Para quienes viven con alguna discapacidad y acceso limitado a la educación, la salud, el entretenimiento y el ocio, la realidad virtual es una excelente alternativa. Experta CETYS explica cómo puede ayudarles esta herramienta digital
La migración al trabajo y a la educación virtual ha ocasionado en muchas personas fatiga cerebral, una condición en la que dicho órgano se agota intentando decodificar las señales no verbales que apenas pueden captarse sin detalle.
En estas circunstancias la visión periférica queda de lado y el cerebro entra en la búsqueda de ahorrar energía, misma que irónicamente le hace gastar aproximadamente el 25% de su potencia, dificultando su desempeño.
Pese a estas consecuencias, poco analizadas dado que la digitalización de prácticamente todas las actividades que implican la interacción humana es muy reciente, la balanza se sigue inclinando hacia el lado positivo; es decir, hacia todas las bondades y oportunidades que brinda el internet y el mundo digital.
Para quienes viven con alguna discapacidad, cuya accesibilidad a servicios básicos como la educación y la salud, y a otros como el entretenimiento y el ocio es limitada en comparación con la de quienes no padecen esta condición, la realidad virtual es una excelente alternativa, explicó la Dra. Michelle Lazcano Álvarez, docente de la Escuela de Administración y Negocios de CETYS Universidad Campus Mexicali.
“Los avatares son sumamente expresivos, fueron diseñados para darse a entender a otros sin mayor problema, y esto es una ventaja por ejemplo para quienes sufren de autismo. Ya hay estudios de la Universidad de California, en Los Ángeles, que demuestran que la depresión y el Alzheimer pueden tratarse reconfigurando el cerebro con realidad virtual, pues las ondas Theta (El estado cerebral donde el aprendizaje y la retención sensorial se facilitan), normalmente alcanzadas durante la meditación, son incluso más fuertes que en un entorno natural”.
Fobias y ansiedades, añadió, también son tratadas con realidad virtual, mediante la confrontación de la persona afectada a sus temores sin que exista una amenaza real, lo cual le permite manejar la respiración, el estrés y la incomodidad que experimenta. Esto también evita el aislamiento social e incentiva la memoria.
Incluso para quienes por diversas razones no pueden caminar, viven con movilidad limitada o sufren padecimientos crónicos como el mal de Parkinson, los chips cerebrales pueden estimular, mediante impulsos eléctricos, este órgano vital para que funcione correctamente; por supuesto, con análisis previos que determinen que se es candidato para una intervención de esta naturaleza.
“El acceso a estas aplicaciones aún no es posible física o económicamente para todos; sin embargo, tal como en la película Avatar de James Cameron, la realidad virtual se vuelve una opción cada vez más cercana”, concluyó la docente.
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