde hace muchos años. Como es un tema que, en lo personal, me interesa mucho, pedí información. En ese entonces la información sólo se manejaba por correo aéreo. Fue así como recibí respuesta: una carta, un catálogo de libros y un  periódico titulado Emerger Mundial; en dicho planfeto (número 45) se encontraban muchos artículos. Uno de ellos titulado La Reaparición-en resumen me llamó mucho la atención. Como el mensaje es muy largo, únicamente citaré algunos puntos: “Todas las grandes religiones proponen la idea de una revelación adicional dada por un futuro instructor. Los cristianos esperan el regreso de Cristo, los budistas buscan la llegada de otro Buddha (el Señor Maitreya, mientras los musulmanes esperan al Imán Mahdi, los hindúes a la reencarnación de Krisna y los judíos al Mesías. Los estudiantes de la tradición esotérica conocen todos éstos nombres diferentes de un  solo individuo diferentes de un solo individuo-Maitreya, el instructor del Mundo, a la cabeza de la jerarquía Espiritual de Maestros, y esperan su retorno inminente ahora.

 

Maitreya

   “En la tradición esotérica, la palabra ‘Cristo’ no es el nombre de un individuo, sino un cargo o función dentro de la Jerarquía de Maestros. Quien tiene ese cargo en el presente, Maitreya, el Maestro de todos los Maestros, ha sido el Cristo en los últimos 2 mil 600 años. En julio de 1977, Maitreya surgió de su Centro en los Himalayas, cuando menos se le esperaba, ‘como un ladrón en la noche’. Desde entonces, ha vivido en Londres como un hombre corriente preocupado por los problemas modernos-políticos, económicos y sociales. Desde marzo de 1978, Él ha estado apareciendo como un portavoz de la comunidad pakistaní-hindú. No es un líder religioso, sino un educador en el sentido más amplio-indicando la solución a la presente crisis mundial. Según las enseñanzas esotéricas, Maitreya se manifestó hace 2 mil años en Palestina adumbrando (1) a su discípulo Jesús-ahora el Maestro Jesús

 

Maitreya, apareció en una reunión de oración y sanación en Nairobi, Kenya

  (…) El interés social de Maitreya se refleja en su lista de prioridades un suministro justo de comida adecuada, una provisión de vivienda apropiada para todos, atención sanitaria y educación como un derecho universal. Su mensaje social se puede resumir en unas pocas palabras: ‘compartid y salvad el mundo (…) El 11 de junio de 1988, se apareció milagrosamente, ‘salido de la nada’, en una reunión de oración y sanación al aire libre en Nairobi, Kenya. Él fue fotografiado hablándoles a miles de personas que instantáneamente le reconocieron como el Cristo. Sucesos similares han sido presenciados ahora por grandes multitudes en diferentes países. De esta manera, cada vez más personas reciben la prueba de Su presencia y, con optimismo, en su momento demandarán la reacción de los medios de comunicación. Maitreya espera que esta aproximación conduzca al Día de la Declaración cuando Él adumbrará (1) mentalmente a toda la humanidad simultáneamente. Cada uno de nosotros oirá Sus palabras interiormente, telepáticamente, en nuestra propia lengua, y sabremos que el Instructor del Mundo está ahora con nosotros.

 

Se acerca una era de terror

   Por su parte, el escritor e investigador Robin de Ruiter, escribe en una de sus obras: El Anticristo: El fin de la libertad de los pueblos se acerca, señala: “La forma de combatir a los supuestos terroristas ha fortalecido claramente el Nuevo Orden Mundial. Como consecuencia de la crisis política generada por los actos terroristas, la mayor parte de las naciones se ha manifestado, sin sentido crítico, a favor del Nuevo Orden Mundial planeado.  (…) Tendrá lugar un desarme total de población. Ya en los últimos años, ejecutores solitarios han célebres masacres en diversas escuelas de Estados Unidos, Inglaterra, Holanda, Australia y otros países (…) Difamación, aislamiento, marginación y, finalmente, asesinato de todos los enemigos del Nuevo Orden Mundial. Como castigo por su rechazo, todos los países independientes que se opongan al Nuevo Orden Mundial serán eliminados o sometidos., la creación de un ejército internacional o de un poder policiaco. El establecimiento de bases militares en Asia Central y en el resto del mundo. Control absoluto de todas las armas de destrucción masiva. Con el pretexto de la lucha contra el terrorismo, se limitarán y suspenderán los derechos democráticos a la libertad y los derechos fundamentales, como si fueran medidas urgentes tomadas en estado de excepción.

 

Implante de un microchip

   La educación de la humanidad se deberá reducir a un pensamiento único. A través de los medios masivos de comunicación, Internet y las escuelas de Internet, todas las personas serán influenciadas desde la infancia de un modo unilateral, según la voluntad del dominador, de manera que la mayor parte de la gente no estará en grado de formarse libremente según su propia opinión. Entre los pocos pensadores todavía independientes que queden, se generará un gran desaliento y una gran soledad, y ninguno podrá fiarse del otro. La dictadura será tan completa que en comparación con ella, las dictaduras anteriores parecerán juegos de niños. El dinero corriente será abolido. Se pagará solo con tarjetas de crédito. De este modo cada gasto será controlable. Las cuentas y las tarjetas de crédito de opositores críticos y enemigos del sistema serán congeladas o eliminadas. No habrá trabajo para estos enemigos del Nuevo Orden Mundial. El que ayude a uno de esos enemigos, aunque sólo sea con alimentos, será tratado igualmente como enemigo. (…) Todos los ciudadanos serán obligados por ley al implante de un microchip. Éste será invisible para el ojo humano y memorizará todas las informaciones que le interesen a los amos (hay diversas alternativas. Entre ellas el sistema de identificación biométrico o un código de barras individual en la frente o en la mano.   

Próximo capítulo: las vacunas