Por CHARLY DE BALZAC.
Toreado, frito, molido, ahumado, secado al sol o martajado son algunos de los tratamientos culinarios que se aplican al chile, fruto que contiene capsaicina, compuesto químico responsable de la sensación ardiente que activa los mismos receptores cerebrales que el calor y que se ha convertido en uno de los elementos constitutivos de lo
mexicano. Puesta en escena que indaga en la indosincracia del mexicano a partir de hacer una disección de un elemento constitutivo como es el chile. Desvenar el chile de la historia, en lo culinario y la botánica. Del 4 de marzo al 4 de abril en el Teatro Benito Juárez Basado en un texto de Richard Viqueira dirige y actúa junto con Valentina Garibay y Ángel Luna en esta obra que reflexiona sobre el chile desde la botánica, el albur, lo mitológico, la religión y lo culinario. El chile como elemento que engendra sentimiento patrio y con lo que se curte nuestro temperamento, a través de la salsa, el mole, el picor, el sabor, la maldición. En un simple comunicado quiza para evitar las entrevistas, el propuesta retoma aspectos sonoros, acentos y formas de expresión oral que existen en distintas zonas de la República Mexicana. Los intérpretes hacen referencia a personajes icónicos del folclor nacional, ya que el conflicto dramático es determinado por un triángulo amoroso entre La Adelita, El Pachuco y El Cholo, arquetipos de nuestra mexicanidad. Asi la scosas, el Pachuco regresa al país de origen para reencontrarse con su mujer, quiere que le cocine algo picoso, pero sólo para descubrir que el amor es igual
que el chile y que su lugar ha sido asumido por otro hombre, un cholo que ansía regresar a Estados Unidos y olvidarse de las salsas. “Cuando el curso de la puesta en escena se focaliza en un conflictivo triángulo amoroso, saltan de una a otra ocurrencia. Alternan los parlamentos con canciones en vivo, en el desarrollo de ingeniosos
juegos de palabras que ponen a prueba la dicción de los actores”, apuntó en un periódico Luz Emilia Aguilar Zinser. Para Viqueira, todo proviene del chile y regresa a él, pues nuestro origen como raza está en el maíz y en este fruto, y cualquier persona que conozca a alguien que haya emigrado a otro país, lo que más extraña es el sabor del picante.
Toreado, frito, molido, ahumado, secado al sol o martajado son algunos de los tratamientos culinarios que se aplican al chile, fruto que contiene capsaicina, compuesto químico responsable de la sensación ardiente que activa los mismos receptores cerebrales que el calor y que se ha convertido en uno de los elementos constitutivos de lo
mexicano. Puesta en escena que indaga en la indosincracia del mexicano a partir de hacer una disección de un elemento constitutivo como es el chile. Desvenar el chile de la historia, en lo culinario y la botánica. Del 4 de marzo al 4 de abril en el Teatro Benito Juárez Basado en un texto de Richard Viqueira dirige y actúa junto con Valentina Garibay y Ángel Luna en esta obra que reflexiona sobre el chile desde la botánica, el albur, lo mitológico, la religión y lo culinario. El chile como elemento que engendra sentimiento patrio y con lo que se curte nuestro temperamento, a través de la salsa, el mole, el picor, el sabor, la maldición. En un simple comunicado quiza para evitar las entrevistas, el propuesta retoma aspectos sonoros, acentos y formas de expresión oral que existen en distintas zonas de la República Mexicana. Los intérpretes hacen referencia a personajes icónicos del folclor nacional, ya que el conflicto dramático es determinado por un triángulo amoroso entre La Adelita, El Pachuco y El Cholo, arquetipos de nuestra mexicanidad. Asi la scosas, el Pachuco regresa al país de origen para reencontrarse con su mujer, quiere que le cocine algo picoso, pero sólo para descubrir que el amor es igual
que el chile y que su lugar ha sido asumido por otro hombre, un cholo que ansía regresar a Estados Unidos y olvidarse de las salsas. “Cuando el curso de la puesta en escena se focaliza en un conflictivo triángulo amoroso, saltan de una a otra ocurrencia. Alternan los parlamentos con canciones en vivo, en el desarrollo de ingeniosos
juegos de palabras que ponen a prueba la dicción de los actores”, apuntó en un periódico Luz Emilia Aguilar Zinser. Para Viqueira, todo proviene del chile y regresa a él, pues nuestro origen como raza está en el maíz y en este fruto, y cualquier persona que conozca a alguien que haya emigrado a otro país, lo que más extraña es el sabor del picante.
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