sábado, 27 de junio de 2020

Consumir drogas busca aliviar estados de malestar sin lograrlo

El consumo de sustancias psicotóxicas busca aliviar un estado afectivo negativo, incluso cuando el motivo inicial de probarlas sea sentirse bien, recreativa o terapéuticamente, legal o ilegalmente. De forma gradual, la persona entra en un ciclo adictivo de difícil ruptura, el cual genera más malestar en comparación con el malestar original que quería aliviar. Así lo expuso la doctora Daniela Flores Mosri, investigadora y docente de la Universidad Intercontinental (UIC), al explicar el origen y desarrollo de la adicción a estupefacientes, a partir de las investigaciones desarrolladas en dicha universidad y en la experiencia con pacientes que padecen alguna adicción.
Probar es experimentar
En el marco del Día Internacional de la Lucha contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas a celebrarse este 26 de junio, la especialista dio a conocer que tanto en jóvenes como en adultos, el argumento de entrada para el consumo de sustancias es la curiosidad con un fin recreativo o terapéutico, “nadie se propone formalmente ser adicto”, sin embargo, esa curiosidad inicial derivará en un proceso de auto-agresión y auto-destrucción sobre el que habrán perdido el control.
“Nuestras investigaciones en la UIC subrayan la relevancia de comprender lo que la persona que consume piensa y siente al respecto, a través de diversas etapas de consumo. Generalmente se refiere curiosidad por probar drogas incluso cuando se reporta saber acerca de sus consecuencias negativas, sin embargo, hay “algo” que les motiva a querer conocer los efectos sobre el estado mental. Probar es experimentar. Al saber qué se siente se introduce el conflicto sobre si se quiere consumir nuevamente o no, a pesar de saber que existen riesgos asociados”, explicó.
El impacto en el consumo de drogas
En coincidencia, el Sistema de Reporte de Información en Drogas en la CDMX a cargo del Instituto
Nacional de Psiquiatría Dr. Ramón de la Fuente (INPRF), registró en la evaluación de noviembre 2018 (última publicada) que el primer motivo de consumo fue “curiosidad” y “experimentar”. Fuente: http://inprf.gob.mx/psicosociales/archivos/srid/rep_65_pdf.pdf  pág. 1.17. Sin embargo, la curiosidad expresada tendría motivaciones complejas que rara vez son cuestionadas. Al respecto, las investigaciones de la Dra. Flores Mosri han acentuado la necesidad de integrar los diversos aspectos de impacto en el consumo de drogas, entre ellos el genético, el conductual y el neurobiológico. En cuanto al primero, si bien las teorías sobre aspectos genéticos deben ser tomadas en consideración para explicar por qué una persona tiende a consumir sustancias psicotóxicas, se requiere de ciertas condiciones en su vida para que el potencial genético se despliegue, por lo que es relevante atender otros aspectos.
Cómo el cerebro se habitúa al consumo de psicotóxicos
Con relación al aspecto conductual, el consumo de sustancias psicotóxicas deriva de dos tipos de reforzamiento o motivaciones, independientemente del conocimiento del individuo respecto a las consecuencias dañinas de su comportamiento: a) El positivo implica sentirse bien, y es descrito por muchos consumidores como placentero yagradable; b) El negativo se caracteriza por la sensación de alivio de un estado desagradable o displacentero. Un estado afectivo negativo se presenta cuando existe una necesidad por satisfacer o un problema por resolver. Mientras esto no ocurra, la persona mantendrá la sensación de malestar que requiere eliminar o aliviar. Las drogas  psicotóxicas dejan la impresión de que los problemas y necesidades quedaron resueltos. Esta percepción subjetivamente esperanzadora seduce al consumidor quien, al quererse sentir mejor, emprende un uso esporádico que tiende a aumentar por los mecanismos conductuales y neurobiológicos implicados en el consumo de sustancias. El consumidor buscará entonces justificaciones para seguir consumiendo sin la angustia de reconocerse dependiente, explicó la especialista. Y el tercer aspecto, el neurobiológico, refiere cómo el cerebro se habitúa al consumo de psicotóxicos.
Los problemas previos al consumo, aumentaron posterior a éste
Sus mecanismos son profundamente complejos, sin embargo, las sustancias que generan abuso y dependencia, impactan sobre regiones específicas de este órgano central, siendo la vía mesocórtica-mesolímbica de dopamina, también conocida como circuito de recompensas, la más importante. Esta vía enferma de forma crónica, necesitando las sustancias externas y por tanto generando tolerancia, necesidad impostergable por el consumo (craving) y síndrome de abstinencia. La persona ya no puede decidir si quiere o no la droga; simplemente la necesita fisiológicamente y tal necesidad guía la conducta, ignorando las vigentes y potenciales consecuencias negativas del consumo y sus implicaciones. Incluso los problemas originales que le provocaban malestar, no disminuyen, sino aumentan, como lo registra la citada evaluación del INPRF donde los consumidores reportaron que sus problemas previos al consumo, aumentaron posterior a éste.
La Universidad Intercontinental cuenta con 43 años de historia


Si anteriormente existió placer derivado del consumo, éste será inexistente. Drogarse entonces, será la vía para reducir el malestar, que a su vez se recicla por el mismo consumo. Consumir se vuelve el generador de estados desagradables los cuales –paradójicamente- se intentarán disminuir o aliviar a partir del consumo de la misma molécula que los genera. En este punto, se está en el contexto de un trastorno adictivo, lo cual representa una forma de uso indebido de sustancias. La Universidad Intercontinental (UIC) cuenta con 43 años de historia durante la cual han egresado más de 22 mil estudiantes. Su filosofía apunta a una formación de excelencia educativa, con valores basados en el humanismo cristiano y el servicio a la comunidad. La oferta educativa del Campus Sur consta de bachillerato matutino y vespertino, 16 licenciaturas presenciales, 10 maestrías, 7 especialidades, 3 doctorados y más de 30 diplomados que alternan su apertura. La institución educativa, ha creado para atención del público y la práctica estudiantil las clínicas de odontología, nutrición, autismo, atención de maltrato infantil, psicopedagogía y psicoterapia psicoanalítica. La UIC forma parte del grupo 2 del programa de mejora institucional de la SEP. Es una universidad no lucrativa, con un campus ubicado al sur de la Ciudad de México en medio de 14 hectáreas de áreas verdes, y otro plantel en la Colonia Roma, que ofrece 6 licenciaturas para ejecutivos, 3 posgrados, idiomas y es sede del Instituto.

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