Mujeres que alzan el vuelo

El Ensamble Al Mosharabía realza el empoderamiento femenino

a través de su montaje Transatlántico / Damas del Aire

***Se presentará del 23 al 26 de agosto en el Teatro de la Danza Guillermina Bravo

Imagine una travesía aérea transcontinental conducida por tripulación enteramente femenina donde la danza es utilizada como un medio de sensibilización y reflexión en torno al empoderamiento de las mujeres.  

Esta recreación la hace posible el Ensamble Al Mosharabía a través del montaje Transatlántico / Damas del Aire, que se presentará en el Teatro de la Danza Guillermina Bravo del Centro Cultural del Bosque el jueves 23 de agosto, 20:00 horas, sábado 25, 19:00 horas y domingo 26, 18:00 horas

Se trata de una pieza creada por la maestra Lila Zellet-elías, artista escénico y visual de origen libanés y gitano nacida en la Ciudad de México, miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte y miembro activo del CID, Conseil International de la Danse (UNESCO Danza). Es conocida a nivel internacional por la solidez de su trabajo coreográfico que reincorpora la raíz arabo-andalusi como parte sustancial de la identidad mexicana.

En entrevista, la maestra Zellet-elías explica que Transatlántico es la segunda parte de la obra Damas de Aire, estrenada en el 2016. Es un montaje coreográfico de perspectiva de género que reflexiona sobre la condición femenina a través de la metáfora de los oficios del aire. Sus personajes presentan una tripulación enteramente femenina que a través de la danza pone en foco la reflexión del empoderamiento justo y merecido, al presentar a la mujer como personaje activo y asertivo ante las distintas realidades que plantea un viaje intercontinental, protestando enérgicamente sobre la violencia de género.

                                                                                                                       

Sobre lo que busca compartir con el espectador, su autora comenta: “A demás de la reflexión en torno al género femenino, invitamos al espectador a reflexionar sobre su propia conducta de viaje. Específicamente sobre sus experiencias personales en los espacios “liminales” como  lo son el aeropuerto el aeropuerto, el interior de un avión, sus salas de espera y de tránsito, donde no se está ni en un sitio ni en otro; sino en un umbral entre algo que se ha ido y algo que  está por llegar; escenarios que se caracterizan por habitar la fase intermedia de un tiempo-espacio donde la experiencia humana sucede en la fisura, en el resquicio de dos mundos.