viernes, 22 de septiembre de 2017

No más niños infartados en México

Primera parte

Por Héctor Medina Varalta



En el sitio Vanguardia.com, aparece el video “¿De qué murió Poncho?”, donde profesores y los padres del menor, -quien falleció el 2 de diciembre de 2013-, relatan el momento en que murió en el patio de la escuela durante la clase de educación física.
“No vi en qué instante se desvaneció. Yo recuerdo que estaba con ellos a la hora de deportes y fue cuando yo me acerqué… vi que no reaccionaba entonces le hablé a uno de los chicos que fuera por la enfermera”, señala Isabel Meléndez, maestra de Poncho.
Por su parte los padres del menor cuentan cuando recibieron la llamada de la escuela para notificarles que el pequeño se encontraba en un hospital. “Llegué al hospital, pregunté por él y entonces sale un doctor y me dijo que mi hijo había muerto de un infarto, ¿cómo puede ser que un niño de 12 años muera de un infarto?, pensé… me puse a gritar como loca y dije que no, que no era cierto que estaba mal, que ese no podía ser mi hijo”, cuenta la madre.
Ponchito padecía hipertensión y tenía el hígado graso
La doctora Silvia Orozco Aviña, presidenta, directora y fundadora de la Zona en México, expone que, lo que está sucediendo con los infartos infantiles, es un fenómeno que ya se  esperaba. El doctor Barry Sears, creador del concepto de la Zona, ya lo había pronosticado hace más de 20 años, en el que explicaba que, no habría ningún monto económico en el sector salud, privado y público, que costeara realmente los efectos que causa el estilo de vida acelerado, de una mala nutrición y de estrés proinflamatorio en los niños. Lo que sucede, es que las mamás modernas de los niños que tienen obesidad infantil y que están padeciendo hipertensión- Ponchito estaba cursando hipertensión a los escasos doce años-. Además, en la necropsia realizada por el doctor Javier Hernández, detectó que el escolar tenía hígado graso, y que falleció a consecuencia una obstrucción en las arterias coronarias. La grabación del infarto al miocardio de Ponchito despertó la conciencia no solamente del sector salud, sino también en el público en general, de que tenemos que hacer algo diferente, tanto en nuestro estilo de vida nutricional, como en un estilo de vida sedentario.
No más Ponchitos
Van tres generaciones de mamás-explica la doctora Orozco- que no decidieron cambiar los hábitos nutricionales, y aunque sean obesas o delgadas, están generando niños, que desde el vientre materno ya tienen el daño en las arterias y en el corazón. Esta nueva ciencia, se llama Programación fetal, que nace precisamente por la inquietud de saber, por qué razón un niño de ocho, diez o doce años de edad está teniendo un infarto agudo al miocardio y cae repentinamente después de un esfuerzo, que físicamente no es tan exagerado. En el caso de Ponchito no era una obesidad exagerada, tenía sobrepeso, pero hemos visto otros casos de niños que son mucho más obesos y que no tienen infarto. Lo que está sucediendo y que hemos estado platicando desde hace más de 30 años, y que queremos levantar la mano a la comunidad médica, a los papás, a la gente que está atendiendo a esos niños y a la sociedad entera en nuestro país, y que no nos han hecho caso, que el infarto agudo al miocardio en estos niños-Ponchito y Juanito, un niño peruano, que falleció en las mismas circunstancias que el primero-, no dio aviso alguno.
Etapa silenciosa
En el caso de Ponchito, fue una etapa silenciosa de más de diez años. Repito, van tres generaciones más de niños y jóvenes, que no sólo están padeciendo infarto y obesidad, sino que están padeciendo Insuficiencia Renal Crónica (IRC). Asimismo, la IRC se ha incrementado en los últimos seis años entre las edades de 17 y 21 años de una manera impresionante, sin ser diabéticos, sin ser obesos, porque también la inflamación celular se encuentra en los jóvenes y están dañando a sus riñones sin tener una causa aparente, y es una epidemia. Por eso nace esta nueva ciencia (Programación fetal), para intentar que, la madre, durante el embarazo, cuide los niveles de inflamación celular-refirió nuestra entrevistada.
Los niveles normales de Inflamación Celular
La ciencia actual revela que las madres que fuman, que consumen en exceso azúcares, harina, cereales, granos, refrescos, jugos, chocolate, y comen muy pocas proteínas en el embarazo; están gestando en su vientre Inflamación Celular Intrauterina (ICI). El embarazo es la etapa más inflamatoria que existe, porque la inflamación surge cuando la madre come alimentos no saludables. En la actualidad, es muy común el embarazo de tres o cuatro bebés; el esposo y la familia, piensan que debe comer mucho más cantidad que antes. Por supuesto, la madre debe comer más cantidad, pero solamente 120 calorías más al día por cada bebé, y un balance nutricional perfecto. El embarazo es la etapa más inflamatoria, porque el bebé succiona de la madre, todos los nutrientes favorables e antiinflamatorios, sin embargo, qué sucede cuando la madre no los tiene, en vez de cuidar su alimentación consume refrescos, fuma, además no quiere verse gorda; prácticamente cuida su salud, pero no consume las suficientes proteínas, que benefician al desarrollo cerebral y físico del niño, y mucho menos, se miden las mujeres embarazadas, los niveles de inflamación celular (IC), que para una embarazada debe de ser cinco, y están detectando a mujeres embarazadas con niveles de 20, 30, 40 y hasta en 50 niveles de inflamación celular; algunas son delgadas, otras son obesas. Por lo tanto, la programación fetal durante el embarazo significa lo que la mamá come, lo que no come, cómo maneja sus emociones, los nutrientes esenciales que ella consume o los que no consume, son los que están programando a la obesidad al futuro bebé. México tiene el deshonroso primer lugar en obesidad infantil y diabetes a nivel mundial; y también las madres están programando a sus niños a las enfermedades del corazón.
El recién nacido que pesa más de 3 kilos, tendrá problemas de salud en la adultez
La prestigiada presidenta de La Zona, refirió que en agosto falleció la boxeadora francesa Angelique Duchemin, que se proclamó campeona del mundo de peso pluma en mayo y de Europa en 2015, tras sufrir un infarto mientras entrenaba. Además, Duchemin pesaba muy poco.
Ahora sabemos que el ejercicio intenso también produce inflamación celular; por esa razón, es terrible poner a un niño con sobrepeso a correr, aparte que las articulaciones de sus rodillas van a sufrir bastante, pues el ejercicio no es la solución en esos niños, ya que se están infartando. Aparentemente, no tienen daño en el corazón, pues la hipertensión que padecen es silenciosa y eso provoca el infarto. A final de cuentas, lo que produce la hipertensión en el neonato, es la alimentación materna que no se vigiló, no hubo suplementación como ácidos grasos EPH, y la madre pudo tener malos hábitos alimenticios; desde la abuela se han estado heredando esos malos hábitos, y, por consecuencia, los daños, ya que nacen obesos. Sabemos que un niño que al nacer pesa más de tres kilos, va a padecer diabetes, en la etapa futura, o va a tener cáncer, ya que en la actualidad, se sabe que esta enfermedad no es cien por ciento genética; es una enfermedad que daña a las mitocondrias. Eso le sucedió a Ponchito, tenía dañadas sus células mitocondriales, pues las células tienen unas células que dan la energía, que por cierto se dañan por el estilo de vida vía inflamatoria y por el estrés de la madre, y el bebé está sufriendo-resaltó la nutrióloga.
El azúcar, causante de la inflamación celular
El niño ya nace con placas ateromatosas- un cúmulo de colesterol en la pared de una arteria- y con peso alto. Los primeros dos años de vida son fundamentales para el bebé. Los casos de Ponchito y de Juanito como otros casos que hemos visto, la solución no es hacer más ejercicio; la causa es la Inflamación Celular. En lo particular, he atendido a niños con sobrepeso, antes de que les dé un infarto, y los he tenido con inflamación de 40, cuando lo normal para ellos es 4 o 5-subrayó la doctora Orozco.  
Cabe destacar que la doctora Orozco hizo mucho énfasis que en México se hacen mediciones muy antiguas, ya que se miden proteínas R activo y para diversos factores. Los padres de familia no tienen la educación de qué tienen que darles de comer a sus hijos. Por otra parte, la industria de los alimentos chatarra está feliz porque invierten millones de dólares para que los niños se hagan adictos a ese desastroso tipo de alimentación que ellos ven en la televisión. Tristemente, las comitivas de la mayoría de las escuelas y las directivas  de gobierno están coludidas económicamente con la industria refresquera. Me refiero a los refrescos negros quienes construyen nuevas escuelas, ya que son su lugar ideal de ventas, los niños mexicanos son quienes más consumen refrescos; lo peor, es que el exceso de azúcar es el causante de la inflamación celular; la falta de ácidos grasos poliinsaturados hace que el cerebro del niño no se pueda concentrar en la escuela. Algunos sufren infartos, otros están flaquitos, pero tienen problemas para crecer. Urge concientizar a los padres de familia, pues el niño no tiene el poder económico para decidir qué va a comer o qué no va a comer, somos nosotros los padres quienes lo decidimos. 

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