miércoles, 31 de agosto de 2016

Especialistas del cine comentaron sobre la osadía disidente en la obra de Fassbinder



  • Carlos Bonfil, Arturo Aguilar, Alonso Díaz de la Vega y Héctor Orestes hablaron del aura sociopolítica que envuelve a la filmografía del realizador alemán


La agresión entre Emmi y Alí en Todos los demás se llaman Alí (1974), el amorío escandaloso de Effi Briest en su filme homónimo (1974) y el orgasmo libertario de Franz Biberkopf en Berlin Alexanderplatz (1980) son recurrencias en la obra de Rainer Werner Fassbinder cuya carga sexual no se limita a referirse a la angustia carnal, sino que proyecta las preocupaciones sociales y políticas de la Alemania que vivió el celebrado cineasta.
“Cualquier relación erótica es una relación de poder, y en la política así lo es: una relación que va cediendo y que el otro trata de ganar”, comentó Arturo Aguilar durante la última mesa redonda de la Retrospectiva Rainer Werner Fassbinder titulada Fassbinder: de la disidencia sexual a la disidencia política, que se llevó a cabo este 30 de agosto en la Sala 10, Luis Buñuel, y que giró en torno a la relación entre sexualidad y disidencia política presente en las películas del alemán.
“Estamos encadenados a una serie de repeticiones históricas, que es lo que una y otra vez el cine de Fassbinder nos regresa y nos reclama: ¡Ojo! esta historia ya la vimos suceder, sabemos cómo acaba y más vale que pongamos atención en que no se repita esa circunstancia”, aseguró el crítico de Rolling Stone México al apuntar cómo las ideas del cineasta anticiparon la revolución ideológica que culminó con la caída del Muro de Berlín.
Organizada por el Goethe-Institut, el Patronato de la Industria Alemana para la Cultura y la Cineteca Nacional como parte de las actividades del Año Dual Alemania-México 2016-1017, la sesión también contó con la participación de Alonso Díaz de la Vega, Héctor Orestes Aguilar y fue moderada por Carlos Bonfil, crítico de cine de La Jornada, quien calificó a Fassbinder como un cineasta “más vigente que nunca”.
Por su parte, Díaz de la Vega, pluma de El Universal y Butaca Ancha, identificó al punto de encuentro erótico del cine de Fassbinder —la cama—, como “un símbolo dual donde convergen la opresión y la libertad”, que, más allá de crear controversia por su carga sexual, es representativo de aspectos diversos de una misma sociedad en búsqueda de un bienestar universal.
“¿Dónde podrá encontrarse la libertad en el cine de Fassbinder? En el erotismo, pero no en la mera promiscuidad; más bien nos orienta al amor aunque esté condenado a desvanecerse”, declaró. “A 34 años de la muerte de Fassbinder y en una realidad entregada al odio, es comprobable que su visión atañe al mundo entero y que su supervivencia como artista rebelde es una necesidad democrática de la que no podemos prescindir”.
Por último, Héctor Orestes Aguilar analizó la relación literaria entre Effi Briest, novela de 1896 escrita por Theodor Fontane, y la adaptación al cine que Fassbinder realizó en 1974 y que se proyectó al final de la conferencia. El ensayista comentó que esta cinta “es una obra que conserva mucha beligerancia; sigue siendo una lectura en la que las mujeres, sobre todo las mujeres jóvenes de nuestro cambio de siglo en el ámbito cultural alemán, se siguen identificando”.
Asimismo, aplaudió la habilidad del director germánico para poder hacer una interpretación muy personal de un clásico de la literatura, que no sólo conserva la disidencia socio-política de Fontane, sino que la transforma para adaptarse a la situación alemana de los setentas. “Si hay un icono de la contracultura en el cine alemán, es él”, aseguró.
La Retrospectiva Rainer Werner Fassbinder continuará en las salas de la Cineteca Nacional hasta el domingo 4 de septiembre.

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